La historia de Cumaná ha sido, durante siglos, una narrativa de élites y leyendas de salón. Sin embargo, cuando nos sumergimos en la investigación de "La última batalla en Santa Ana de Cumaná", emerge una verdad distinta, una que no se queda en la cubierta de un barco, sino que late en los senderos de nuestra tierra firme.
1). El Honor de la Tierra. El mito del duelo simultáneo entre Chalbaud y el gobernador busca personificar la historia en dos figuras individuales. Pero el verdadero símbolo de resistencia es colectivo: son los Guaiqueríes. Ellos representan la conexión ancestral con el territorio. Mientras el Falke levaba ancla, el regreso "por el monte" simboliza que el poder real nunca se fue; se quedó sembrado en la valentía de quienes conocen cada piedra de la Ciudad de los Gobernadores. El símbolo aquí es la permanencia de la multitud frente a la transitoriedad de la expedición
2). El Coronel y el Fusil Oculto. Si analizamos los signos de la batalla, debemos detenernos en el Coronel y en el papel de los estrategas anónimos. La semiótica del "duelo" es una construcción para ocultar la eficacia de la guerrilla urbana y el apoyo popular. El signo más disruptivo es la mirada de aquel niño que vio al francotirador. Ese disparo no fue una traición, fue un signo de justicia táctica que la historia oficial intentó borrar para salvar un concepto de "honor" que no pertenecía al pueblo, sino a los libros de actas.
3). La Reivindicación de los Anónimos. Debemos resignificar la palabra "héroe". El héroe no es solo el que cae en el puente bajo una narrativa romántica. Héroe es el Guaiquerí que protegió la retaguardia; héroe es el Coronel que organizó el repliegue; héroes son los anónimos que, tras la batalla, regresaron por el monte para mantener viva la resistencia en la cotidianidad. En mi modelo de Arquitectura de Multitudes, el significado de la victoria no está en tomar un edificio, sino en la capacidad del pueblo de fundirse con su paisaje para no ser derrotado.
4). Romper el Mito para Fundar la Verdad.
Consideramos necesario romper el mito porque la mentira histórica debilita la identidad comunal. Al reconocer que el gobernador cayó por la acción de un tirador invisible a los ojos del poder, pero visible a los ojos de un niño, devolvemos la autoridad al testigo popular. Las estructuras defensivas -desde el San Antonio hasta la Casa Fuerte de Emparan-, dejan de ser cárceles de la memoria para convertirse en monumentos a la astucia y el sacrificio de los que no tienen nombre en el bronce, pero tienen lugar en el alma de Cumaná.
5). El método: El despertar del Ser-Conocer.
Este método no es una fórmula fría, es la herramienta para que el ciudadano común deje de ser un espectador y se convierta en el Centinela de su propia historia. Se basa en "tomar" la realidad a través de cuatro dimensiones:
a. La Brújula del Despertar.
* El método es el momento en que dejamos de ser ciegos ante nuestro pasado.
* Imagina que caminas por la "Ciudad Colonial de los Gobernadores". Sin el método, solo ves piedras viejas. Con el método, esas piedras te hablan. Es el símbolo de la brújula que nos guía para no perdernos en la mentira.
b. El Código de la Verdad.
* El método funciona como un traductor de señales (signos).
* Nos ayuda a distinguir el "mito" de la "realidad". Por ejemplo, el método nos permite desmentir que el gobernador y Chalbaud murieron en un duelo, y nos permite ver la verdad: el francotirador que vio el niño. El método es el filtro que limpia la historia.
c. El Significado del Ser y el Saber.
* Unir la Ontología (quiénes somos) con la Gnoseología (cómo conocemos).
* Cuando el "Ser" (nuestra identidad) se une al "Conocer" (nuestra herramienta), nace la Conciencia. Saber nuestra historia nos da el poder de gobernar nuestro propio espacio. La información se convierte en el eje que atraviesa nuestras vidas.
d. El Cuadrante de la Realidad. Para que este método transforme la ciudad, debe unir cuatro fuerzas:
* Espacio. Nuestra tierra, Cumaná, el barrio.
* Tiempo. Nuestra memoria viva (desde 1808 hasta hoy).
* Materia. Nuestros castillos y casas (lo que tocamos).
* Energia. La fuerza del pueblo organizado.
Conclusión. El Método. El conocimiento de la raíz no es para guardarlo en un estante, sino para aplicarlo en la Célula Comunal (la familia). Es el ejercicio de usar la verdad histórica para darle forma a la tierra que pisamos "El pueblo ya no solo habita el espacio; el pueblo se convierte en el espacio consciente".