La cuarta versión de la siembra del petróleo en la Venezuela petrolera: El puntofijismo neoliberal

El 23 de enero de 1958 un movimiento cívico-militar puso fin al régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. A partir de esta fecha, se reinició el sendero democrático-burgués que se abrió con el golpe de 1945 contra el presidente Medina Angarita. Rómulo Betancourt asumió de nuevo la presidencia como ganador de la contienda electoral que se celebró en ese mismo año y de nuevo, puso en ejecución la continuación de la segunda versión de la siembra petrolera de la cual hablamos en un artículo anterior(http://www.aporrea.org/energia/a227832.html). Así, entre 1958 y 1975, se concretó la segunda fase del proyecto betancuriano en relación al destino de la renta petrolera. Esta fase estuvo apuntalada por la Constitución de 1961 que incorporó muchas de las variables sociales contenidas en la constitución de 1947, si como también, por una profundización del nacionalismo rentista objetivado en la creación de la OPEP en 1960. El rentismo, el clientelismo, la distribución bipartidista de la renta petrolera y el capitalismo rentista vivieron su época de esplendor. Sin embargo, a comienzos de los años setenta del pasado siglo, mediante la llamada "revolución OPEP", los precios petroleros en el mercado mundial alcanzaron límites siderales, llevando la renta absoluta percibida por los países de esta organización a niveles insospechados en los tiempos precedentes de su historia petrolera. Este trasiego astronómico de petrodólares desde el centro del sistema hacia los países tercermundistas exportadores de petróleo, paradójicamente determinó en Venezuela, el colapso del capitalismo rentista1 y el final de la segunda versión de la renta petrolera liderada por el adeísmo romulero.

El descomunal envión de la renta absoluta petrolera empujado desde la periferia y los problemas derivados de la dinámica del capitalismo desarrollado, provocaron una agudización de la caída tendencial de la tasa de ganancia en los países desarrollados, decretando la crisis económica del sistema capitalista mundial hacia la mitad de la séptima década del pasado siglo. Frente a esta eventualidad, la respuesta del gobierno planetario del capital no se hizo esperar y asumió una serie de medias económicas, sociales y políticas tendientes a la superación de esta crisis, entre estas medidas van a ser estratégicas las que se tomaron para desvalorizar la mano de obra a nivel mundial, así como también, las medidas para una nueva subsunción de la naturaleza al reino del capital. Este paquete de medidas es lo que en la historia reciente conocemos como NEOLIBERALISMO. Con toda la intención de abaratar el capital constante en los países centrales y de esta manera detener la caída de la tasa de ganancias, la orden de los tanques pensantes del capital fue el abaratamiento de los recursos naturales o commodities, entre ellas, el petróleo por ser una de las mercancías reinas del mercado mundial. En tal sentido, en 1974 se creó la Agencia Internacional de Energía2 destinada a quebrar el poder monopólico de la OPEP y su defensa de la valorización del petróleo. No obstante, ya al comienzo de los setenta, ante la guerra árabe-israelí y su derivado, el embargo petrolero de 1973, la estrategia del capital petrolero imperial estaba definida en cuanto a sus inversiones en el tercer mundo petrolero, al tomar la decisión de aupar los procesos de nacionalización petrolera en esos países. Para el capital monopolista había llegado el final en países como Venezuela del llamado periodo concesionario petrolero, donde la victoria estuvo de los países productores. De ahora en adelante, se imponía una nueva relación con los países exportadores de crudo, donde todos los ases estuvieran en manos de las empresas transnacionales hidrocarburera. El primer gran avance logrado por el imperio en la implementación de la nueva estrategia fue la Ley de Nacionalización petrolera de 1975, toda una declaración de guerra contra el estado venezolano que la clase política de aquel entonces no supo visualizar. Mediante esta ley, no sólo se aseguraba el regreso triunfal del capital imperialista petrolero, sino que también, se impuso la creación de una empresa nacional de petróleo, totalmente al servicio de los intereses imperialistas, pues, su gerencia fue extraída de las antiguas concesionarias. Esta era una gerencia transnacionalizada y empapada hasta los tuétanos de racismo, clasismo y del credo neoliberal.

A finales de los a años setenta ya Juan Pablo Pérez Alfonso advertía que la gerencia de la recién creada PDVSA no respondía a los intereses del país. Pero fue a partir del comienzo de los ochenta cuando esta gerencia anula el poder contralor del Ministerio de petróleo y asume la política petrolera del estado. En este sentido, el cambio fue brutal si lo comparamos con la etapa concesionaria:

A.-Se minimizó la acción contralora del Ministerio de Energía y Minas sobre PDVSA, convirtiéndose la empresa en el órgano rector de la política petrolera del Estado venezolano. Perdimos la soberanía política en materia hidrocarburera. La consigna aquí fue salvar a la empresa de las garras de un Estado corrupto.

B.-PDVSA comenzó un agresivo proceso de acumulación de capital en el ámbito internacional. Esto se conoció como la internacionalización de la empresa partir de 1983. La idea era sembrar la renta petrolera en el petróleo pero fuera de Venezuela. A las empresas de PDVSA en los países desarrollados se le vendía el petróleo con descuentos hasta de 4,00 dólares por barril y jamás dieron ganancias al Estado venezolano.

C.-Apertura del negocio petrolero nacional a la inversión privada extranjera a partir de 1989, basada en el artículo 5º de la Ley de Nacionalización, pero ahora con las siguientes condiciones a favor del capital:

C.1.-PDVSA se convirtió en rehén del capital extranjero, al firmar contratos en donde autorizaba ser demandada por los inversionistas, si el Estado venezolano modificaba los términos contractuales establecidos.

C.2.-PDVSA se convirtió en paraguas del capital privado, al absorber cualquier carga fiscal que el Estado le impusiera a las empresas privadas que contrataban con la emprsa nacionalizada.

C.3.-PDVSA concedió un nuevo régimen fiscal al capital extranjero rebajando la regalía petrolera de 16 2/3 por ciento del producto extraído, 0,0 y 1,0 por ciento. Al mismo tiempo, el impuesto sobre la renta a pagar por los inversionistas foráneos fue rebajado del 64 por ciento al 34 por ciento de la ganancia obtenida. Perdimos la soberanía impositiva.

C.4.-Los Convenios Operativos y las asociaciones estratégicas firmadas con el capital extranjero fueron protegidos por El Acuerdo sobre Inversiones Extranjera firmado por Venezuela y que radicaba en tribunales del exterior cualquier controversia del capital petrolero con el Estado venezolano. Perdimos así la soberanía jurídica en materia petrolera.

D.-Una política anti-OPEP, tendiente a liquidar el cartel de productores que impuso al capitalismo mundial una renta absoluta de alto tenor. La violación de las cuotas petroleras y defender una política de volúmenes si, precios no, fue la consigna para lograr tal cometido.

E.-Reducción a su mínima expresión la contribución fiscal de PDVSA, con el argumento de que los proventos aportados por la empresa serían robados por la camarilla adeco-copeyana que se había apoderada del país político. PDVSA antes de ser antichavista, fue antiadeca y anticopeyana. Esto quebró fiscalmente a los últimos gobiernos puntofijistas y los deslegitimó políticamente.

F.-PDVSA se convirtió en una caja negra, pues sus desaguisados fueron impuestos al país sin que los venezolanos nos enteráramos de los que estaba ocurriendo con nuestro principal recurso natural. Para lograr tal objetivo, la empresa obtuvo el respaldo total de los grandes medios de comunicación nacionales e internacionales; así como también, logró que las universidades erradicaran de sus pensa, todas aquellas asignatura económicas que tuvieran que ver con la cuestión petrolera, a cambio de su participación en el negocio hidrocarburero3

 

De esta manera, el partido "Gente del Petróleo", organización creada a principios de los ochenta en el seno de PDVSA, unida a su gemelo "Primero Justicia", organización creada con reales del petróleo, tomaron las riendas de la política petrolera y del destino de la renta hidrocarburera, desplazando al binomio AD-COPEI, dando inicio al Puntofijismo Neoliberal 1975-1999. Lo paradójico del asunto, fue que todo este recambio en la política petrolera se hizo con la anuencia política de los dos partidos líderes del primer Puntofijismo.

El Puntofijismo Neoliberal afincado en la Gente del Petróleo, Primera Justicia, los IESA Boys, la tutela del FMI, Banco Mundial, Agencia Internacional de Energía y los grandes medios de comunicación nacionales y extranjeros, será ahora el nuevo sembrador de la renta petrolera con las siguientes especificidades:

I.-La menguada renta petrolera se sembraría en PDVSA, sus gerentes y en los compañías petroleras internacionales.

II.-PDVSA crecería pero en el exterior o sea, se internacionalizaría.

III.-Al estado venezolano controlada por AD-COPEI se le despojaría de la distribución de la renta petrolera, por ser un ente corrupto, ladrón, clientelar y botarate.

IV.-La renta petrolera destinada al gasto social en salud, educación, salarios del estado, cultura, deportes y servicios básicos se reduciría al mínimo para abrirle las puertas a la privatización de estas áreas.

V.-El hueco fiscal dejado por la menguada renta petrolera se taparía con el impuesto al valor agregado (IVA).

VI.-La descentralización del estado debía ser el marco politico-juridico que acompañaría esta cuarta versión de la siembra petrolera.

VII.-El capitalismo de estado debía cederle el paso al capitalismo normal afincado en la liberación del mercado, la reducción económica del estado, teniendo como fuerzas motrices a la burguesía criolla y el capital externo.

VIII.-Todo intento de reeditar el gasto social-clientelar sería estigmatizado de jurásico y populista.

IX.-La Enfermedad Holandesa y el petróleo como "estiércol del diablo" fueron las expresiones ideológicas para acabar con la valorización del petróleo.

X.-A las universidades nacionales se les prometió renta petrolera siempre y cuando liquidaran de sus planes de estudios la economía política petrolera.

XI.-La apertura petrolera llevada a cabo por el Puntofijismo neoliberal se cubrió con un manto de silencio educativo y comunicacional. PDVSA se convirtió así en una verdadera caja negra del petróleo venezolano.

En la medida que la gerencia meritocracia tomó el control del origen y destino de la renta petrolera, la yugular económica del Puntofijismo romulero fue cercenada y con ello se decretó la muerte de la IV república. El Caracazo del 89 y los levantamientos militares del 92, fueron las alarmas indicadoras de que esta siembra neoliberal de la renta petrolera estaba haciendo estragos en las clases humildes del país. Era cuestión de tiempo para que sonaran los tiempos de la redención chavista. Por antinacional y antipopular fue derrotada esta cuarta versión de la siembra petrolera cuyos titiriteros estaban fuera de los límites de nuestra nación.

NOTAS

1.-Asdrubal Baptista. Teoría Económica del capitalismo rentístico.

http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/ABaptistateoria.pdf

2.- https://www.iea.org/publications/freepublications/publication/WEO2014_ESSpanish.pdf

3.-Humberto Trompiz Valles. Itinerario Histórico de la Soberanía petrolera Venezolana.

http://www.aporrea.org/tiburon/a144267.html



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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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