El circulo vicioso del Bachaqueo

El bachaquerismo, sigue presente bajo el mismo modus operandi, antes de que se produjera la ley de precios acordados. Sigue intenso y los alimentos que se observaban antes de aparecer la ley, han comenzado a desaparecer. La conducta "Bachaqueril" permanece y quien sabe hasta cuándo, aun suponiendo que hubo acuerdos; sin embargo, parece que se está dando la misma respuesta política por parte del sector empresarial venezolano. Resulta, que la intervención del Estado en la fijación de precios de determinados productos sigue generando lo que se conoce como mercado negro, es decir, los precios que se manejan y han manejado a nivel de bachaqueros desde que comenzó la guerra económica, se contraponen a los del mercado, presentando alteraciones que se alejan de lo que contempla la ley de la oferta y la demanda, y al contrario son precios determinados por la escasez o el acaparamiento que, por ende, resultan demasiado caros.

En la actualidad y en irrespeto a la ley, se puede decir que hasta el momento sigue imperando el impresionante mercado paralelo de productos con unos precios sumamente altos, casi dos o tres veces más respecto a los precios oficiales, establecidos por la SUNDEE. Y eso es válido tanto para los productos de primera necesidad como para el resto. Sin embargo, lo peor que puede pasar es que los mismos desaparezcan y pasen a formar parte de los inventarios de galpones en donde quedan los alimentos acaparados, esperando el juego de la oferta y la demanda, generando el hambre del pueblo.

En otras palabras, el bachaqueo desmedido, basado en la ilegalidad, la corrupción y el hambre ajena, sigue firme. Por un lado, están los grupos empresariales que apuestan a la derrota del gobierno, apoyados por factores externos y al cual el gobierno le ha costado conseguir la fórmula mágica que los encarrile por una economía sincera y desprovista de malas intenciones. Son grupos que siguen jugando a la bancarrota del país, tratando de conducirlo a los extremos de dejarlo a merced de la intervención extranjera.

Para cumplir tal cometido no hay que dudar de los grandes recursos económicos con los que cuentan, que le han permitido concretar una logística en la cual deben estar implicadas las conexiones obvias entre la industria, los comercios, la producción y el transporte, sin olvidarse de Dólar today, por citar algunos. A lo anterior se debe agregar que tales actores, pueden estar apoyados en la tolerancia y complicidad de autoridades locales, regionales o nacionales, lo que mostraría que el bachaqueo es el resultado de la práctica corrupta, tanto en lo económico, comercial y fiscal, considerando que las transacciones en el mercado negro escapan al control fiscal.

En términos generales, el bachaqueo ha contribuido a la desmoralización de la sociedad venezolana, porque, siendo una forma de ataque a nuestra economía, ha hecho que los venezolanos se hayan acostumbrado a vivir dentro de la ilegalidad, al no darle importancia al trabajo como tal, sino que para sobrevivir le ha resultado más fácil evadir la ley con tal de obtener grandes beneficios a costa del hambre del pueblo. La norma parece ser que algunos deben luchar para sobrevivir; mientras otros, para enriquecerse. Es decir, se afianza la desigualdad social; y el bachaqueo, como una nueva clase social, ha resultado ser una forma de vida y de explotación.

Por otro lado, existe el bachaqueo en menor escala, practicado por quienes necesitan lograr su supervivencia, con la excusa del hambre, sin reparar en que su subsistencia descansa en el hambre del resto de la población más pobre que debe hacer grandes sacrificios para obtener los productos escaseados y acaparados por los productores y distribuidores de mayor poder.

Y es desde esta perspectiva que el bachaqueo se convierte en el arma política de quienes detentan el poder económico en el país. Ellos, sin miramientos de ninguna clase, arremeten en contra del gobierno y por ende de los más pobres. Por eso es que el bachaqueo, dentro de la guerra económica, ha resultado un factor de desgaste para el gobierno, el cual debe hacer un esfuerzo en atacar este fenómeno, procurando capturar a aquella persona o grupos de personas, especuladores de oficio, especuladores históricos, que realizan grandes movimientos de productos, escondiéndose en grandes marcas que le sustentan su accionar.

Finalmente, la sobrevivencia del bachaqueo, depende de la capacidad de reacción del gobierno en base a apostar por una política económica de abastecimiento a la población a través de los Clap y la del autoabastecimiento a través de la agricultura, para lo cual es necesario que la población produzca sus propios alimentos; además debería aplicarse las leyes con todo el rigor que amerite el tipo de bachaqueo ejecutado por los diferentes actores implicados en tal delito. Pues, no debe recaer en las autoridades, todas las culpas de un fenómeno inducido que lo que ha hecho es traer hambre al pueblo más pobre; es por esta razón, que la ley, debe imponerse.



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Jesús Rafael Barreto


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