Centro de Caracas

Bachaqueros dominan supermercado "Central Madeirense" de La Concordia

Productos importados son adquiridos en grandes cantidades con posible intención de reventa

Productos importados son adquiridos en grandes cantidades con posible intención de reventa

Credito: CiudadCCS

26 oct. 2016 - Desde las 5:00 am van llegando uno a uno los compradores al Central Madeirense de La Concordia. Mujeres y hombres se acercan con sus respectivas sillas plegables para instalarse en los espacios a esperar la llegada de camión con la anhelada mercancía.

Eran las 11:00 am y el lugar estaba atestado de personas, en su mayoría de la tercera edad, quienes aguardaban impacientes en los bancos de cemento que rodean la entrada del supermercado. El deseo de poder comprar algún alimento regulado no les permitía despegarse de sus asientos.

Además de ellos, en el lugar acechaban bachaqueros quienes, a lo lejos, vigilaban atentamente la entrada de la zona de carga del establecimiento a ver si cualquier vehículo con cava se acercaba.

Mientras lo hacían, algunos permanecían dispersos por la zona leyendo el periódico, conversando entre sí o tomando una avena caliente que habían comprado a un señor que recorría el lugar ofreciendo la nutritiva bebida.

Al pasar los minutos, más personas se iban sumando a esta espera tortuosa, que presagiaba no tendría un final feliz.

En medio del bullicio de las motos y cornetas de carros que transitaban por la calle que está frente al supermercado, una señora con camiseta y gorra negra, de unos 30 años de edad, se paró repentinamente a alertar a todos sobre la salida de un camión rojo.

Al escuchar el anuncio, un grupo de estos vendedores informarles, más que todo mujeres, salieron corriendo a rodear el camión para saber qué era lo que contenía creando conmoción en el lugar.

El conductor, un joven de tez morena, al ver a todos acercándose se apresuró a cerrar su puerta para resguardarse.

Al cabo de unos minutos, con miradas que reflejaban descontento, regresaba al grupo para informar que el vehículo solo cargaba refrescos y no alimentos. A pesar de las malas noticias, los compradores permanecían en la zona.

Un señor con una bolsa con panes canillas, se acercó hacía donde estaban tres mujeres conversando para preguntarle quién era el repartidor de números. Todas señalaron a un hombre robusto que antes realizaba un recorrido por los alrdedores del supermercado.

—Ay señor vaya donde está aquel gordito. Él es uno de los que coordina la venta aquí. Usted le dice que quiere un número y se lo marca en la cédula.

Al escuchar la información, el señor no dudó en ocultar su cara de asombro al ver como este método de organización por parte de estos vendedores parecía ser tan normal para aquellos que compran con regularidad en este supermercado.

Otra mujer señaló que estas personas además de manejar el orden de las colas, también se encargan de meter a su gente de primeros cuando llega la mercancía regulada.

Mientras esto ocurría en las afueras del lugar, adentro del supermercado el ambiente era otro.

Las cajas estaban repletas de clientes que hacían largas colas para cancelar productos importados, tales como mayonesa y margarina brasilera marca Soya y pasta La Paesana a mil, mil 890 y mil 171 bolívares, respectivamente.

Una vez que pagaban, retiraban los productos por la oficina de atención al cliente del mercado.

Muchos compradores se quejaban de la desesperanza de algunos quienes llevaban bolsas con más de 20 frascos de mayonesa o de pasta y alertaban a las cajeras de no permitir la compra de no más de tres unidades por persona.

“Así es como se acaba la mercancía. Dígame usted qué va hacer esa señora con tanta mayonesa. Seguro tiene una bodega y allí las venderá más caras o es bachaquera. Tienen que controlar esto de los productos importados, porque nos van a dejar sin nada”, denunció el usuario Esteban Jimenez.


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