Reforma del sistema de gestión

La reforma del mecanismo de gestión lo debemos empezar desde el eslabón principal de la economía —la empresa y la agrupación—, teniendo en cuenta crear en primer término el medio económico más favorable para aquél, refrendar sus derechos y simultáneamente elevar la responsabilidad, introduciendo sobre esta base cambios radicales en la actividad de todos eslabones superiores del mecanismo de gestión.

Determinando tales prioridades de la reforma, nos regíamos por el hecho de que en este eslabón precisamente se desenvuelven los fundamentales procesos económicos, precisamente aquí, con el trabajo de la gente, se crean la producción y los servicios que necesita el pueblo, se materializa el pensamiento científico-técnico. Precisamente en el colectivo laboral se forman las relaciones económicas y sociales, se entrelazan los intereses del pueblo: individuales, colectivos y sociales. De hecho, el clima político y social de nuestros trabajadores se debe en sumo grado al ambiente que se crea en los colectivos laborales.

¿En qué consiste la deficiencia fundamental del actual mecanismo de gestión de la empresa? Primeramente, en la debilidad de los estímulos internos del desarrollo autónomo. En efecto, la empresa a través del sistema de indicadores obligatorios recibe encargos y recursos.

Se cubren prácticamente todos los gastos. La venta de los artículos producidos, de hecho, está garantizada. Y lo más importante; los ingresos de los trabajadores dependen poco del resultado final del trabajo colectivo (el cumplimiento de los contratos, la calidad de la producción, la ganancia). En resumidas cuentas, la situación es la siguiente: en el marco del presente mecanismo, al productor no le es ventajoso utilizar materia prima y productos baratos, ni elevar la calidad de la producción, ni tampoco implantar logros del progreso tecnocientífico.

Al respecto, los problemas a resolver son muchos. Creemos que para estimular la eficiencia de la producción, se debe conseguir que el trabajador se sienta verdadero dueño en su lugar de trabajo, en el colectivo y en la colectividad.

Pero, ¿cómo se podrá convertir al trabajador en verdadero y activo dueño de la propiedad social? Para conseguirlo será preciso conceder. A los colectivos y a los trabajadores, amplias posibilidades de administrar el patrimonio social y lograr que ellos asuman mayor responsabilidad por su utilización efectiva; asegurar la participación de las vastas masas trabajadoras en la gestión económica a todos los niveles: desde los Consejos comunales hasta la economía nacional. Será preciso conseguir que los ingresos de los trabajadores dependan de los resultados de su propio esfuerzo laboral, del trabajo de la empresa y, en resumidas cuentas, del estado de cosas en todo el país, en general, estos ingresos deben depender de los resultados finales de la producción.

Llamamiento que nos dirigen a una guerra de clases, puesto que como clase se nos ataca y se quiere sujetarnos eternamente al carro de la ignorancia y de la miseria. La provocación que se nos hace a la lucha desatentada y brutal, en vez de dejarnos hacer tranquilamente la propaganda, completar nuestra organización y llegar por los medios pacíficos, y después de un maduro estudio, a la realización de la justicia, que es lo que nos proponemos, en bien de esta misma burguesía que nos tiraniza y explota.

“Mientras haya en el país hombres que estén sumidos en la ignorancia y la miseria, mientras existan explotados y explotadores, esclavos y señores, la pavorosa cuestión social estará siempre a la orden del día, y los privilegiados no hallarán tranquilidad ni en el silencio de las tumbas: que el ejercicio del mal atormenta casi tanto al verdugo como a la víctima. La democratización de la economía está indisolublemente ligada a que, además de la propiedad de la burguesía, se utilicen activamente diversas formas de cooperación y de actividad laboral individual”.

 

¡Gringos Go Home! ¡Pa’fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!



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Manuel Taibo


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