¿Con libros o con fusiles?

Como queremos imponer el socialismo venezolano

Estimados camaradas socialistas, en estos días próximos pasados, usando la red social “Twitter”, intercambiaba una serie de opiniones acerca de la manera de ver, de defender y de imponer el socialismo en nuestra querida sociedad venezolana, que me han hecho tomar la determinación de divagar un poco con Uds., acerca de este asunto, que creo que muy poco lo tenemos definido los socialistas que estamos con el proceso revolucionario y que es para mí, base fundamental de la visión que le debemos dar a nuestra revolución socialista.

Es realmente algo altamente notable y muy recalcable, que siendo nuestro líder máximo en esta revolución, como lo es el presidente comandante Hugo Rafael Chávez Frías, un hombre salido de las filas militares y habiendo tratado de irrumpir por la fuerza en el poder, en el año de1992, una vez que llego a este en 1999 y comenzó el proceso de la instauración de la revolución socialista en Venezuela, él ha mantenido con palabras y hechos, que esta es una revolución “PACIFICA”.

Miren que la historia nos ha dado ejemplos, casi infinitos, que es poco menos que imposible instaurar un revolución, en una sociedad, sin el claro uso avasallador de la fuerza y siendo, repito, nuestro comandante en jefe hombre de armas, pues bien, este jamás las ha usado para imponer este proceso revolucionario, eso mis queridos camaradas, es el aspecto más loable del proceso actual revolucionario y la causa fundamental, de que yo me haya plegado a sus filas.

Ahora bien, comenzamos una etapa crucial en nuestro proceso revolucionario, comienzan a darse las claras profundizaciones del estamento socialista en toda nuestra sociedad, iniciamos, con la aprobación de una nueva ley de educación, pilar fundamental para el inicio de la transformación de las nuevas mentes que han de poblar a nuestra sociedad, se ha iniciado el verdadero proceso de control del sistema cambiario de divisas, parece casi inminente la estatización general de la banca, así como, de todo el aparato productor alimentario.

Es en este momento importante de cambios en nuestra sociedad, que debemos tener, más claros que nunca, que nuestra revolución es pacífica y está fundamentada en el imperio de la razón. Es con leyes, con argumentos, con ideas, que vamos a poder transformar real y profundamente a nuestra sociedad. Es solo en un marco de la exposición permanente de motivos, de clarificación de ideas, ya que el debate por desgracia es imposible con nuestra estólida e intransigente oposición, que realmente lograremos los reales factores de cambio en nuestra sociedad.

Hay que estar, muy, pero que muy claros, que este proceso así llevado es lento, casi tan lento, como los once años que le ha llevado a nuestro gobierno posicionarse fuertemente en nuestra sociedad, establecer sus base realmente fuertes y así poder iniciar el verdadero proceso de cambio, con una autentica base muy solida tanto en la población como en el apartado ético y moral.

Hacen falta muchos Merentes, Giordanis, Isturiz, Rangel y pare Ud. de contar, de verdaderos pensadores socialistas, que den las claras directrices de acción que ha de llevar adelante nuestro gobierno, para culminar con éxito esta nueva y tan delicada etapa de instauración definitiva del sistema socialista en la sociedad venezolana.

Debemos tener muchísimo cuidado, no solo con la enorme ofensiva que vamos a tener por parte de la burguesía venezolana, tan enquistada en los valores capitalistas, la cual, estemos claros, sabemos por dónde van a venir y cuál es su objetivo principal, ahora, no debemos olvidarnos, sobre todo, de nuestros propios camaradas, que si bien sus sentimientos revolucionarios no tienen ninguna duda y mucho menos un reproche su enorme vehemencia, los hace ser unos claros factores que podrían ser usados, en su momento, por oposicionistas para eliminar la característica PACIFICA a nuestra revolución.

Estemos muy claros, lo que ha mantenido el nivel tan alto en la orbe internacional de nuestro querido gobierno revolucionario, han sido dos factores: el primero, su eterno talante democrático, demostrado, casi anualmente, con las múltiples elecciones que realizamos en nuestra bella patria, pero por sobre todo, por el carácter pacifista de nuestra revolución, que nos da un bagaje ético impresionante y que es más poderoso que todos los guerrilleros que puedan salir a pelear por nuestro proceso revolucionario.

Y mucho cuidado, en ningún momento estoy diciendo que no sean revolucionarios, vaya que sí lo son y mucho menos que no estén comprometidos con el proceso, bastara con recordar los sucesos de abril del 2002, para entender su verdadero valor, pero a la vez, esa vehemencia con la cual están dispuestos a entregar la vida por sus ideales, en esa misma medida, pueden atentar contra el mayor legado de nuestra revolución y lo tengo que volver a repetir, esta es una revolución pacífica.

En una reflexión aparte, pero que puede servir como una clara idea del poder de la fuerza de la paz, es la milenaria guerra palestino-judía, en donde la eterna acción-reacción que ha creado un pernicioso circulo vicioso, donde los judíos atacan y el “Jammas” contesta, creando una eterna historia de viudas y huérfanos de lado y lado y ojo, que quizás visto en frio hasta las dos posiciones belicosas pudiesen tener un cierto asidero, pero ante el abrumador resultado de muertes cualquier análisis no deja de ser ridículo.

Ahora, pensemos por un segundo, que pasaría si ante una incursión ilegal israelí a Gaza, matan a dos niños, una mujer y un hombre, y van los palestinos los entierran y los lloran y no hacen nada, como queda Israel y sé que muchos dirán, “eso no resuelve nada”, pero, si eso ocurre una vez, dos veces, tres veces, sé muy bien que el sufrimiento es duro y grande, pero les aseguro que en menos de un quinquenio la presión internacional haría que el 90% de los judíos, muy buenos de corazón y el 90% de los palestinos, excelentes de corazón, se unan y formen un sólido gobierno conjunto, con su capital en Jerusalén y empiezan a vivir en unión y paz, no nos engañemos, esa es la única vía para acabar con el conflicto, si no lo creen, bastara con recordar a Gandhi y el proceso independentista de la India.

Camaradas, ya para terminar, a todos aquellos que llevan la revolución muy adentro de su corazón y no tienen ni un ápice de temor, a la hora de entregar su vida, que piensen un poquito, que a veces actuar sin pensar nada trae y podemos perder, la que tengan la completa seguridad, que es la mayor fuerza de nuestra revolución, tanto dentro de nuestra patria, como a nivel mundial, como lo es su clara característica PACIFICA.

pito0726@hotmail.com.


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Alfredo Domínguez Fernández


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