La impunidad hace guapetones de aldea

 Acabo de escuchar por televisión, naturalmente VTV pues casi es la única que sintonizo, del sabotaje realizado en el Estado Anzoátegui, cerca de la ciudad de El Tigre, cortando las bases de una gran torre de cables de energía eléctrica con sopletes de acetileno que, afortunadamente no cayó, probablemente debido al sostén de los grandes cables, lo que hubiese causado graves daños en el oriente del país, dejando sin energía no solamente lumínica sino todo lo que funciona con electricidad que además de favorecer otros hechos delictivos, de terrorismo, representa inmensas pérdidas de dinero. Los mui estúpidos de la super estúpida oposición venezolana, creen que con eso le hacen daño al gobierno, obviamente que sí en lo económico sobre todo, mas el odio es contra Chávez i precisamente porque cada día son mayores sus triunfos de líder libertario de toda Latinoamérica. Empero, eso no es todo; lo grave es la impunidad que impulsa a los guapetones, a los malandros o mejor, a los terroristas. Esas regiones de El Tigre, que en dos o tres ocasiones he viajado por ellas, son grandes explanadas o llanos, con unas rectas de carreteras que creo son las mayores de Venezuela i donde estimo se pueden conseguir huellas o rastros de los autores del atentado, buscarlos i detenerlos; pero no para que pasen unos meses o años detenidos, sino por un mínimos de 20 años o llegar a la máxima pena. Entonces recuerdo un caso especial que en mis escritos comenté i protesté.

 Debe recordarse que, antes del paro general, del diciembre sin Navidad, del saboteo de PDVSA, de cuantos actos de desestabilización, terrorismo i agresión al pueblo de Venezuela se han hecho o se pretende seguir haciendo, hubo el saboteo de una planta petrolífera creo que en El Palito; se descubrieron los autores, dos ingenieros que deberían ser fieles guardianes de las instalaciones petroleras de su patria, así como sus necesarios cómplices menores. Se les señaló, nunca supe que los hubiesen puesto presos ni por días, o se les hubiese despedido i multado i se trató de acallar los hechos. Si esos dos ingenieros se le hubiese condenado con toda justicia por lo menos a 15 años de prisión, posiblemente los inmensos desastres que la “meritocracia” hizo con la Industria Petrolera, no hubiesen sucedido, así como otras barbaridades. Si ahora se investiga i se consiguen los culpables, se les deben apresar i someterlos a juicio. Hai que medir las gravísimas consecuencias de ese acto de terrorismo i de que son venezolanos o extranjeros cobardes, guapetones de aldea, basura humana. Tengo entendido que mi amigo Tarek William Saab, un abogado penalista inteligente, poeta i revolucionario de los grandes, hace en su estado una gran labor; por eso tal vez la envidia de muchos, especialmente de aquellos que fracasaron i traicionaron la revolución. I el Poder Judicial i el Ministerio Público, deben acortar los tiempos para imponer los castigos i tener menos papeleo inútil en los expedientes. Ya de eso se ha escrito. En los expedientes, he tenido experiencia de ello, lo que puede escribirse concisamente claro en una página, se hace en diez o más, hasta maltratando el idioma de Cervantes. La tecnología de los Ordenadores o Computadoras, no ha menguado en nada la paja que se escribe para exponer una idea clara. Necesitamos justicia pero pronta i eficaz; ya es viejo el proverbio: “la justicia que tarda no es justicia”. Allí tenemos el ejemplo de Pinochet, el viejo criminal que se fue a la tierra de los gusanos, sin recibir el castigo que merecía.

robertojjm@hotmail.com


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Roberto Jiménez Maggiolo


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