La violencia televisada

Insisten algunos en querer mal poner a Venezuela porque un grupo de desadaptados víctimas de esta sociedad que, últimamente ha sido contaminada con valores nefastos importados y, en el que se inserta al mismo tiempo, la poca calidad humana para llevarla casi a vías de su extinción. El vil asesinato de la actriz y modelo Mónica Spear, despertó conciencias de algunos y avivó la manipulación de otros que parecieran no tener sangre en las venas y muchos menos patria a la cual sentirse orgullosos.

Aunque existe la responsabilidad de un estado frente a los altos índices de violencia y criminalidad, no puede quedar en el discurso de la doble moral de quienes también debemos coadyuvar para enfrentarla. La familia, los medios, las escuelas, liceos y universidades son también parte de este engranaje de compromisos por rehacer una nueva sociedad. Enseñar a estas generaciones a que desaprendan lo mal aprendido y llevarlos al camino de una nueva patria con sus propios valores cargados en la calidad humana como siempre ha sido el venezolano.

Pero, me pregunto, ¿acaso las temáticas televisadas no han sido entes alienantes y manejadores del sub consciente y la conducta?...Temáticas de novelas donde una hija mata a su madre, un padre apunta con pistola a su hijo, la droga como símbolo de poder. Esquemas de producciones al estilo “ají picante” donde la carne femenina es un producto al mejor postor, le degradación del baile regatoneado o llamado “perreo” en detrimento del propio respeto a la mujer incluso en sus letras y hasta una humillante torta en la cara en un concurso de estudiantes. Las series policiacas transmitidas en televisión por cable en otros países (NCSI, Bones, CSI Miami, etc) pero transmitidas en señal abierta en Venezuela que funcionan como academias de enseñanza y actualización técnica de la delincuencia con mensajes de violencia. La degradación de la sociedad norteamericana en sus valores donde también se puede corroborar con series que incluyen en sus temáticas el comportamiento familiar de aquellos predios (Two and The Half Men, Mom, Miky and Moly, The Big Band Theory, etc), enseñanza estimulada a nuestros países progresistas como el modelo “plástico” de los nuevos tiempos de consumismo.

Si revisamos el pasado en Venezuela antes de la llegada de Chávez, pudiéramos conseguir algunos casos violentos de muertes reales donde estuvieron involucrados personas cercanas ligadas a gente de los medios y donde la influencia o poder aniquilaba la justicia de aquellos días. En días recientes un grupo de artistas conmovidos exigían acciones al estado en la Asamblea Nacional pero esa misma noche en el canal de televisión donde laboran la mayoría, transmitían la escena de una novela donde el padre apuntaba con una pistola a su hijo. ¡La doble moral!. Eso es violencia televisada que es la misma que se traslada al violento lenguaje utilizado en las redes sociales imputando toda responsabilidad al gobierno venezolano. Ojalá este grupo de artistas se unan a la causa del “Movimiento por la Paz y la Vida” logren reclamar de manera justa a sus patronos por sus derechos de royalties de retransmisión de producciones donde han participado y que los canales de televisión no les cancelan. Eso también es violencia televisada.


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Larry Márquez Peralta


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