La entrevista a Otto Reich

En vano sería enumerar todos los hechos delictivos de este farsante de carta mayor.

Archiconocido genocida de los excluidos de América Latina.

Sería como caer en un repetitivo prontuario el cual todos conocemos.

Mientras observaba la entrevista pensé: ¿Por qué esa fanfarria desmedida de parte de la televisora y la aprendiz de entrevistadora, a un personaje tan gris, en un gobierno que navega en picada hacia el fondo de los mares de la ineptitud?

¿Por qué ese empecinamiento en defensa de un gobierno nefasto que el propio pueblo estadounidense desea olvidar, dando claras señales de ello, por el fenómeno Barack Obama el cual promete cambios profundos?

¿Por qué esa alcahuetería vergonzosa que raya en la locura, por un imperio que se cae a pedazos tanto en lo económico como en su falsa libertad?

¿Por qué razón, ese trato poco menos de jefe de estado, a un pobre loco, que tanto daño ha hecho a América Latina?

¡¡El hecho justifica los medios!!

Este conjunto de desquiciados fueron en busca de alguien que se encuentra en retirada, por el solo hecho de hablar mal de Venezuela y por su enfermizo odio hacia Chávez.

Será por eso, que hoy deseo llegar más lejos y no detenerme en una crítica al loco entrevistado o a la entrevistadora que viajó en busca de una charla mezquina.

Quiero correr para alcanzar las respuestas y sin embargo camino sobre mis pasos, esos pasos que recorren los mismos pasos de tantos compañeros caídos en la historia, en busca de la verdad.

Y si la verdad de todo esto, está en las profundidades de nuestro suelo, caminaré hasta los ríos de lava que surcan las entrañas de nuestra tierra, que nos gritan en silencio que nacimos en estos suelos. Y si esa misma verdad, resulta que está lejana en los cielos, escalaré eludiendo las mentiras disfrazadas de nubes e inventaré escaleras de esperanzas para llegar a ella.

Desde lo más profundo de mi pecho nace un reclamo de querer desnudar las miserias humanas.

A pesar del dolor que tocará mi alma, cuando enfrente esa verdad, seguramente me dirá:

Que un puñado de seres humanos no desean ser liberados...

Repiten la historia una y mil veces...

Son los mismos que un día lucharon junto a Boves...

Porque eran felices siendo esclavos de la Corona.

Hoy sueñan que nuestro suelo, sea algún día, un nuevo estado de la Unión.

Son los mismos que no aceptan al portador de unas simples alpargatas.

Son los que no conocen el vuelo del Turpial, pero si conocen el del águila asesina.

Son los que se avergüenzan de un joropo, pero cantan canciones en inglés.

Son los que no saben diferenciar la arepa elaborada por las manos de la abuela, encontrándole el mismo sabor que una hamburguesa comida en un Mc Donald.

Son los que piensan que nacieron en esta pobre y ridícula América, por culpa de aquel abuelo que llegó de la Italia del sufrimiento, la del Sur, la del Vesubio, que por su ignorancia confundió Norte con Sur.

Son los que se avergüenzan de Guaicaipuro y piensan que nacieron en esta patria, solamente por un error.....

Y esa verdad despiadada que me desgarra por dentro, se ríe de mí, y con mi tristeza divago en el tiempo y recuerdo a Don Simón, cuando en sus últimos días antes de viajar a Santa Marta le decía a Manuelita:

“¡POR ESTO LUCHAMOS NOSOTROS MANUELA!...¡¡POR ESTO!!” ante la tristeza que le regalaban sus ojos. 

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE


jovarela33@cantv.net


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José Varela


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