Lilibeth Chacón: coraje y condiciones

Una libra de valor vale más

que una tonelada de suerte

Bretón de los herreros

En Santa Marta, Colombia, donde nuestro Libertador Simón Bolívar, vivió sus últimos días, una corajuda muchacha tachirense, derrotó a una blindada selección de ciclistas del patio, fogueadas en un calendario de competencias tan exigente al de países europeos: Francia, Italia, y España. Parecía imposible el triunfo de nuestra compatriota, antes una jauría, el cual lucía totalmente superior, y además con el incentivo de los triunfos de sus coterráneos en el ciclismo profesional, con grandes figuras en lo más alto del ranking de la UCI, entre ellos: Nairo Quintana, Esteban Chávez, Rigoberto Úran, y la nueva promesa Edgar Bernal, recientemente ganador del Tour del Avenir.

La medalla de oro, en la prueba de ruta femenina, tiene un valor, de esos que sirven para levantarle el ánimo a nuestros atletas, y a la inmensa afición al deporte en general. Desde los juegos centroamericanos, y del caribe, efectuados en Medellín en el año 1978, cuando el bravo llanero Juan Arroyo, se atrevió a desafiar a los neogranadinos en su propio patio, en una exigente prueba de ruta, con final en alto –una pared– para derrotarlos, como un verdadero campeón, ningún compatriota había emulado esa hazaña. Estos dos triunfos, los podemos comparar a la realizada por el "cóndor" José Rujano, tercer ciclista extranjero, y primer venezolano en vencer en una vuelta a Colombia, antes lo más selecto, y granado del ciclismo colombiano.

El triunfo de Lilibeth no es producto del azar, ni de la casualidad; tiene sus razones muy bien fundamentadas, para tomar en cuenta a la hora de enfrentar otras selecciones, sin dejar a un lado. la grave situación económica de nuestro país. Esta muchacha, se ha mantenido compitiendo en la hermana República de Colombia, y hace poco, estuvo en los primeros lugares de la vuelta ciclista a ese país, antes un enjambre de pedalistas–más de 120– fogueadas en otros países, incluso con la intervención de algunas corredoras europeas. Esto nos da, una idea, de lo importante de estar al lado de rivales, donde la organización, la asistencia técnica, y la ayuda económica siempre está presente por encima de cualquier circunstancia.

Lamentablemente estos juegos bolivarianos de Santa Marta, han tenido poca difusión por los medios venezolanos; salvo el canal del estado, y algunos medios impresos con informaciones muy escuetas, los resultados están pasando de manera desapercibida. Hasta los momentos el medallero, lo domina Colombia, casi triplica en oro a nuestro país, algo, que debe preocupar, y llamar a la reflexión a las autoridades deportivas venezolanas. Es el momento para buscar las fallas, y hacer las correcciones necesarias para poder competir en igualdad de condiciones antes un país, el cual, pasa por un gran momento deportivo, con la ayuda de la empresa privada, el cual aprovechan la publicidad para dar a conocer sus productos, y de esa manera contribuyen en el desarrollo de los atletas.



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Narciso Torrealba


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