(En el marco del Bicentenario de la Campaña Admirable)

Memoria (personal) del V Congreso Nacional de Hoistoria en Barquisimeto

Dios es grande y misericordioso, como diría un sirio invocando a Mahoma. Y aunque nadie nos lo ha pedido porque seguramente resultó irrelevante pero, como en el anterior escrito, sentimos el deber de aclarar algunos puntos de lo vertido en el texto publicado muy generosamente por aporrea con nuestra autoría, (El V congreso internacional de historia de Barquisimeto 2013, en www.aporrea.org , martes 27/ 08/ 2013)

Decíamos que en la inauguración del V Congreso Internacional de Ciencias Históricas de Barquisimeto, XIV Jornada Nacional de la Investigación y Docencia de la Ciencia de la Historia y Simposio de la Historia de la Educación y la Pedagogía, en el Marco del Bicentenario de la Campaña Admirable, nos emocionamos esa tarde noche de la inauguración. Y nos generó mucha expectativa las palabras de bienvenida, además de hacer volar el recuerdo agradecido de algunas figuras significativas en nuestra formación inicial de tal manera que se nos nubló la mirada y sucumbimos ante la imaginación, esa loca de la casa, que decía Santa Teresa, aún presente al escribir esas líneas y se nos colaron ciertas imprecisiones que ahora quisiéramos corregir, si nos fuera posible.

Al volver a observar en el auditorio Ambrosio Oropesa de la Ucla a muchos de los antiguos discípulos del maestro Federico Brito Figueroa, alguno de los cuales estaban en el presídium se nos ocurrió imaginar que de un momento a otro, bendito sea Dios, que nos dio la imaginación siempre tan traviesa, iría a aparecer como en aquellos años de la década de 1990 el Dr. Federico Brito Figueroa. Y no sólo eso, sino que, lo que hubiera sido peor: saliéndose del protocolo de la clase magistral que pudiera estar impartiendo esa tarde noche, dijera unas palabras recriminatorias. Y, en su tono grave y estilo pausado, denunciara el paro de las universidades que fapuv desplegara en ese momento, con grave perjuicio para el estudiantado y generando exponencialmente una sensible problemática política. E incluso, advertiría al gobierno bolivariano también responsable de esa coyuntura difícil pero con tiempo para la maniobra, acerca de que, efectivamente, tiene la grave responsabilidad de asignar los recursos financieros que requieren las universidades, pues son las casas de estudio un pilar fundamental del cuerpo de la nación, una categoría de amplia resonancia que nos incluye a todos.

Incluso a algunos de sus discípulos más cercanos, que ahora, seguramente de manera muy legítima, sostienen posturas contrarias al gobierno bolivariano, porque han entrado en una fase crítica y han quitado su apoyo al socialismo del siglo xxi, imaginamos que pudieran haber recibido alguna llamada de atención; o pedir, como hizo una vez, efectivamente, un aplauso al Estado Nacional.

En fin, fue sólo un momento que imaginamos eso, ya que un grupo de estudiantes de la delegación de Colombia nos distrajo con sus cuchicheos o murmuraciones sobre no sé qué de los discípulos en general de Clío; y está bien que nos hayan interrumpido de esa guisa porque después nos dio algo de pena imaginar eso, ya que cualquier lector de Marc Bloch sabe que el pasado en sí mismo constituye un dato que no se deja modificar, ni el buen historiador tiene la licencia del novelista. Aunque nosotros no somos ni una cosa ni lo otro. Aquí simplemente consignamos la experiencia subjetiva que nos asaltó en ese momento al oír a un rector tan “reaccionario” como el Lic. Francesco Leone, un copeyano típico, pues; que desde el pódium tomara la palabra y leyera unas páginas inaudibles por su proverbial dicción farragosa pero coherentemente liberal y adscripción irrestricta a las consignas lectorales de la llamada mud, aunque esta vez el hombre se refrenó y se abstuvo de lanzar sus “puyas” de que estaba dispuesto a que el MPPEU vinieran a revisar sus cuentas en la gestión de la UCLA; cuestión en la que el gobierno se hace el loco, como si no fuera con él la cosa. Aunque, como el alacrán el aguijón el astuto rector lo clavaría por otro lado, como se verá luego, al reivindicar a uno de sus antiguos “compañeros del partido”.

“Saludo institucional, honor para la Ucla participar de este V Congreso Internacional de Historia desde hace veinte años…”, más o menos entendimos que dijo el rector Leone. Y luego, hizo un elogio fúnebre a otro rector recientemente fallecido, García de Longoria. Un funcionario del aparato adeco trasladado de la Universidad de Carabobo a la UCLA para aplacar una huelga de estudiantes, profesores y empleados y que nosotros recordamos como un aliado de los cuerpos represivos y que expulsara a muchos estudiantes, negándoles el derecho al estudio. Un funcionario muy de la época de la cuarta república; cuestión que, por demás, los historiadores deberían estudiar, pensamos, no sé.

Testimonios deben haber muchos, eso sería también una forma de mirar la realidad nacional a través de los hechos que los constituyen. Ello considerando que la historia como ciencia ofrece de cierta manera un “…espacio para el estudio y comprensión” de los eventos que han marcado los procesos sociales e institucionales en el campo de la educación y la pedagogía. Con lo que, por demás, creemos que el sr rector Francesco Leone indirectamente sugirió abrir una línea de investigación en ese sentido, el estudio del movimiento estudiantil en Barquisimeto y el estado Lara en general, que dicho sea de paso las ediciones del Perro y la Rana ya ha publicado dos tomos de las luchas estudiantiles en Venezuela: Así empezamos nuestras luchas y otro cuyo nombre se nos escapa pero abarca las jornadas estudiantiles que van de 1983 a1993, aproximadamente; con lo que estamos diciendo que al mencionar a los señores Leone y Longoria no los estamos condenando a priori ni absolviendo, ya que la historia no es un tribunal sino un esfuerzo científico de búsqueda de la verdad, apoyados en los hechos irrefutables observados documentalmente bajo la onto-guiatura del racionalismo crítico.

Lo que queríamos enmendar es que el maestro Federico Brito Figueroa fue quien inició la revolución educativa que desarrollara el presidente Hugo Chávez, principalmente por la llamada explosión matricular y el reimpulso de la transformación curricular y nueva institucionalidad universitaria, (Véase Memoria educativa de Venezuela, de Luís Bravo Jáuregui y el libro del mismo autor La educación en tiempos de Chávez). Fue designado Rector de la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos de San Juan de los Morros, UNERG; donde también logró abrir una maestría en historia y luego esta universidad se abriría al pueblo, sirviendo además de soporte a la Misión Sucre y la Escuela Latinoamericana de Medicina. No fue rector Brito Figueroa de la UNELLEZ, según escribimos en el texto anterior.

Lo cierto es que no siempre las intervenciones de las universidades constituye un proceso fácil, a Brito Figueroa, recordemos, que no las tuvo todas consigo ahí en la UNERG, de hecho sobre él existe una famosa fotografía donde aparece fumando y mirando el horizonte por una ventana y con el Consejo Universitario a sus espaldas, muy contrario a sus iniciativas.

Pero cuando una universidad asume los lineamientos del nuevo estado nacional que se impulsa desde la revolución bolivariana viene a ser un bastión importante para impulsar las transformaciones de esas viejas estructuras anquilosadas y elitistas, una realidad al parecer muy presente en Venezuela actual.

Sin embargo, la revolución bolivariana ha tenido siempre un talante dialogante, digan lo que digan, y no ha propiciado más intervenciones en las universidades. Como no sea para apoyarlas en su desarrollo de políticas estudiantiles y presupuestarias, aunque siempre resultan insuficientes, ya que las necesidades parecen infinitas y los recursos siempre escasos. Pero, cosa curiosa, ciertas vocerías oficiales contrariamente a lo esperado no han contribuido adecuadamente a cumplir ese objetivo de realizar la transformación universitaria y que la administración de los presupuestos se haga en el marco de la rendición de cuentas y la transparente manejo de los ingresos propios sino que eso es un coto cerrado ; sus discursos altisonantes han revuelto todo y tuvieron una especie de ridícula política de ahogamientos de las universidades, hasta que al final con el Dr. Pedro E Calzadilla en el gobierno del compañero Maduro han venido corrigiendo esos desafueros.

Se necesitaba dialogar y alcanzar acuerdos con todos los sectores de las universidades que, sin ser ingenuos, permitan que estas instituciones cumplan sus fines clásicos de docencia, investigación y extensión o hasta producción de algún bien o servicio; y decimos que un ejemplo en ese sentido lo pudiera ser lo mencionado por el rector Leone, al decir que la Ucla ha acogido institucionalmente al Congreso Internacional de Ciencias de la Historia o su antecedente las Jornadas Nacionales de Investigación y Docencia de la Ciencia de la Historia, ¡por veinte años!

Ya que como dicen “Lo cortés no quita lo valiente”, de donde se tiene que acordar con autoridades no quiere decir renunciar a las posturas ideológicas o ideas-fuerza que determinan las acciones de parte y parte sino una colaboración en atención a los grandes objetivos de la nación. En otras palabras, la sociedad y el Estado han de permitir que las universidades desarrollen sus funciones de manera adecuada, de tal manera que los sectores en pugna en eso pueden llegar a ciertos acuerdos consensuados, nos dijo esos días un eminente profesor, y cuyo nombre omitimos por no estar interesados a nombrar.

Pero, por otra parte, es lastimoso comprobar que en el ámbito universitario parece que pocos creen en la palabra del presidente Maduro cuando ha dicho que las universidades tienen el presupuesto garantizado; no hay confianza y será por eso que Fapuv anuncia que levantan el paro pero siguen la lucha por un presupuesto justo, seguridad social y, para ser sinceros, sigue la diatriba por un cambio político en Venezuela, con la democratización verdadera de la sociedad y sus instituciones; donde uno de los activos más importantes sea la confianza, el respeto, la tolerancia y la aceptación.

El paro universitario fue reveló cómo campea en Venezuela la intolerancia, el oportunismo y la incoherencia de la oposición y el gobierno, así las universidades estaban abiertas para unas cosas, como el evento cuya memoralia comentamos o para los actos de grado u otras actividades mínimas pero no para impartir clases. Esto en las universidades tradicionales y cuyo personal docente, empleados y obreros ya habían recibido su nuevo aumento salarial de 25 por ciento, bonos y retroactivo 2013. Porque en las nuevas universidades, como la territorial del estado Lara, UNEFA, UNES, Universidad Simón Rodríguez o las Aldeas Universitarias de la Misión Sucre… se mantuvieron activas en sus actividades normales. El V Congreso Internacional de Ciencias de la Historia de Barquisimeto hubo de realizarse en el marco de las contradicciones políticas propias del momento que se vive y donde ninguno de los acores es neutro sino que despliega sus posturas filosóficas y políticas, cuestión que a un compañero todo esto le hizo recordar al filósofo Michel Foucault en sus obras de Historia de la locura y Vigilar y castigar, no sé porqué.

Pero levantado el paro universitario para continuar la protesta por otros medios, en las doce mesas de diálogo que han sido instaladas, será; por eso Ángel R. Lombardi B., ha dicho que “Lo que presencié en nuestra Asamblea de Profesores en LUZ no es para tirar cohetes. Persiste en nuestro gremio un sentimiento de confrontación nada disimulado, es decir, muchas verdades en disputa. Y yo que pensaba ingenuamente que existía una sensación colectiva entre mis colegas acerca de que el paro fue exitoso y que la Universidad se defendió gallardamente de los intentos, que aún persisten, de intentar su domesticación”, (El Impulso, 15 de septiembre de 2013, Apartado de lectores, P. A 2).

Agrega a continuación Lombardi que “Muchas intervenciones en la Asamblea fueron gratuitas y blasfemas. Sobre todo, aquellas muy castas y pudorosas, que señalaban que el conflicto universitario se había politizado , y que esto era algo inadmisible para nosotros los académicos. Esa supina ingenuidad, repetida una y otra vez, uno no sabe si lo hacen con la seriedad del asunto o es una mamadera de gallo; toda participación ciudadana en los escenarios públicos es un acto de reafirmación política. En consecuencia, el paro de tuvo evidentes y positivas connotaciones políticas en defensa de la Universidad y su Autonomía”, (ídem).

Volviendo al tema central de este escrito, es bueno recordar que en la inauguración del V Congreso Internacional de Ciencias de la Historia… predominó el afecto al recordar y homenajear a reconocidos historiadores, hombres y mujeres, nacionales o extranjeros, como la doctora Edda Zamudio, quien mucho ha contribuido al desarrollo de la historiografía venezolana que “nació en Panamá y se formó en Venezuela y Colombia y ha extendido su magisterio a Ecuador, Perú y Bolivia”, según oímos y anotamos; a ella los organizadores expresaron su afecto y reconocimiento con una placa y una medalla, lo que también fue un acto de agradecimiento y admiración por sus enseñanzas y trayectoria académica.

Hubo también la entrega de la Orden al mérito de los historiadores al historiador argentino Juan Carlos Caravaglia, (Pasto, 1944) que enseña historia de Argentina e historia latinoamericana en la Universidad de Buenos Aires (Tandil), en Italia, México y Europa y director de estudios en la École des Hautes Études en París, de donde es agregado como doctor, además de profesor e investigador del ICREA en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona donde dirige el actualidad el proyecto State Building in Latin America con el apoyo del European Reaseart Council ya ha publicado, entre otras obras, “En busca del tiempo perdido. La economía de Buenos Aires en el país de la abundancia, 1750-1865”, (2004, en colaboración con Raúl Frakin); Lois, justice, coutume, Amériques et Europe latines (16e-19e siécles), (2004, con Jean Fréderic Schaub) y Los orígenes de la independencia (2005, junto a Juan Marchena; y su último libro es “Construyendo el estado. El Río de la plata, siglos XVIII y XIX”, (2007), de tal manera que es una figura muy relevante y su mera mención en el evento ya es una invitación a lectura y estudio de esa obra que seguramente permite comprender mejor quiénes somos los latinoamericanos, siendo eso ya una inmensa contribución.

Esto lo escribimos y entregamos a los posibles lectores como una humilde contribución, ya que la formación viene a ser una cuestión muy necesaria en la militancia de la revolución bolivariana, cuestión que siempre recordaba el presidente Chávez. No es solo la política menuda y la denuncia de los elementos de la coyuntura lo que debe predominar en los medios, de donde se tiene que dialécticamente asistir al V Congreso Internacional de Ciencias del a Historia… no significó desligarse del presente para sumergirse en la recreación del pasado.

Finalmente, conviene dejar sentado que en las ponencias y deliberaciones del Simposio Internacional acerca de la historia de la educación y la pedagogía latinoamericana se oyeron disertaciones inquietantes. Porque interpelan la educación en tiempos de la revolución bolivariana. Como, por ejemplo, la Internacionalización de la Educación Superior, que fue la ponencia de un investigador colombiano, pero vista desde una perspectiva revolucionaria y no desde el mercantilismo neoliberal, se puede entender parafraseando a Jacques Delors de que La educación encierra un tesoro, tiene que ser privilegiada por la sociedad y el Estado-Nación; y la internacionalización de la funciones clásicas de las universidades, como son docencia, investigación y proyección social, ya constituye un factor para su transformación e impone la necesidad de ser más competitivos. Esto es, que participe del mercado, forme el talento humano que requieren las organizaciones y genere escenarios de solidaridad, mejore el posicionamiento de las instituciones educativas con altos niveles de calidad, relevancia científica-técnica y pertinencia social en el marco de una sociedad productiva, con lo que por otro lado se estaría hablando de la necesidad de impulsar los estudios comparado de la educación y la pedagogía, entre Venezuela y Colombia, por ejemplo, o realizar benchmarking a objeto de contrastar, mejorar las condiciones laborales de los docentes e investigadores y demás trabajadores, que es lo que con el nuevo aumento salarial se está intentando desarrollar en Venezuela en el gobierno de Nicolás Maduro, aunque como hubo de recordar recientemente en su columna Díaz Rangel se requiere con urgencia mejorar la calidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje, no es sólo atender la universalización del ingreso a la universidad.

La internacionalización de la educación superior entraña también algunos peligros, como la pérdida de identidad cultural de los pueblos y regiones a consecuencia de la homogenización al competir globalmente y favorecer la instrucción técnica o sobre posición de la educación técnica-laboral por sobre la educación humanística al internacionalizar el currículo elitista o el privilegiar más los beneficios financieros de las organizaciones educativas universitarias, por la “matematización” de los fenómenos, típica en quien hace historia económica siempre cuantificable, olvidando la importancia del pensamiento sistémico o la llamada perspectiva holística, no “ver” las relaciones sociales integradas a ciertas estructuras objetivas de la economía, la política y la cultura, con mapas de transferencia integrados por nodos que transfieren modos de vida y pensamiento o síntesis de vivencias en una sociedad globalizada.

También nos resultó particularmente interesante la Ponencia “Los Estudiantes, 1971: el programa mínimo. Seminario de Investigación de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, UPTC”, que responden a la pregunta, ¿Cómo se organizan los estudiantes de la UPTC?

Señalaron que ha sido uno de los más grandes fenómenos en Colombia, ese de los estudiantes de 1971, su objetivo fue analizar el movimiento upetecista en la construcción de un programa mínimo, representando un movimiento social o político, cuyas acciones fueron: movilizaciones, bloqueos en la universidad (tomas de vías); y su programa mínimo incluía: libertad estatal, democracia y financiación de la educación superior; es de recordar que ese movimiento estudiantil tenían la influencia de la revolución cubana que afectara tan hondamente la sensibilidad juvenil, y también la influencia de la revolución china de Mao y del Mayo francés y generaron un escenario que estaba al fondo del movimiento estudiantil de la década de 1970 en América Latina y el Caribe.

Pero en el ámbito estrictamente académico ya se había hecho presente un escenario de renovación universitaria en la orientación en la creación del programa de Análisis de la Cátedra de Economía Política en la Universidad Autónoma de Colombia, 1933, según expusiera José Molina Bravo, ya que se fundamentaba en desarrollar el criterio de la autonomía en “La Revolución en Marcha, 1933-1938”, cuando se aprobara la Ley 68, referida a la Reforma Universitaria.

La enseñanza de la economía, señaló el ponente, poco más o menos, fue concebida como vía para comprender la realidad colombiana y crear otras vías de soluciones, con sus factores dinámicos en las áreas de producción, desechar el comunismo como ideal y pernicioso; aunque ya antes se establecen los programas de formación en economía, que dependían de la Facultad de Derecho, en 1932 pero era mera retórica de las ciencias y el cambio, precisamente, en 1933 estuvo en que se introduciría el espíritu científico en la universidad, con una universidad que tenía autonomía relativa en cuanto a la intervención del Estado en su políticas educativas vinculadas a su modelo económico y político. Pero, consigna el citado investigador, la remuneración era precaria, mala dotación, infraestructura física precaria y cátedras no adecuadas, por lo que se comprende que ya para entonces era una situación insostenible, pero todavía los movimientos estudiantiles masivos no habían hecho irrupción.

Estos elementos de educación comparada entre Venezuela y Colombia hacen resaltar que nuestros comunes problemas universitarios son de vieja data y las luchas que hoy se libran tienen como referentes aquellas acciones por el ideal universitario, reafirmando que la cuestión de la autonomía y la intervención del Estado siempre son relaciones polémicas porque los intereses políticos quieren instrumentalizar el hecho educativo y hasta se considera como peligroso, será por la mirada crítica que suele desarrollarse en esos recintos, aunque de un tiempo a esta parte uno no sabe si es que el conformismo domina o la desesperanza.


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Luís Saavedra

Docente, Trabajador popular.

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