La V Utopía Republicana y el fetichismo decembrino y el paroxismo del mercado

Por fin terminó las navidades del 2020, terminó el agite, la euforia del mercado decembrino, nos ha dejado el año de la pandemia, muchas reflexiones, sobre todo a nivel de símbolos, nos llamó la atención, un escrito reenviado por los medios digitales, por las redes sociales de Whatsapp, se titula "La lucha contra los símbolos de la dominación imperial", elaborado por William García, nos señala que "la proliferación de Santa Claus es aceptada de manera pasiva y se percibe como parte de una cultura cosmopolita en el imaginario de los pueblos….", en verdad me puse a escudriñar el pasado y mirar el presente, los momentos que se asociaba San Claus a San Nicolás por comparación, pero además también puse en la misma balanza el pesebre, el nacimiento del niño Jesús al que también se presta a la función de traer los regalos a los niños y niñas a manera de adoración de estos, similar a lo que hace San Nicolás, total hay una rivalidad entre ellos, quien se gana mas la admiración y culto de los niños, esto es una guerra entre el imperio de San Nicolás y el imperio de la Iglesia Católica.

Lo que si creo es que están sembrado en "el imaginario del pueblo", en la utopía de la V República, a modo de colonización cultural, y luego de modernización con San Nicolás, pero ambos responden, como dice el autor, a una invasión simbólica debidamente planificada por medios de manuales y aparatos de comunicación". Recuerdo el culto al niño de Jesús ayer y hoy, la redacción al Niño Jesús y San Nicolás, tenías que decir que portabas bien con tus padres, que hacías todas tus obligaciones, que eras un niño o niña buena, que la recompensa de ese proceder era un premio, un regalo, el niño o la niña afiebrados todos y todas por la promoción comercial, la TV, pedía lo máximo, el mejor juguete, mas aun si era electrónico, todos ellos importados, pero como dolía que las divisas petroleras se fugaran en esas menudencias ahora pensando como adulto.

Una felicidad que todas las familias compartían, unos con el Niño Jesús al que colocaba el regalo en el pesebre, ya saben para reforzar la creencias cristianas en el niño Dios, otros, como no tenían las chimeneas del Norte, de los Estados Unidos por donde hacía creer que se metía furtivamente Santa Claus, entonces colocaban el regalo debajo de la cama o la hamaca, y al otro día, que encanto, el esperado regalo de navidad, ah pero si el regalo no era el esperado por causa de que no podían comprarlo por su empobrecidos salarios, o precios inalcanzable, lo que cuesta la felicidad, los padres resignaban a la criatura, les decía que Niño Jesús o que Santa, o San Nicolás tenían que repartir muchos regalos, o que les olvidó o simplemente se equivocó pero de todas manera el nuevo año se lo traería.

La V República, el socialismo bolivariano, el socialismo chavista como es un socialismo cristiano, también se presta al juego de la dominación y el engaño, a reproducir por VTV los espectáculos del Niños Jesús, la alegría de la música y los villancicos, al mejor estilo colonial de la iglesia cristiana, a reforzar la religión y sus tradiciones, costumbres y fe, por ejemplo viendo en la Villa de Aquiles Nazoa el encuentro de todas las plantas y canales nacionales, todas ellas celebraban la navidad con el mismo formato, pero por extraño que parezca, no vi danzas ni música indígena, solo la gaitas como si fuera representativo del gentilicio del estado, claro no obvio que el pueblo indígenas fue transculturizado, fue cristianizado desde los orígenes del imperio español en nuestras tierras, cuando la amenaza real era o te cristianizas o te mato, o hablas español o te mato, el plan de la colonización, que todavía sobrevive en la V Utopía republicana a modo de recolonización endógena. Pero lo que vi en TV del Estado es la reproducción de las tradiciones de Belén, de Palestina, soportada por el sueño de la iglesia católica.

Así que el fin de año en Venezuela, no es más que la reproducción de costumbres cristianas, de la alienación por símbolos de culturas foráneas unidos al mensaje de la utopía cristiana, más allá de la navidades, de los mitos de Adán y Eva, del pecado originario, del castigo divino del Arca de Noé, del nacimiento del Niño Dios, de la promesa del paraíso, del holocausto o el Armagedón, del infierno y el cielo, etc. Por su parte corresponde a San Nicolás la existencia de un viejo buena gente, rodeado de duendes trabajadores incansables que trabajan todo el año para hacer feliz a San Nicolás cuando finalmente salga en trineo por el mundo repartiendo a cada hogar un juguete, todo por amor a los niños y niñas, eso si, nadie ve el milagro del sueño, el comercio, las divisas, los dólares, que se esconde detrás del comercio, hasta la iglesia cristiana se presta al juego mercantil de los capitalistas, y ay de aquel padre pobre que no le dé un regalo a su hijo e hija, es un mal padre o madre.

Naturalmente que vemos en esto, como dice William García "una neo colonización y alienación" de la inteligencia de un pueblo, sin que sea percibido, la sustitución de valores reales por valores falsos, obligados a engañar a los niños y niñas en un mundo mágico-religioso, que ni los psicólogos se atreven analizar la mistificación psicológica, a descubrir las consecuencias en las manera de pensar del niño o la niña en su proceso de desarrollo mental, todo porque un aparataje avasallante donde participan empresas, iglesia y Estado se ven competencia para imponer su visión, estilo de vida e intereses, además clientelismo. Para García, fue La Coca Cola C.A., quien impuso este avasallamiento cultural con Santa Claus desde 1930, mientras que en el caso de la iglesia católica, data de la colonización en 1492. Total es expresión de "socavamiento de identidades" culturales autóctonas decembrinas.

Hemos sido incubados sigilosamente, de modo silencioso, nuestra mente alienada religiosamente, la hegemonía cultural del imperio occidental cristiano euroamericanocentrista, un reto para la utopía de la V República, la descolonización de la identidad y la cultura venezolana, de los símbolos de la dominación pensante, ahora que hemos crecido en independencia vemos que seguimos con el aliens incubado, sospechar lo que pasa por nuestra mente en estas navidades resulta titánica la tarea, pareciera ser aguafiesta, ateos intolerantes, ridículos como calificativos de quienes disfrutan las fiestas decembrinas con todas las tradiciones y costumbres, que nosotros los ateos somos tiránicos, no aceptamos la libertad de pensamiento, lo cierto es que nuestro pueblo vive con el aliens incubado en el cerebro, se presta a toda manipulación mercantil comercial, se resiste a descolonizarse, todo por cuanto el capitalismo petrolero que bien analizó Rodolfo Quintero en su Libro reproducido por William García de "La cultura del petróleo": donde los venezolanos y venezolanas: "nacidos en territorio venezolanos pero piensa y viven como extranjeros…tienden a sustituir lo venezolano por norteamericano (yo diría también por la cultura judeo-cristiana, la nota es mía), principalmente, su estilo de vida copiado e impuesto, lo consideran expresión de progreso".

Todo este progreso de la producción y el comercio capitalista se viste de gala en diciembre, venta de vestidos, calzados, juguetes, prendas, celulares, computadoras, un sinfín de mercancías se ponen en exhibición y promoción mediante el aparato de la propaganda y medios de comunicación, el marketing hace lo suyo, encantar al público con la magia del mercado, la recolonización y conquista del público, de los clientes del mercado, es el mes del paroxismo del mercado, del "sueño americano", esto representa una avanzada del mercado, como dice William García respecto a la estrategia: derrotar en el terreno de las ideas las alternativas de dominio, mediante el deslumbramiento y la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías (…).

Filósofos psicólogos o psiquiatras incluso sociólogos no se han puesto a pensar las consecuencias psicológicas que estos procesos de alienación trae en la psiquis del individuo, los niños y niñas particularmente, y porque no decirlo también en los adultos, las implicaciones en el inconsciente sobre todo en el procesamiento de la formación del pensamiento, el dominio y manipulación en el terrenos de las ideas y del mercado que ni la revolución bolivariana percibe ni sospecha, todos "deslumbrados por las fiestas decembrinas", la persuasión de los mass media, el marketing, el mercado, todo conspira para usurpar "el imaginario colectivo", inclusive secuestrar la utopía de la revolución socialista bolivariana, también victima del aparataje estratégico del mercado como resultado de la alienación del ser social, de sus deseos, que eleva a la categoría divina, omnipotencias que proceden del mismo, mixtificando el poder hasta el punto de olvidar su terrenalidad; como dijo Nietzsche, lo divino es una gran mentira humana, producto de la creación antropológica o antropomórfica del hombre transmutado en divinidad.

Con respecto a este estilo de vida, el sueño americano, modelo de sociedad, cultura, es bueno reproducir las palabras de Bolívar transcrita por William García: Sea lo que fuere respecto a la Nación Americana, debo decir que ni remotamente ha entrado en mi la idea de asimilar la situación de la naturaleza de dos Estados tan distintos como el inglés americano y el americano español". Bolívar comprendió que se trataba de fundar una república diferente en costumbres, hábitos y modos de pensar, en estilos de vida totalmente diferente, y henos aquí, celebrando la independencia y prontamente los 200 años de la batalla de Carabobo y copiando modelos judeo-cristianos occidentales, banalizamos la cultura, la rebajamos a los moldes euroamericano centrista, a falta de ideas alternativas, de crear nuevas costumbres y hábitos republicanos, como si en la historia venezolana no hubiera riquezas identitaria, tan solo reproducimos la sumisión al imperio cultural.

Asi pues indica William García, reproducimos la cultura del imperio, "colocamos en las puertas de las instituciones públicas papeles alusivos a Santa Claus", "el gorro de Santa Claus", "el trineo tirando San Nicolás de los renos", "las imágenes de los paisajes de nieve", "bufanda rojas", "botas rojas", también "pesebres cristianos", "El muñeco de nieve con su bufanda alrededor del cuello", las casas particulares decoran sus puertas con adornos o de San Nicolás o del Niño Dios, y toda una parafernalia de adornos alusivos a la navidad cristiana occidental, vale decir el modo que nos acostumbró el mercado y el imperio cultural euro americano occidental el cual nos ha domesticado con su industria e ingenio alienar nuestro paisajes e idiosincrasia.

Han hecho de nuestra gente inocente, toda esa simbología no reproduce sino el mensaje cristiano de adoración a Dios o los deseos de viajar al Norte, a los Estados Unidos siembran en el inconsciente admiración y culto por un paisaje de nieve, diferente al tropical, en la que los jóvenes caen por inocentes desde niño hasta llegar adultos, la promesa de "la felicidad ilimitada", el país del progreso ilimitado, el modelo de sociedad a seguir, el mes de diciembre es el mejor mes para vender no solo mercancías, juguetes, perniles, bebidas como pepsicola, coca cola, alcohólicas entre otras, sino también una subjetividad cargada de símbolos y expresiones culturales alienantes, sustituyente de la verdadera felicidad por el consumo, siguiendo las consecuencias de sembrar una sociedad de consumo, parasitaria, dependiente, colonizada, lejos de de ser una sociedad productora, independiente, libre y soberana.

Nadie quiere ser soberano, independiente y libre, todo es un acto de magia, las navidades nos vende eso, la magia del mercado, una invasión cultural, que como dice William García lleva años, yo diría siglos, y lo peor nos acostumbramos y "no logramos percibirla", "profesamos idolatría a los iconos" de la navidad, a coca cola, a pepsicola, a San Nicolás, al Niño Jesús, a toda su publicidad, reproduciendo la tradición anglosajona de un lado y del otro la tradición judeocristiana, por lo que la lucha por la independencia pasa por una lucha cultural activa, el socialismo bolivariano no puede ver a la cultura como un elemento pasivo, y prestar sus espacios a reproducir la alienación, "hacer espectáculos efectistas" de fin de año en TV replicando paisajes judeo-cristianos.

La revolución si quiere soberanía e independencia en el Nuevo Mundo, nuevos han de ser sus costumbres, hábitos, estilos de vida, tradiciones, el republicano tiene necesidad de regenerarse y ello pasa por la expulsión de sus fantasmas del pasado, de sus fantasías religiosas, de un mundo ultraterreno, de un paraíso celestial, resultado de una gran mentira humana que ha terminado convirtiéndose en una pseudoverdad. Feliz año nuevo, bienvenido a bordo del año 2021, bitácora de vuelo.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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