Las ilusiones recurrentes...

…del año 2000 al 2015 actual, han transcurrido 15 años de ilusiones que un pueblo-sociedad depositò en un hombre y, las representaciones políticas que convocò, con el propósito de invitar hacer un gran esfuerzo para cambiar radicalmente los males, descomposición moral, material y cultural del Estado y la sociedad venezolana.

La confianza e ilusión se accionò por medio de los sentimientos acompañados por el defecto de las actitudes anòmicas, sembradas y casi inoculadas de un pasado de 50 años aproximadamente antes del fin del siglo XX.

Cuando uno aborda el metro o cualquier medio de transporte público; un encuentro en la panaderìa de la esquina , en los supermercados y en las farmacias; en una inmensa cola en los cajeros y taquilla de los bancos, pareciera que la única historia realmente existente es la de los últimos 15 años. La realidad de la Venezuela de antes no se hace presente y si se anuncia, es como una suerte de ficción maquillada de armonía e ilusiones.

La memoria no existe porque la voluntad del olvido se instala como pretexto para solapar resentimientos, frustraciones, fracasos e insatisfacciones. Es lo que se respira en este conglomerado callejèrico de pueblo-sociedad, popular y clase media.

Nadie comenta y habla con propiedad, tan solo se refieren a lo que escucharon y dicen lo que les dijo quien lo leyò o escuchò en los periódicos, la tele, la radio o en twiter…De el Bolìvar es poco halagador lo que se comenta ya que el dólar siempre fuè y ha sido la divisa preferida porque el venezolano por lo que dice y desea siempre ha estado dolarizado en lo material y simbólico.

Venezuela por lo visto, siempre ha sido marca y patente gringa. Desde el hombre cuartorepublicano hasta la quinta; chavista, de oposición derechista-ultraderechista y del que dice ser, cìnicamente, apolítico o “independiente”, todos se visten, desde el barrio, el malandro del barrio, el Pran,el dasarraigado de ayer y ahora, el patotero o sifrino de clase media, el burgués y el boliburguès de ahora, todos son made in usa. Para justificar y enmendar la ignorancia, muchos “argumentan” tardìamente por cierto, que estamos en la era de la globalización. Esta realidad es la que vivió y comprendió Hugo Chàvez cuando dijo que la revolución debe ser cultural y que por ahora no lo ha sido, y es por ello que propios y extraños celebran…

La Venezuela contemporànea es la que hoy sigue sobreviviendo, la de la televisión y el espectáculo. El venezolano vè màs no escucha, no comunica porque la información-desinformaciòn es lo que prima y no compromete. Y, lamentablemente, para decirlo con Bourdieu, la televisión se ha convertido en un instrumento de opresión simbólica.

La democracia directa no se manifiesta porque se ha impuesto la suspensión política de la ética. Cuando afirmamos que la gran falencia es lo ètico es porque nadie asume responsabilidades y la solución o “argumentación” es quien administra el negocio de la renta petrolera. Nadie coloca “su” inversión y cuando lo pretende inmediatamente reclama “las divisas”(petroleras) para producir reservándose las suyas en el exterior. Y como estamos en una realidad plagada de anomia e ignaros, todos repiten al unìso. Si el proceso bolivariano està fracasando, por ahora, es porque tanto dirigentes como dirigidos no han asumido y materializado el mensaje de quien fuè el líder. Hay ausencia de cambio de actitud y aptitud, de cambio cultural. Por ello las elecciones, la política, es al clientelismo tanto del “ chavismo” como a la oposición. Lo que està en juego es la lucha de poder y fuerza sobre la razón y los sentidos.

Si lo que estamos presenciando es el espectáculo de la “democracia teledirigida” desde hace màs de 55 años, hay que interrogarse: ¿Quièn puede fracasar en una acción y en un proceso sino el que los ejecuta y dirige, esto es, el sujeto de los mismos? Por lo que vemos la respuesta està en los partidos, los empresarios, los sindicatos, los medios de comunicación los gremios profesionales, la iglesia y los poderes fàcticos. Estos, juntos a “sus” masas constituyen un conjunto de èlites y dirigidos. Esta “democracia” la han hecho ellos y de ellos es el fracaso producto de la opresión simbólica.


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Luís Palencia


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