En ocasión de celebrarse en la Asamblea Nacional, los 50 años de Serenata Guayanesa.
El día jueves 19 del presente mes y año, en su sesión ordinaria la Asamblea Nacional realizó un significativo homenaje a esta agrupación que fue declarada Patrimonio Cultural viviente en el 2011.
Centrandome en lo dicho por Miguel Bosh, quiero decir, lo apoyo en toda su extensión.
Bosh acentuó entre otros aspectos:
✓ No sé cómo vamos a resolver el problema?
✓ No sé cómo vamos hacer con el reggaeton?
✓ Es francamente inmoral lo que sucede!
✓ Pareciera que las letras están destinadas a destruir la Educación y la Cultura.
"...Tenemos una angustia muy grande debido al reggaeton que denigra a las mujeres y mal forma a los niños. No estamos de acuerdo con eso, es francamente inmoral lo que sucede, no se pueden tener en las escuelas, ni celebrarse cumpleaños o lo que sea bailando reggaeton y peor eso que llaman perreo. Eso está destinado a destruir la Educación y la Cultura en Venezuela..."
Me he puesto a rastrear este mensaje y por lo que veo no ha producido el impacto, las reacciones por mi esperadas, desde ninguna instancia, ni grupos, ni movimientos u organizaciones.
Pude observar, el impacto en la audiencia presente en la Sala de la Asamblea, hubo una ovación de pie y fuertes aplausos en señal de aprobación, pero de resto a cinco días de transcurrido el evento, pareciera que allí Bosh no dijo nada trascendental.
Los Consejos Educativos, los Consejos de Protección al Niño, Niña y Adolescentes, los Consejos de Cultura y otras instancias ligadas a la formación del niño, no pueden dejar de apoyar está gran preocupación expresada en forma de abierta crítica por Bosh, quien además realza el trabajo que ha venido haciendo esta agrupación en favor a la formación de los niños, es fundamental debido a que por medio del mismo se da a conocer la poesía y a los poetas.
Los Padres, Docentes y Orientadores en especial, no podemos continuar quizás muy preocupados algunos, pero apoyando con nuestro silencio.
Gracias Miguel Bosh y a Serenata Guayanesa por recordarnos la fuerza que le tenemos que imprimir a tu crítica.
