Un cuarto bate como ministro de energía

No pudo ser más acertada la decisión de nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías al colocar al frente del Ministerio para la Energía Eléctrica a un hombre de la capacidad, calidad revolucionaria, honestidad y lealtad al proceso, como lo es Alí Rodríguez Araque, abogado y escritor, especialista en temas energéticos. El hombre que le correspondió presidir a la OPEP, cuando se imponía la dignificación de los precios del petroleo, que estaban en su mas baja expresión , porque la organización energética había sido puesta de rodillas por el imperio, producto de los gobiernos títeres de la IV República que habían dirigido sus baterías a desbaratar el legado de Juan Pablo Pérez Alfonzo. Luego de su trabajo al frente de la OPEP fue llamado como buen comandante a rescatar a la maltrecha PDVSA, desmantelada y casi sepultada por los golpistas apátridas encabezados por los presidentes entonces de las Federaciones sindicales y de cámaras de comercio y producción, que nos quitaron la navidad de 2002 y durante tres meses cada día a las seis de la tarde daban sus terroríficos partes de guerra en nombre de la “Mesa de la Unidad”,, entonces conocida como “Coordinadora Democrática”. Esa aventura infame y de traición a la patria, costó al país mas de 20 mil millones de dólares, decenas de muertes y atropellos y sigue siendo un crimen sin castigo. Desde esa posición fue llamado a ocupar la Casa Amarilla desde donde sentó los cimientos socialistas en el servicio exterior venezolano, dejando una incuestionable ruta en la conducción de las políticas externas de la República Bolivariana de Venezuela. Por razones de salud en un momento dado tuvo que dejar la Cancillería y fue a repotenciarse y como embajador en la heroica Cuba. De allí regresó a continuar prestando sus servicios como soldado de la revolución en el gabinete económico del Comandante Chávez, siempre en plan de bombero y hoy cuando en el sector eléctrico hay dificultades,nada mejor que este insigne apagafuegos para poner las cosas en su sitio y encaminar este naciente ministerio, que no le corresponde tarea fácil.

Quienes conocemos la trayectoria revolucionaria y capacidad de Alí Rodríguez, porque de alguna manera estuvimos en la misma acera en la década de los 60, no podemos menos que aplaudir este acierto del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, sobre todo en un sector tan o más sensible que el petrolero y donde existen contradicciones similares a las de Petróleos de Venezuela en la época del infame sabotaje.

No es un lecho de rosas lo que espera al camarada Alí. No va a ser nada fácil administrar y cumplir un contrato colectivo suscrito en una época de profundas dificultades económicas, con un déficit mil millonario para su cumplimiento y en un año electoral donde las cúpulas dirigentes andan aspirando diputaciones, gobernaciones, alcaldías y paremos de contar. Para alcanzar esas aspiraciones nada mejor que el protagonismo mediático y, la ruta para llegar allí es la conducción de trabajadores a conflictos “en defensa de los legítimos derechos humanos y laborales de la clase obrera”, como ha sido la costumbre en el sindicalismo de la IV República, que aun cuando se forre de rojo las prácticas son las mismas, con muy honrosas excepciones por supuesto, que siempre las ha habido toda la vida, tenemos casos de dignidad y dedicación a la defensa de la clase obrera en hombres como: Manuel Taborda y los fundadores de la CUT, Horacio Scott Power, ( el del Volwagen escarabajo de los años 50) primer presidente la de CUT en la década de los 60, cuando había que enfrentar a la “Cobra Negra” bandas armadas propiciadas y alimentadas por los hoy mentores de la “Mesa de la Unidad”, Carlos Arturo Pardo, y el inolvidable “Negro Cruz Villegas de quien tuvimos la oportunidad de oír sus sabias orientaciones allá en nuestros años de chamos. Gerácimo Chávez, Elisaul Puchi, Eusebio Henriquez Quero, (Petit), Freddy Balzán, a quien acompañamos en las luchas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y otros que escapan a nuestra memoria.

Pero hoy, por hoy no podemos olvidar el nefasto papel de las cúpulas sindicales en los sucesos del 2002. Afortunadamente se impuso la conciencia de clase y el ideal revolucionario entre obreros, estudiantes, amas de casa e intelectuales, que pasando por encima de las cúpulas golpistas se organizaron y rescataron al presidente Hugo Chávez y lo devolvieron a su cargo aquel glorioso 13 de abril de 2002, en la madrugada a menos de 48 horas de haber sido secuestrado y llevado fuera de la capital por los golpistas de la CTV, Fedecámaras, Cúpula de la iglesia católica, AD, COPEI, Primero Justicia, la Oligarquía criolla y la derecha fascista infiltrada en la Fuerza Armada , con intenciones de fusilarlo. Otro tanto hicieron luego con PDVSA; todo al lado de la Fuerza Armada Bolivariana, que ya estaba convertida en pueblo en armas, para no ser jamás utilizada como elemento represivo en contra de la población civil.

Por eso desde esta humilde tribuna exhortamos al camarada Alí, a ponerle acelerador al problema de Elebol, que está en el tapete y como soplete calienta calle. Hay que estar muy alerta y sabemos

que usted en la montaña aprendió, cultivó y perfeccionó aquel ABC del revolucionario del que hablaba siempre el Ché Guevara: Movilidad, vigilancia y desconfianza constante, como máximas de la guerra de guerrillas. Buena suerte y todo nuestro apoyo, para este camarada Ministro cuarto bate.

Periodista*

cd2620@mail.com. cadiz2021@yahoo.es


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Cástor Díaz*

Periodista CNP 2414

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