Última Hora!: los cuentos no dan para más, a Trump se le agota la pólvora y comienza a recoger sus trapos rojos…

Trump se siente tremendamente enredado en sus propias amenazas, con más de tres meses tratando de aterrar a los venezolanos, sin conseguir doblegarnos. Nos ha amagado bombardeando lanchitas y asesinando a pobres pescadores, ha movilizado varios destructores, un submarino nuclear, el portaaviones más grande del mundo y finalmente cerrando nuestro espacio aéreo,… y ¡NADA! Aquí nadie le ha comido sus casquillos. Aquí seguimos rumbeando con los aguinaldos y las gaitas a todo dar, imperturbables, celebrando nuestras navidades incluso con familias haciendo hallacas, comprando lo que se puede, montando arbolitos y pesebres.

Eso sí, siempre alertas.

Pero Trump persiste en sus amagos, se la ha pasado de jaque en jaque: "ya estamos a punto", "viene el jaque mate", "ahora vamos a coger a Maduro", que si el "cartel de los soles es la madre del narcotráfico mundial", que si "el Tren de Aragua es la mano derecha del terrorismo chavista", que "ahora pasaremos al ataque terrestre"…, y todo el mundo espera que de un momento a otro diga: "señores, que va, echo tierrita y no juego más".

Pero a la vez, ¿y qué carajo hace Trump con todo ese inmenso y costoso aparataje militar que desplegó con tanta fanfarria en el Caribe? ¿Recogerá sus trapos rojos sin echar si quiera un misilito contra Venezuela? NO, ESTIMADO, ENTONCES A USTED EN EL MUNDO NO LO VA A RESPETAR NADIE. USTED, ENTONCES ES PURA BULLA, JAMÁS ENTONCES EL MUNDO HABRÁ VISTO UN AGUAJERO MÁS GRANDE. Ese es el dilema en el que se encuentra y aunque parezca risible e increíble, Trump ahora trata de que el Presidente Maduro le saque las patas del barro.

Lo último ha sido lo de la llamada telefónica, tratando de amenazar y a la vez de dorar la píldora, Trump, para salirse de su enredo ha dicho que la fulana llamada no fue ni buena ni mala, y en cambio el presidente Maduro fue más contundente y precisó que fue respetuosa.

Por noticias que corren por el alto poder estadounidense se percibe que la cosa contra Venezuela podría volverse terrible para los gringos si éstos se atrevieran a atacar. Marco Rubio en un principio le dijo a Trump: "Vamos a amenazarlos con todo nuestro poder militar y usted verá cómo se producirán tremendas defecciones en los altos mandos militares. Esos militares no aguantarán mucho. Insistamos duro con lo del Cartel de los Soles y lo de la red de narcoterroristas que invade con drogas a los Estados Unidos, eso nos ayudará mucho para lo del cambio de régimen, que tendrá que desembocar en una persecución y purga en la FANB. Todos esos generales saben que irán a la cárcel como pasó con Noriega en Panamá".

Marco Rubio sugirió a Trump, preparar un plan para ofrecerles grandes garantías a los generales que se alcen contra el régimen y acogerlos, si fallan, en el bello, dulce y sublime imperio, para donde todo el mundo (los grandísimos tontos) anhela coger, vivir y soñar.

Una nota de prensa, revela: "Los servicios de inteligencia norteamericanos también deben haber informado a Trump de la unidad interna que prevalece en el chavismo y esto explica por qué se han demorado tanto los anunciados ataques. Estos conllevan el riesgo de desatar una espiral de violencia y destrucción en Venezuela, con sabotajes a oleoductos, tanques y muelles petroleros para impedir que Washington logre su objetivo de controlar las reservas de hidrocarburos y los recursos mineros del país".

Y he aquí el otro dilema: "Si Trump ataca militarmente, quedará como un guerrerista que hundió a Venezuela en una ola de violencia y convirtió a la región en una zona de conflicto. Y si a pesar de los ataques Maduro sobrevive y se mantiene en el poder, Trump quedará como el fracasado bravucón al que le perderán el miedo y el respeto, recibirá el voto castigo del 70% de estadounidenses que se oponen a una guerra contra Venezuela, y esto llevará a los Republicanos a perder las elecciones a mitad de período... Debido al alto costo político-electoral que le puede generar, Trump no quiere faltar a su promesa electoral de no meter a su país en otra guerra... Maduro no se va a entregar ni dejar capturar para sufrir la humillación y vergüenza de ser exhibido con un uniforme naranja, tal como hicieron con Manuel Noriega. Preferirá inmolarse y pasar a la historia como un mártir al estilo de Salvador Allende".

Así, pues, Trump deshoja la margarita, a la espera de un giro, de un gesto de "rendición de Maduro", que entonces le permita recoger todos sus trapos rojos, con el Caribe lleno de buques que no saben para dónde coger, si para Puerto Rico o Naval Station Mayport en Jacksonville …



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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