Uno de los elementos que ciertamente bajaría la temperatura política y que con carácter de urgencia debería estudiar la nueva Constituyente, es el tema controversial de la reelección en los cargo de elección popular, lo cual contribuiría a librarnos de esos cesares mesiánicos que tanto daño han causado a la sociedades interesadas en modernizarse. Por esto estimamos que en cualquier democracia avanzada y civilizada, resulta totalmente ridículo que alguien se considere insustituible porque piense que después de el viene el diluvio. De modo que si queremos construir un sistema político que sea verdaderamente protagónico y participativo, entonces deberemos comenzar por darle igualdad de oportunidades a las generaciones de relevo. ¿O será que todavía quedan tontos útiles que quieran servir de escalera a otros?
También, debe ser materia de discusión el añejado tema de la lucha contra la corrupción administrativa. En tal sentido planteamos la necesidad de crear un alto tribunal de responsabilidad administrativa, que garantice que sea eficaz la investigación del patrimonio de algunos servidores públicos que exhiben bienes de fortunas que son de dudosa procedencia porque fueron adquiridos a la sombra del poder. Es vox populi que llevamos años oyendo el mismito discursito barato que censura los actos de corrupción, sin que hasta ahora se vean resultados, porque pareciera que solo identificamos el delito pero nunca al delincuente.
Otro aspecto que debería someterse a la discusión, es el nepotismo que practican algunos gobernantes, quienes en su afán de secuestrar el coroto emulan a José Tadeo Monagas peloteándose el poder con su hermano José Gregorio Monagas. Así que la nueva Constitución debe extirpar de raíz cualquier desviación dinástica, pues resulta inconveniente que en el siglo XXI todavía sobrevivan los regímenes monárquicos de la Edad Media. Por cierto, eso solo se la calan los españoles y otros países que no se atreven a descubrir las bondades de los regímenes sustentados en la voluntad de los pueblos, como arquitectos de su propio destino histórico.
Continuaremos haciendo sugerencia para la próxima entrega, si es que las circunstancias lo permiten y no se produce un hecho inesperado antes del 30 de julio.