Virus, ciudadanos y valor de una revolución

Luego de haber sobrevivido a la experiencia del covid-19 que me tomó por sorpresa en la Costa Oriental del Lago, vuelvo a Maracaibo, a un mes del padecimiento, de retorno al hogar me reencuentro con la cotidianidad, la primera de ella, el asunto público del agua, mis vecinos me manifiestan que llevamos cincuenta días sin agua, mas de cinco dólares cuesta llenar un barril o pipa de agua, el camión alcanza los 30 dólares o más, y en la cicunvecinidad, el vital liquido que fluye despilfarrada por la autopista de la circunvalación tres de la parroquia de Maracaibo, Francisco Eugenio Bustamante, de color turbio, de manera que quienes transporta agua a sus casas lo hacen con resignación sin alternativa alguna, el gobierno del ecosocialísmo, el ministerio, no es capaz de garantizar agua potable, transparente, por lo que los mismos ciudadanos se ve en la tragedia de comprar además botellones de agua a precios entre 500 y 600 mil bolívares, mermando sus escuálidos salarios que apenas alcanza para vivir.

Muchos nos preguntamos qué pasa, porque no llega el agua transparente, porque hacen la fiesta los tanqueros de agua, los cisternas, quien se beneficia inmisericorde en esta ciudad calurosa con el asunto del agua, acaso no se piensa que miles de niños, niñas, adolescentes y hasta ancianos y ancianas y todxs estamos viviendo los rigores de la escasez, los precios se disparan, como si no bastara la hiperinflación con los alimentos y las medicinas (muchas veces importadas), el deficiente servicio de recolección de la basura que también sus trabajadores cobran pidiendo "colaboración", también la clase trabajadora y su familia se ven sufriendo las embestidas de comerciantes y traficantes del agua, todos desamparados, in protección alguna del Estado regional, de la gobernación ni de la alcaldía de Maracaibo. Estamos pues en muchos dilemas existenciales, pandemias, y eso que no se han desatado otras aparte del covid-19, pero están a la vista, una de ellas, la forma como los trabajadores del servicio de basura recolectan manualmente con los vehículos la basura acumulada, quienes llevan el emblema "RENACER".

Decía que estamos expuestos a múltiples virus aparte del corona virus Sarc-Cov -19 y sus variantes, además que no se garantiza el derecho al agua, tampoco se protege el derecho a la salud, se han visto a los trabajadores imagino a destajo, de la Alcaldía de Maracaibo, recolectar la basura sin implementos de seguridad, sin guantes, cascos, botas, simplemente con su indumentaria personal, recoger con sus manos y una sabana agarrada con cuatro puntas en forma de hamaca, mientras otros sin pala muchas veces, con rastrillos o escobas, recoger la basura vulgarmente como decimos a "rin pelado", con las propias manos esos hombres recogen la basura, contaminándose de la descomposición de la basura acumulada que lleva días de descomposición, muchas veces antes de que pasen por ella.

No es que la revolución bolivariana renace en Maracaibo con la gestión de la Alcaldía, es humillante ver a esos trabajadores prestarles el servicios en tales condiciones insalubres, nos hundimos en la catástrofe de una sociedad sin agua, inundada de basura por sus cuatros costado, expuestos a las enfermedades hídricas, las mismas que genera el agua contaminada, por la otra la descomposición de la basura en toda la ciudad, al aire libre, ni que se diga, los derrames de agua, frente al Hospital Infantil Cuatricentenario donde se producen fugas de millones de litros de agua, toda vez que fluye por sus tuberías que llegan al hospital, formándose un rió que corre a lo largo carretera hacia el Sur, dañando la carretera y empozándose frente al Centro Comercial 99, donde se han formado cráteres mezclándose basura y agua, caldo de cultivos para bacterias y virus que amenazan a la población de los barrios y transeúntes que se ven obligados a circular por dichos caminos no sin cuestionar la poca atención ciudadana y pública del Gobierno local por los problemas humanos y sociales existentes en estos medios sociales al punto de percibirse como un estado de normalidad cotidiana, el convivir con la basura, la sed del agua, verla despilfarrarse y estancarse, rompiendo carretas, creando bolsones de descomposición al aire libre de basura amontonada, y ni que se diga, las islas abandonadas que cuando cae la noche, es toda una oscurana que solo los vehículos con sus faros iluminan la ruta.

Este cuadro social del hábitat es deshumanizante, no se forman ciudadanxs se conviven en la más grosera desidia, irresponsabilidad pública y hasta insensibilidad de la conciencia ciudadana, ya ni se quejan, protestan, para que total las cosas siguen igual, de nada sirven quejarse, la tierra, la patria, no tiene valor, cada quien que vea cómo sobrevive en este ciudad, a este escenario aparte de la guerra económica, en la que nuestro gobierno "bolivariano y chavista" es indiferente a la inflación desatada por la permisividad con el dólar. Otro problema que se agrega a la sobrevivencia de los ciudadanxs, no escapan ni siquiera los vegetales producidos en el país, ni los lácteos ni los huevos, ni la carne, ni el pescado, vivir se hace difícil, el gobierno acostumbra a decir por medios de sus representantes, que este es "un pueblo heroico, en resistencia", que todo lo ha soportado, que la culpa la tiene el imperialismo, el imperio, si no fuera por el bloqueo económico, las sanciones financieras, el fracking, el derrumbe de los precios del petróleo, otra situación habría, cómo si todo girara como país rentista alrededor del petróleo, evidenciando la dependencia económica a los doscientos años de la batalla de Carabobo.

Virus, hambre, sed, contaminación, inflación, dependencia, bloqueos, una verdadera guerra en la que sobrevive los venezolanos, en verdad estamos sumergido en una situación compleja, podría decirse, que estamos desamparados, el estado de bienestar se derrumbó, la revolución bolivariana no ofrece atractivo porque ni siquiera se puede acudir a un hospital, en su defecto ambulatorios y centros de diagnósticos de salud, CDI, sin insumos muchas veces que puedan ayudar a los ciudadanxs ante tanta calamidad pública. No se puede sostener una sociedad sometida a tanta tensiones, en particular los trabajadores del sector público que se ven violentados su derechos contractuales en atención en salud, vulnerados su estado de bienestar, nuestro gobierno nacional, en palabras del Presidente afirma que hay necesidad de recuperar "el bienestar socialista", otrora logrado cuando la gestión de Chávez, pero lo paradójico es que sigue en la creencia de que ese bienestar se logrará con la prosperidad, con el socialismo de Estado, con neopopulismo y neorentismo socialista, aparte de mas leyes que se discuten y aprueban creando un "marco ideal de sociedad" que no termina se materialice en materia de derechos sociales y humanos.

Frente a este cuadro como hemos dicho complejo y catastrófico, economistas del gobierno suponen que con leyes, con la fuerza de la ley, superaremos estos problemas, por ejemplo, la ley antibloqueo que da amplias prerrogativas al presidente, las zonas económicas especiales, la atracción de capitalistas eufemísticamente llamados inversionistas, con la ayuda de ellos resolveremos la coyuntura, prosperaremos, mientras tanto la revolución bolivariana se desmineraliza, pierde fuerza, credibilidad, pierde valor, no hay manera como defender ante el hombre de la calle, la revolución, una crisis económica que ha generado corrupción que ha llegado a la policía, las fuerzas armadas, en las estaciones de gasolina dolarizadas, mientras tanto Maduro eleva el tono de sus discursos moralizantes, miles de venezolanos se van del país pese a la campaña del canal del Estado VTV de invitar a quedarse en el país. Los ciudadanxs, han perdido confianza, no sienten respuestas a sus problemas cotidianos mas elementales, van y viene discursos de Maduro que lejos de crear sus apariciones públicas esperanzas, lo que crea es rabia y hostilidad, es percibido como demagogo, que promete, juega con las palabras incendiarias de defensa de la patria, de revolución, se apoya en la figura de Chávez, cuando el país ha perdido la soberanía monetaria, desapareció el bolívar, no le ha dado respuesta eficaz al derecho de alimentación.

El día del bicentenario si tuvieran que multar las viviendas por no sacar la bandera nacional en respeto, en respuesta de la Ley de Símbolos Nacionales, el Gobierno hiciera miles de millones de bolívares, el venezolano, no siente el deber, la identificación con una sociedad que no le trae bienestar, no le garantiza sus derechos básicos, se ha vuelto apático, indiferente, insensible en medio de una campaña, el de la mega elecciones de noviembre del 2021. Una revolución que se respete, tiene que saber defenderse, si tiene valor tiene que saber como un pueblo defiende su propia revolución, de lo contrario verá desmoronarse su régimen tal cual ocurrió con el derrumbe de la URSS, los ciudadanxs vieron caer el socialismo estatista del siglo XX al cual le antecedió el socialismo cuartelero que se enfrentó a la primera y segunda guerra mundial. No es fácil el camino al socialismo, sobre todo si sabemos que existe un imperio, un sistema imperialista llamado a frenar los cambios revolucionarios en el mundo y de eso estamos percatados.

A nivel monetario en el país ahora se habla de una nueva devaluación, de indexación del salario, de petronización del salario, de contratos petrolizados, entre otros de ajustar el valor de la canasta del Clap, total, la contención del ajuste del salario ha hecho incentivar la explotación del trabajo, ha estimulado la corrupción pública, el socialismo del siglo XXI, en su segunda década no ha sido otro que el de una sociedad estatista, de la cual la impunidad se ha servido, un hibrido que no ha podido romper la dependencia del capitalismo nacional e internacional, no ha podido sostener la independencia económica y social, una independencia como dice el Presidente Maduro no es estática", el pueblo trabajador en este socialismo del siglo XXI no ha roto la dependencia económica, no dispone de trabajo propiamente socialista, de empresas socialistas que abastezcan al pueblo, principalmente de alimentos, nuestro gobierno se halla de brazos cruzados en contener la guerra devaluacionista del dólar, bien podría haber creado un sistema monetario dual, la convivencia del petro con el bolívar digital soportado en una porción del valor del Petro para blindarse de los ataques del dólar, pero no oye propuestas, está entregado, ha blandido las armas, no sabe qué hacer, prefiere no inventar, para no errar.

Asimismo; se pospuso la revolución agraria, la primera revolución que debía hacerse de acuerdo con el Maestro Simón Rodríguez, no se le hizo seguimientos a las cooperativas y empresas de producción social, el gobierno chavista no puede exhibir empresas rentables alguna, antes, todo lo arreglaba con el rentismo petrolero, ahora está arrinconado, a estos problemas se le suma la guerra de cuarta o quinta generación que le ha desafiado el imperio y sus sistema imperialista, no veo como saldrá de este arrinconamiento, sobre todo porque el pueblo siente fatiga política, está amenazado del covid 19, del imperio de los Estados Unidos, por la deslealtad de los ciudadanxs que creyeron en un proyecto de revolución que no ha sido eficaz. No sabemos qué consecuencias pueda tener todos estos problemas en las próximas elecciones, pero una cosa estamos seguro sabemos que una revolución verdadera si es verdadera ha de saberse defenderse, si no lo hace así, perderá su valor y respeto.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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