La Educación Corporativa como Estafa Bobalizante

La desfachatez de los pulperos de la Educación Corporativa pareciera no tener límites en su creencia bufa de que la conciencia de los Pueblos le pertenece por entero. Al parecer no están muy equivocados en sus convicciones. En gran parte de la América Latina, en países gobernados por gobiernuchos al servicio del Imperialismo yankee, el espíritu corporativo impregnó de tal manera los pensa nacionales, que de algún modo este se convirtió en la esencia ductora de la Educación de cada uno de esos países.

En Chile, por citar un País cercano a nosotros, La Educación corporativa se adueñó del espíritu austral. En tiempos del Camarada Salvador Allende, ya la corporación había tomado mucho terreno en la conciencia de las mayorías. Cada chileno, de alguna manera, se había tragado el cuento de “una Educación de Calidad”, y sobre todo aquella moraleja, que para obtenerla había que pagar por ella. Y así proliferaron como cagarrutas de chivo los colegios y las Universidades privadas, que no eran otra cosa que corporaciones al servicio de la ideología de la globalización neoliberal. La estrategia era simple: bobalizar a los pobres para convencerlos de su inferioridad ante la Corporación.

Esa educación corporativa en contra de los pueblos, y en contar de la soberanía de las naciones, fue la que realmente tumbo el gobierno progresista del camarada Salvador Allende

En Colombia, que poco ha dejado de ser una Republica soberana para convertirse en una hacienda de los Yankees, ya algunas de esas cacareadas “Universidades” han comenzado a llamarse Corporaciones. Han comenzado a desnudarse, seguros como están del trabajo que han hecho en la conciencia del Pueblo. Es una verdadera tragedia, en la exacta dimensión que la entendían los griegos, esta sustitución de una Educación basada en la idiosincrasia, y en la evolución política de cada Pueblo, por esta Educación Corporativa; que además cuesta lo que los pobres tienen que pagar con grandes sacrificios, y con su hambre.

No puede haber soberanía sin una Educación que convenga a los sagrados intereses de las mayorías de un Pueblo; y la Educación corporativa es una estafa que solo enseña a defender los intereses del capitalismo por encima de la supervivencia de los explotados de este Mundo.

Sería conveniente, que los gobiernos de América Latina, comprometidos con la felicidad de sus Pueblos, revisen, y deroguen, en los casos donde haya que derogar los títulos que la Educación Corporativa ha otorgado a los ciudadanos aun en contra de ellos y de su propia madre patria. Sería un acto de auténtica soberanía.

tutas13@yahoo.com


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Eduardo Mármol


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