Como lo veo lo escribo N° 216

Pobre Pueblo – Pueblo pobre (para los candidatos y sus seguidores)

Quiero aclarar que la designación del título puede entre mezclarse, porque a veces  lo que se atribuye al pobre pueblo es consecuencia del pueblo pobre, por ejemplo; su pobre o poco interés sobre la política y los recursos de la patria; se traduce en la elección de ineptos, ineficientes y fáciles presas de la corrupción, convirtiéndonos en un pueblo pobre debido a que los recursos del estado son despilfarrados, las empresas básicas y la producción agrícola abandonadas; y los vicios se apoderan de todos, dejando poco a poco a la nación paupérrima tanto en lo moral como en lo económico. Igualmente el aceptar que los elegidos para la administración pública no cumplan o lo hagan de manera negligente con su responsabilidad, sea por miedo o falta de autoestima, nos convierte en un pobre pueblo sin conciencia, que como simples borregos no son capaces de defender sus derechos.
 
Pobre pueblo, porque después  de Bolívar quedó en el desamparo y aunque muchos dieron su vida por cumplir con sus sueños, ninguno ha llegado a concretarlo; porque como a él, los depredadores del mundo le aplicaron todas sus artimañas, entre ellas la intriga, la compra de conciencia y el asesinato, para truncar su empeño. Solo dejaremos de ser un pobre pueblo cuando sintamos que el espacio que ocupamos debemos defenderlo de aquellos que se creen dueños absolutos y de aquellos que no tuvieron la oportunidad o no quisieron aprender el significado de compatriota, paisano o simplemente de buen ciudadano.
 
Pobre pueblo, porque a través del tiempo los gobernantes en los que pusieron sus esperanzas se rindieron ante los vicios que genera el poder y lo traicionaron vilmente, y a los que se atrevieron a oponerse a sus planes como el diputado Fabricio Ojeda o el profesor Alberto Lovera por ejemplo, los asesinaron sin clemencia y el pueblo no supo cómo reaccionar ante esto, y los que lo hicieron corrieron la misma suerte; el resto quedo disperso sin dirección, cuando los que se decían revolucionarios entregaron sus ideales por puestos en el gobierno, el mismo que había masacrado a los que nunca se rindieron ante la opresión y la injusticia. No sé porque, esto me recuerda al Comandante Chávez, al Cacique Romero y Alcedo Mora
 
Pobre pueblo, porque cuando llegó quien pudo aglutinarlo y retomar la esperanza, no supo escoger a los que debían ejecutar las acciones que dignificarían a ese pueblo marginado por siempre, hoy el ejemplo es fatal, aunque lo silencien los grandes intelectuales de izquierda, la corrupción, la delincuencia el irrespeto a los semejantes, la desconfianza y la perdida de las virtudes, es evidente. Si a lo anterior agregamos el desamor por lo nuestro; demostrado por ejemplo en la que una empresa extranjera sin nuestro permiso, muestra ante el mundo la obtención de su primer lingote de oro, extraído de nuestro Esequivo, con la anuencia de la nación de Guyana.
 
Pueblo pobre, porque perdió su autoestima y su obligación de serle útil a la Patria; como ejemplo podemos ver que la mayoría de los negocios y empresas en Venezuela están en manos de extranjeros y no es que no tengan ese derecho, sino que el venezolano debería tener la hegemonía en el comercio y la gerencia interna, manejados por los contingentes que fueron marginados por siempre.
 
Un pueblo pobre, porque no cuenta a cabalidad con dos necesidades básicas, que son responsabilidad del Gobierno Nacional y que no son otras que la salud y la educación; es patética la pérdida de vocación de la mayoría de los que integran estos ministerios, sean públicos o privados. El materialismo mal entendido, ha desplazado al curar y el enseñar, sinónimos de desarrollo; porque el cuerpo sano y la mente llena de ideas prácticas y sanas, dan como resultado un ser útil a la Patria y a su Pueblo. Qué premio es más grande, que el saberse participe de los triunfos profesionales del que una vez fue su paciente o alumno; lo demás contradice los ideales socialistas, aunque obtener todo lo que le satisfaga, siempre con esfuerzo y sin vivir a nadie, no le resta su condición de ciudadano.
 
Un pueblo pobre, por la falta o mala orientación de los medios que lo cautivan, como la televisión, de los afamados intelectuales (porque al pendejo no le paran, así nos han inoculado) y sobre todo de los que hemos elegido con la esperanza de verlo cumplir sus promesas. El engaño y el silencio por parte del actual liderazgo. Tanto en lo público como en lo privado, están cavando la tumba donde enterraran este proceso y los sueños del Comandante Chávez
 
Un pueblo pobre, porque no asume que la providencia nos doto del mejor país del mundo, con unas condiciones climáticas y de ubicación que son la envidia de muchos otros y con una riqueza natural que los ávidos depredadores siguen llevándose ante nuestros ojos y nuestra indiferencia. Ya tomaron el control del petróleo, no sabemos dónde está nuestro hierro y otros minerales, vemos como Guyana por un lado y Colombia por otro, se aprovechan de lo nuestro; es más, muchos de este pueblo, por mala enseñanza, los ayuda a llevárselos, a veces por míseras monedas, como judas idiotas; y lo peor es que nos lo restriegan en la cara y no decimos nada, preferimos cambiar de tema, despotricar contra el compañero que critica o producir un evento que minimice el más importante.
 
No me queda más que repetir con todo el dolor y decepción de mi alma, que de seguir con los mismos, será difícil que el pueblo venezolano salga adelante y deje de seguir sufriendo de estas dos aseveraciones que al final solo nos deja ante el mundo como soberanos pendejos, que teniendo una tacita de plata, somos los últimos en disfrutar de su contenido y de su belleza.
 
Sobre mi continuo pedido de la opinión de los nombrados por mí, de su parecer de una posible Auditoria Publica y Ciudadana, dejaré de hacerlo, es evidente que ganó la complicidad y el silencio. Se impuso el miedo a perder los privilegios, creo que no hay espejo que soporte su reflejo, de seguro se estarán mirando en la sombra que los hace creer que no hay nada más allá de la vida física, es decir niegan la existencia de un espíritu aunque dicen amar a cristo; por eso es que el talento sin probidad es un azote, como lo dijo Bolívar.
 
Lo que si no dejaré de hacer, es tratar de que mis opiniones sirvan para orientar aunque sea a un solo venezolano, por lo tanto creo, que debemos votar por aquellos candidatos a diputados, que tengan por lo menos dos de los tres requisitos, que para mí son fundamentales 1) el talento para dirigir 2) su participación desde siempre en la comunidad que representa y 3) las propuestas que emprenderán ante el cuórum de la Asamblea Nacional. Como en el circuito que me corresponde los lanzados como candidatos no cumple a veces ni una sola de las anteriores, votare nulo, que aunque no quieran hacerlo valido, es una forma de expresar que ninguno cumple mis expectativas que es muy diferente a la abstención, que quita el derecho de opinar, por el irresponsable comportamiento de no acudir a ejercerlo.


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Luis Díaz


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