Tiempo de cambios

Los retos del Partido Unico de la Revolución

La unidad orgánica de las fuerzas que respaldan al gobierno bolivariano es uno de los temas que coparán la agenda política del chavismo en los próximos meses y que obligarán a fijar posiciones no sólo con respecto a este tema en sí sino también en cuanto al tipo de organización que deba crearse, su estructura organizativa, su dirección, su plataforma política y su definición ideológica.

Es natural que exista reticencia en algunos sectores partidistas y en individualidades con respecto a la iniciativa de aglutinar en un partido único, unificado, o unitario a fuerzas que tienen en común el apoyo al presidente Hugo Chávez y al proceso de cambios. En verdad, no es fácil forjar de un día para otro la unidad. Ese proceso tiene sus trámites, su ritmo, sus etapas y, quiérase o no, podría generar importantes contradicciones entre esa diversidad de fuerzas políticas, liderazgos individuales, colectivos y grupos no partidistas que deberán ceder espacios, siglas y liderazgos para abrir camino a la nueva organización.

Pero esas contradicciones tendrían que ser procesadas dentro de un espíritu realmente unitario, caracterizado por la humildad, la capacidad de desprendimiento y la plena disposición de dejar a un lado cualquier tentación de incurrir en sectarismo, prepotencia o discriminación de los factores aliados, independientemente del caudal electoral de cada quien. De lo contrario se pondría en peligro la viabilidad de este intento unitario.

Todos los factores que han venido apuntalando el proceso de cambios en Venezuela tienen aportes que dar a este proceso de creación del Partido de la Revolución Bolivariana, Partido Unico de la Revolución o como finalmente se denomine a la nueva agrupación. La tradición de lucha de muchos de estos movimientos ha sido lo suficientemente larga e intensa, lo cual es garantía de que sus cuadros y militantes serán valiosos pilares para la creación del nuevo partido. En principio, todos son necesarios, a menos que razones de carácter ético y moral impidan la presencia de determinada persona en sus filas. En este aspecto es necesario establecer criterios muy precisos, para evitar cacerías de brujas o pases de factura, conductas que deben estar ausentes de un movimiento como el que quiere estructurarse.

LIDERAZGO AUTENTICO

Tal vez en su arrancada el Partido de la Revolución Bolivariana contará con una dirección provisional o un comité promotor a todos los niveles, pero para ser la fuerza que guíe políticamente el proceso de cambios en nuestro país su liderazgo deberá ser producto de una selección democrática, donde cada quien, individualmente, debe tener derecho a elegir y ser elegido.

Personalmente, opino que esa dirección no debería estructurarse sobre la base de cuotas de los actuales partidos, a partir del resultado que cada uno obtuvo, a menos que estemos hablando de un frente, por ejemplo como el que existe en Uruguay. Habría que buscar un método que favorezca la unidad y no uno que desde ya abra canales a la fractura interna. No olvidemos que pasará un largo tiempo antes de que se deje de lado el espíritu de cuerpo que inevitablemente prevalecerá una vez que se constituya el partido que agrupe a las fuerzas bolivarianas. Y ese espíritu de cuerpo desaparecerá en la medida en que en el nuevo partido todos los factores tengan cabida en igualdad de condiciones.

OTROS TEMAS PENDIENTES

El Partido de la Revolución Bolivariana tiene que definir su estructura organizativa. Si será un partido de cuadros, de redes o de masas, si asumirá el esquema organizativo al estilo leninista o intentará otras fórmulas que, sin dejar de lado algunos de sus postulados, incorpore nuevas visiones, a partir de la realidad venezolana actual, en la cual los movimientos sociales de campesinos, pequeños y medianos empresarios, cooperativistas, frentes de mujeres, trabajadores, estudiantes, indígenas y minorías religiosas, sexuales o de otra índole se han multiplicado y tienen un importante protagonismo.

Igualmente, una definición ideológica es necesaria para dar coherencia a una organización política. Siendo el partido de los factores que promueven, estimulan y defienden la revolución bolivariana, el pensamiento político del Libertador Simón Bolívar es una de sus fuentes integrantes. Pero a la vez es un partido que reivindica el socialismo como alternativa. Por ende, tendrá que definir las características del sisema socialista que propone para Venezuela. He allí otro punto que invita al debate. No es suficiente hablar de socialismo a secas. Ni siquiera de socialismo del siglo veintiuno. Hay que ir a definiciones específicas, con respecto al rol del partido en la sociedad, al modelo político, a las formas de propiedad, al rol del mercado y del Estado.

A partir de las experiencias socialistas conocidas se puede ir avanzando en algunas definiciones. Los modelos socialistas tuvieron y tienen sus luces y sus sombras, y por ello hay que analizarlos críticamente, sin caer en el dogmatismo de quienes tengan la tentación de copiar mecánicamente los procesos de otros países ni en el chantaje reaccionario de quienes han estigmatizado interesadamente la idea socialista en cualquiera de sus variantes, apoyándose en errores y desviaciones que se cometieron en su nombre.

El modelo socialista venezolano, y bolivariano, con el debido respeto de quienes se crispan porque se mezcle el bolivarianismo con el socialismo, se podrá construir a partir de nuestra propia realidad, sin dogmatismo, de acuerdo con las condiciones en las cuales nos estamos desenvolviendo, incluso en el actual marco constitucional, con o sin las reformas que se vienen planteando, y sin olvidar que nuestro proceso de cambios está animado por los mismos deseos de justicia e igualdad que inspiraron a los precursores del ideal socialista y a quienes tuvieron la responsabilidad histórica de luchar por hacer realidad esos deseos.

Como vemos, no son pocos los retos que tiene por delante un partido que aún no ha nacido y que antes de nacer ya está creando grandes expectativas en las grandes mayorías nacionales. Esto apenas comienza.

DETALLITOS

Pinochet. El fallecimiento de Augusto Pinochet no es motivo para hacer fiesta. Sí lo habría sido una condena por todos los crímenes que cometió ese gorila y criminal dictador que llegó al poder luego de un sangriento golpe de Estado contra el presidente mártir Salvador Allende, el cual fue financiado y organizado por el gobierno norteamericano de Richard Nixon.

Pinochet fue el responsable de terribles violaciones a los derechos humanos, entre ellas la tortura, la desaparición y el asesinato de miles de opositores. Estuvo detrás del atentado terrorista que le segó la vida a Orlando Letelier, impuso un régimen de pánico en la sociedad chilena y fue el precursor de la aplicación de programas de ajuste económico que se tradujeron en el empobrecimiento de buena parte de la población.

Pero con el paso del tiempo también pudo demostrarse que además de sanguinario, Pinochet era un corrupto, al igual que algunos de sus familiares y colaboradores más cercanos. Su muerte se produjo casualmente el mismo día en el cual se cumplen 58 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es una casualidad que dice mucho .

Aunque no haya sido condenado por ningún tribunal, Pinochet ya ha recibido el repudio de la inmensa mayoría de la humanidad. Si el infierno existe seguramente allá lo esperan en una paila VIP de lo más hirviente.


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Vladimir Villegas

Periodista. Ex-presidente de VTV, ex-viceministro de Relaciones Exteriores para Asia.

 vvillegas45@gmail.com      @VladiVillegas

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