La estafa de Cantv o cómo privatizar los servicios públicos

A estas alturas creo que algunas mentes obtusas del pasado que simpatizaban con una fulana "revolución bonita" y que gustaban descalificar las críticas que se le hacían al gobierno de turno, tildándolas de "saltos de talanquera", ya deban haber percibido la "movida de talanquera" y el lugar en el cual quedaron ellos. Nosotros, los que vivimos de nuestros salarios y nuestros esfuerzos y quienes jamás entramos en los juegos de la politiquería para escalar puestos de mando, sabemos de qué lado hemos estado siempre, y por ello insistimos en la tarea de denunciar la forma cómo el gobierno actual ejerce control sobre las organizaciones mal llamadas populares, en virtud de que son "sus organizaciones", ya que sólo acatan las líneas que baja el partido o el gerente de una empresa de servicio público.

Tal es el caso de la gerencia de Cantv, a través de la administración regional secundada por su actual director, Jesús Aldana, quien en un tiempo, en la esfera militar, fue ejemplo de disciplina y cumplimiento de funciones que le asignara el fallecido Presidente Chávez, pero que ahora engrosa el significativo número de militares que asumiendo cargos públicos, no atinan a cumplir con aquello de "Eficiencia o nada", que ya proclamaba el finado en un esfuerzo por contener mediáticamente aquella debacle administrativa que él insistía en "regañar públicamente", pero que tras bastidores premiaba haciendo con ellos "enroques" en cargos públicos, hasta consagrar a uno de ellos en la presidencia de la república.

Las irregularidades del servicio de telecomunicaciones de CANTV, es ya un hecho público y notorio. Sin embargo, todos los pronunciamientos de estos personeros del gobierno, se han venido centrado en la misma estrategia: culpar al enemigo externo, anunciar medidas que no se cumplen, dar la sensación de que se están asumiendo los entuertos y ordenando el caos que impera en cada región; pero la realidad es que se viene consumando una estafa contra todos los habitantes de este saqueado territorio, cobrando servicios que no se prestan y obligándolos a que lo sigan pagando para poder tener derecho a activar reclamos que ellos nunca atienden o resuelven..

En la capital del Estado Miranda los responsables del servicio de Telecomunicaciones de CANTV en lugar de tratar de preservar en sus funciones al personal técnico profesional, concediéndoles mejores salarios y equipos para su buen desempeño, se dieron a la tarea de contratar los servicios de discurseadores polítiqueros, crearon cargos rimbombantes de unos fulanos Coordinadores del Poder Popular, quienes se fueron por las comunidades a crear "mesas técnicas destinadas a organizar a las comunidades para "una eficiente comunicación entre los usuarios y la empresa".

Cuando llegaron a la comunidad donde habito, marearon a los incautos pidiéndoles una y otra vez censos, estudios poblacionales, reuniones para dictar talleres sobre "lenguaje técnico en telecomunicaciones". Lo cierto es que los convirtieron en cobradores de un servicio que la empresa no prestaba o que prestaba con irregularidad. Les exigieron recaudos en físico y en línea, a sabiendas que la población era en la mayoría de los casos analfabeta funcional. Sin embargo, superando esas limitaciones, y con el apoyo de personas que conocían sobre herramientas tecnológicas, superaban trabas y entregaban los documentos solicitados, los cuales se apilaban en sus oficinas o sus correos electrónicos, sin que ellos sintieran el más ligero rubor. De nada han valido comunicaciones con el mismo gerente Aldana. El silencio es absoluto, y por supuesto, elocuente.

El gobierno actual ha convertido en negocio la crisis económica del pueblo venezolano. Cualquier servicio público viene precedido de corruptelas. La TV Satelital ofrecida como alternativa a los onerosos servicios privados fue desmantelada. Así las empresas cableras han picado en río revuelto con la anuencia e impunidad del Estado, imponiendo sus servicios (también de escasa calidad y a altos costos) en vastos sectores de la población, los cuales no poseen los recursos suficientes para contratarlos.

Todo se va fraguando gradualmente, tal como muy bien lo señalara Noan Chomsky en su texto Las diez estrategias de manipulación mediática: "Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esta manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante la década de 1980 y 1990. Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubieran sido aplicados de una sola vez".

Pero también, poco a poco, la llamada "revolución bonita" va mostrando su verdadero rostro y el de sus operadores. A ella la acunaron con silicona: parecía bonita, pero estaba hecha de implantes. Y ellos, gordos todos, tal como nos lo advertía en su canción el cantor Alí Primera, ahora asumen el papel de víctimas de una guerra económica que siempre ha estado allí para cada nación del mundo, y de la que solo hubiésemos podido salir, siendo realmente un país productivo y no colocando funcionarios que desfalcaran a la nación como se ha venido haciendo a lo largo de algo más que dos décadas.

Los operadores del actual gobierno son doblemente falsos e hipócritas, porque criticaban a la llamada cuarta república, y ahora actúan de la misma forma o peor en muchos casos. Ya no les queda mucho que envidiarles.

Definitivamente el país quedó reducido a un pueblo famélico con un Estado de explicadores, como muy bien lo llamó Aquiles Nazoa, en un texto magistral escrito en 1989. Y después de exponer la situación calamitosa de los servicios públicos a través de una alegoría, el Ruiseñor de Catuche concluía: "Un día la ciudad, mejor dicho el país, se verá obligado a levantarse de la silla y agarrar por el pescuezo a las autoridades mientras le grita:

  • Miren c… yo lo que quiero es agua, luz, teléfonos, transporte, aseo urbano, no explicaciones, carrizo!"

El pueblo siempre interrumpe las fiestas y los bailes, así sean al son de la salsa. Es cuestión de tiempo.



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Gladys Emilia Guevara


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