Narrativa venezolana

«Percusión y tomate» Un espacio con ser de mujer

Sol Linares, en su novela «Percusión y tomate» (1), nos narra la vida de una mujer divorciada desde hace cinco años, que busca rehacer su vida y no lo consigue. La narración nos muestra el intento de superar la fractura existencial que produjo el divorcio, así como el esfuerzo por construir un nuevo espacio vital. Tras la trama de los distintos personajes y su contexto hay un sujeto literario que vértebra la trama: «La Mujer». Estamos pues, ante «El cosmos de la feminidad » manifestándose en el hecho social humano. (2)

Octavia Fernández, «Tavita», es el personaje narrador de la novela, que transita por la vida, en tanto que mujer de clase media venida a menos, buscando erigir su nueva vida de divorciada. Instalada en una pensión de una ciudad pequeña del interior del país, convive con otros inquilinos, genuinos personajes populares. Allí debe integrase con su condición de «pequeña burguesa». Dos mundos del entramado social venezolano orbitaran en la novela a través de la vida de los personajes que están obligados socialmente a compartir un mismo espacio vital de esa pequeña ciudad.

«Tavita» asume la vida como mujer cuarentona y divorciada, en una especie de esquizofrenia vital. Vive entonces; por un lado, inmersa en la realidad política social de un país que le impacta en la cara y le condiciona la vida; realidad cuya expresión concreta es la pensión y sus inquilinos. Por el otro, la pretensión de una vida marcada por la fascinación de la imaginación, haciendo su actividad cotidiana y de supervivencia en dos direcciones primero, ganarse la vida leyendo poemas (a través de una muñeca, caperucita), a un público de salón de café, y segundo, la pretensión de escribir «la novela» que concibió como forma de realización vital.

Tras la arquitectura que moldea esa vida está el concepto, y más que el concepto, el sentido que damos al término «Mujer». Es la emergencia de «La Feminidad» en un mundo dominado por un discurso feminista y una realidad que niega tal condición. «Tavita» asume su vida de mujer divorciada en una trama donde emerge su imagen como mujer realizada, segura de sí misma; pero que en el fondo, en cada acto cotidiano emergen las preguntas de su drama existencial. Incapacidad de construir el amor fracturado en su divorcio; nostalgia por la maternidad perdida en un hecho clínico; incomprensión de un medio pequeño y cerrado como ciudad que le impele a soñar con otra; actitud intelectual frente a los problemas de la cotidianidad; añoranza por un espacio, una ciudad moderna, donde tenga cabida el esplendor de la dimensión de una vida, que no niegue la realización humana, femenina.

La narración no sigue una secuencia lineal a través de un personaje "principal", en torno al cual se teje la trama. Es "la vida" contada desde los distintos personajes y sus contextos existenciales que conforman la cotidianidad en la pensión "Hotel Vedaluz". «...hombres y mujeres estancados, exiliados, divorciados, prósperos en soledades y otros rubros» (pág. 33). Es una narración que se estructura bajo la forma de una representación teatral, donde en cada acto emergen personajes y sus historias, sin jerarquías, donde lo significativo en su representación es la propia grandeza y miseria vital del personaje, que por momentos emergen en la representación como personajes secundarios y en otros como personajes resaltantes, en una especie de vaivén existencial donde los empuja la vida.

Toda ciudad es la plataforma donde se configura el entramado de nuestro cosmos vital. «Tavita» asume la pequeña ciudad y la trasforma, la erige desde su cotidianidad, así la proyecta: «Comenzamos a soñar encima de esta ciudad una ciudad nueva». (pág. 24)

Y esa ciudad nueva surge a partir del momento en que nos convertimos en forasteros, en inmigrantes, que la recorremos con nuestras esperanzas y frustraciones a cuestas; seres que de pronto nos hayamos sin un lugar dentro de la misma ciudad, que perdimos nuestro propio espacio existencial, que nos descubrimos sin un lugar al cual pertenecer. La pensión es, entonces, el lugar donde nos refugiamos, es "el pequeño país" que nos acoge.

La pensión se transforma entonces en un nuevo cosmos de la ciudad que no se ve. Por lo general, de adolescentes salimos de casa a buscar la vida en otros espacios que nos brinden oportunidades que el "terruño" no ofrece. La meta máxima es ser inmigrantes en la capital, los "menos afortunados" poblaran capitales más pequeñas. Pasado el tiempo fundamos "la nostalgia del terruño" en un ir y venir; y ya mayores retornamos buscando encontrar lo que no encontramos fuera de ese espacio edificado de sueños y nostalgias, como "aves peregrinas". La vida se despliega en un entramado conformado por el espacio vital y el geográfico que se conjuntan haciendo historia. Es el hecho humano configurándose.

Nuestra autora, simultáneamente nos muestra, a través del personaje narrador, ese erigir de ciudades vitales y al mismo tiempo introduce los personajes de la novela en la medida que va narrando. «Mariño, el inquilino de la 14, le ha aportado a nuestra ciudad soñada una cadena de escuelas de arte en las comunidades con cómodos anfiteatros. Doña Veda, un parque con abetos y florecitas y puentes colgantes. María Mele ha demolido el antiguo edificio de Protección Civil y ha construido un zoológico, y Claudia expulsó a los curas de las iglesias para establecer una cadena de auspicios para los indigentes, y a mí me entra escalofrío porque lo dice convencida por una fuerza secreta.» Es la pensión hecha ciudad que acrisola los espacios vitales que erigen el modo de ser de todo conglomerado humano… Es el «Tomas Moro» que llevamos dentro.

La autora nos sumerge, en tanto que lectores de novelas, de manera sutil en las profundidades del ser, de la existencia; pero lo hace de manera casi divertida, para no decir jocosa. Nos sumerge en la cotidianidad de los personajes; que pueden ser el vecino, Ud., yo...; pero al mismo tiempo el artificio literario puede jugarle una mala pasada a algún lector desprevenido. El título de la novela no los indica, está referido a un momento ligero, fresco; que invita a caminar alguna calle de la ciudad bajo un sol que no abraza: «El día está tutty-fruty... Granola y rock and roll. Percusión y tomate. Hoy cualquier cosa que emprenda concluiría en buenos términos » (pág122).

Desde el inicio de la novela, nuestra autora nos conduce al espacio y tiempo del hecho narrativo; la ciudad que «existe porque sueño» y «la vida que es vida porque lucho». Irremediablemente es mi tiempo y no tengo otro. Ciudad y pensión, plataforma de la existencia del ser inquilino-forastero-habitante en mi propia ciudad.

La temática existencial, con predominio de lo femenino, es tan variada como compleja; y a ella nos lanza nuestra autora. La lectura nos deja sorprendidos en el hallazgo que vamos encontrando; de allí, brotan los planteamientos en torno a lo femenino y el ser mujer. La autora juega con el dominio de la palabra que nombra, que muestra el hecho de vida cotidiano; sabe retar la imaginación del lector, así como sabe detenerse en el momento preciso de la narración para dar paso a la duda o la pregunta. Introduce el suspenso en la expresión, quedando el lector en la inquietud que lleva al planteamiento de fondo. Así pues, los temas relativos a la mujer y al ser de la feminidad que aborda, entre otros podemos señalar: «Una estética para vivir » «Cagarse en el tiempo». « Venganza femenina contra la vejez. » «El gusto femenino por los más jóvenes». «El lenguaje del cuerpo» «Pintar el desnudo femenino». «Sexo y matrimonio» «La virginidad», etc., etc.

Si en opinión de algunos críticos, al referirse a la literatura europea frente a la sudamericana, en cuanto a la diferencia que encuentran, está que los primeros acentúan el paisaje de lo existencial, mientras que en los segundos pesa más la naturaleza; con "Percusión y tomate", novela sudamericana de una muy joven autora, no hay más que reconocer el paisaje existencial nuestro plasmado de manera magistral en una narrativa con sabor latino y frescura de juventud irrumpiendo un mundo, tanto sacralizado como manifiestamente neocolonial en la expresión de las letras sudamericanas.

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Notas:

(1) Percusión y tomate. Sol Linares. 1ra edición 2010. Premio Latinoamericano de Novela Alba narrativa 2010. 2da edición 2017. Ediciones, Acirema 2017. San Cristóbal. Estado Táchira. Venezuela.

(2) El lector interesado en la temática u otras similares, puede consultar el Blog "América en su historia, su Literatura y su Filosofía", a través de la siguiente dirección: http://americaseryliteratura.blogspot.com/ También puede consultar el archivo del portal aporrea.



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Luis E. Villegas N.


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