¿Tu también vas a desertar?

El chavismo es una fuerza social revolucionaria que bajo el liderazgo de Chávez fue capaz de liberar la  patria del coloniaje gringo que se instauró en el gobierno de Gómez.

Es una fuerza política constituida mayoritariamente por las clases explotadas y oprimidas conscientes de su papel transformador de la historia de Venezuela.

Es la auténtica heredera del legado antiimperialista de Chávez. Y si la cúpula que hoy la dirige no ha estado a la altura del momento histórico, no por ello vamos a tirar por la borda todos estos años de lucha.

No es un verdadero revolucionario quién en esta hora en que la revolución esta asediada abandone su puesto de lucha, porque se estaría convirtiendo en un vulgar e indigno desertor.

Por más incapaz que sea esta dirección jamás puede ser confundida con los enemigos del pueblo venezolano. Es un  verdadero exabrupto asociarla con el imperialismo y sus secuaces apátridas.

El gobierno, con todos sus errores, ha sido consecuente con las políticas  chavistas de inclusión social.

Tan solo este aspecto es motivo suficiente, como para impedir con nuestros votos, que los que representan el proyecto de exclusión social se constituyan en la mayoría en la asamblea nacional.

El proyecto de la oposición no solo viene con la intensión de restablecer el coloniaje yanqui sino a desplegar un proceso de exclusión de las clases populares, que abarcan además a una buena parte de la mal llamada clase media, que en cuanto trabajadores, para poder garantizar su existencia, perviven obligados a vender su fuerza de trabajo, por un salario.

Un proceso de exclusión social que buscará acabar con todas las conquistas políticas y económicas que nuestro pueblo ha obtenido en el periodo chavista.

Están asaltando el poder mediante una profunda desvalorización del poder adquisitivo del salario, inducida por el acaparamiento y encarecimiento de las mercancías, ejecutado por la burguesía, en su desaforado afán por derrocar el gobierno de Maduro.

En este sentido, el papel de la burguesía ha sido espeluznante. Arrebatarle al pueblo venezolano todos los beneficios que recibe del gobierno para inculparlo. Pervertida misión. En ello no han escatimado esfuerzos de ninguna índole. El objetivo es muy evidente, crear las condiciones de descontento, como base material, para darle fuerza a las operaciones de guerra psicológica que den al traste con las bases de apoyo popular chavistas.

Efectivamente, el descontento pulula por doquier y si en la tarea de contrarrestar la ofensiva de la burguesía el equipo de Maduro ha tenido graves fallas, esto no es una justificación para ponerse al lado del imperialismo. Pensemos que el equipo de Maduro esta enfrentado a una fuerza que concentra a todas las derechas a nivel mundial.

Si pareciera el equipo de Maduro a un equipo de aficionados enfrentados a un “dream team” no es sino porque efectivamente entre nuestros enemigos no solo esta el gobierno de los EEUU, sino el de Israel, el del reino de España, el de Colombia, y otros encubiertos.

La crítica a las fallas del equipo de Maduro desde el campo revolucionario no buscan sino que se corrijan para evitar la derrota,

Venezuela esta en el ojo del huracán de todas las fuerzas contrarrevolucionarias a nivel planetario. Vienen por nosotros. Y no podemos, bajo ningún respecto, desertar.

Es una guerra de verdad en la que estamos metidos. Y la actitud de todos los revolucionarios debe ser la ponerse al lado de nuestro pueblo.

 


ricardovargas.rv.rv@gmail.com



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