Los ricos también se preocupan

Los ricos tardan en recelar, más una vez celosos se dejan arrebatar de su locura. Después de tanto esperar al fin se han puesto de acuerdo para preocuparse juntos por algo: por como mataron a Gadafi.

Los demás, los que no somos ricos, empezábamos a impacientarnos ante la aparente inhumanidad de los que lo tienen todo, día tras día pasaban cosas que no había forma de calificar como justas. A pesar de sus reiteradas y muy numerosas explicaciones de porque bombardean Libia, lo más sencillo del mundo parecía señalarlos como sucias ratas asquerosas inhumanas y sedientas de sangre y de poder, pero el aspecto de los ricos siempre deja un lugar a la duda, siempre están elegantes, perfumados , siempre seguros, siempre claros.

Aun así, el acuerdo entre Alemanes, Italianos, Franceses, y sobre todo Estadounidenses, en la conveniencia de bombardear a los libios, como antes bombardearon a irakíes y afganos, eriza los pelos y borra las sonrisas de millones de seres humanos en el mundo. En su descargo Barak Obama explica que quiere mucho a sus hijas y nos las deja ver telebasura. No nos alcanza con eso. Seguramente todos tendrán cosas buenas en sus expedientes de vida, pero la horrenda frialdad con que se hacen responsables por la muerte de un ser humano, Muamar Gadafi, está poniendo a reflexionar al planeta entero. ¿Cuál es la gota que reboza el vaso? Nunca se sabe si es el último día en el que los demás te van a permitir ser un hijo de puta.

A lo mejor la aguja en el pajar, la única y colectiva reacción de los ricos que puede considerarse una preocupación por el prójimo, pueda aminorar en algo todas las pruebas que los condenan como malas personas, malas sociedades, malvados. Es la preocupación de todos los representantes de los países ricos y de la ONU, a fin de determinar si en el asesinato de Gadafi se cometieron excesos.

Quieren organizar una investigación rigurosa para verificar que no se le hayan dados más tiros de los necesarios, que el cadáver no haya sido arrastrado innecesariamente, quieren saber si los asesinos estaban conscientes de que le estaban quitando la vida a un malvado dictador, que no lo hayan hecho con mala voluntad, no están de acuerdo con qué se burlen del cadáver, aunque todos los medios, propiedad de los ricos del mundo, han publicado sin el menor pudor y con frialdad aterradora, la foto y los videos del dirigente africano agonizando, o muerto con el rostro lleno de sangre.

Así que esta es la carta de la baraja de los ricos que quizás compense los millones de muertos de los que son responsables en el pasado reciente y en este triste y aleccionador presente: ellos también tienen corazón y se preocupan cuando es necesario.

La excusa para escribir estas líneas es publicar este poema que me envió un hermano de estas tierras. Es la verdadera y dramática reflexión y todo el mundo debe leerla:

" Si se supiera
lo que se presiente y no se dice
desde que Hiroshima
nos dejó sin habla
que la tercera guerra mundial
se ha declarado
que se muere
en los cuatro puntos cardinados
que crucifican la tierra en cruz gamada
lejos del parking amortizable
del supermercado de leches descremadas
de los lugares de vacaciones invernales
de las familias de hijos únicos
desplegables
lejos del Louvre y de la poesía tónica
lejos
muy lejos de la Plaza Roja y de la Casa Blanca
si se supiera
que a los vietnamitas del Líbano les abren en canal en Guatemala
más no se inventó el napalm para Le Bois de Boulogne
ni la violada de El Salvador será Miss Play Boy
en abril
aunque abril siga siendo el mes más cruel
en ésta guerra sólo se mata en los arrabales
el centro es ciudad abierta por mutuo acuerdo
entre el Bien y el Mal, mientras la ciencia
del alma calcula como calcular lo incalculable
por ejemplo
cuántos deben morir cada día en Etiopía
para que nos salga social
de pronto
la poesía. "


papavarel@gmail.com


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José Luis Varela


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