Domingo, 17 de mayo de 2020.- Proseguimos con esta segunda parte de la conversación con Gonzalo Gómez con motivo del XVIII Aniversario de Aporrea.
Nace Aporrea enfocada a desarrollar lo opuesto a la comunicación de los medios privados al servicio de los intereses de la burguesía tradicional, del sector privado y del imperialismo, de la hegemonía de los sectores dominantes económicos de la burguesía y también de la burocracia de Estado, de los que manejan las instituciones como si fueran reyezuelos de las instituciones o de las empresas estatales.
Aporrea le dio voz a los que no tenían voz.
Cada vez fueron cerrando mas el espacio, la apertura, la libertad y la tendencia fue que fuesen cooptando y asimilando los medios de comunicación popular, condicionándoles el financiamiento del Estado y terminaban siendo apéndices de las instituciones o apéndices del partido de gobierno.
Nosotros tuvimos que sacrificar todo eso para resguardar nuestra independencia y podemos decir hoy en día que celebramos los 18 años pero siendo, lo que queríamos de alguna manera ser, un medio realmente de comunicación popular alternativa, de los trabajadores, de las comunidades, del poder popular, pero con voz propia, crítico, con su propio pensamiento.
En el marco de la polarización ocurre que los sectores de la derecha tradicional, golpista, pro-imperialistas acusan a Aporrea de ser un instrumento del chavismo y un instrumento del gobierno, que nosotros somos responsables de los desastres posteriores, que también colaboramos en eso, esa es la visión que ellos tratan de transmitir.
Y por otro lado desde el aparato del Estado, todo lo que se manifiesta en Aporrea que es crítico, que es disonante o que incluso se ubica en el terreno de la oposición de izquierda lo señalan como traición, como hacerle el juego a la burguesía, entre comillas, como tener relaciones con la CIA o cosas semejantes, descabelladas.
Aporrea es un espacio plural donde hay otras voces, otros pensamientos y hay decisiones colectivas, tratamos de cuidar la diversidad, incluso la heterogeneidad, el debate, la discusión política abierta, democrática, la denuncia.
Aporrea es la diversidad de todo lo que ha tenido que ver con la Revolución Bolivariana, ese espectro que va desde el que sigue apoyando al gobierno postchávez, al gobierno actual con sus actuaciones, hasta los que se ubican en una posición de oposición de izquierda o que habiendo apoyado antes a la Revolución Bolivariana, hoy en día están en posturas sumamente cuestionadoras.
No seguimos una línea editorial de pensamiento único.
El pueblo es diverso, el pueblo es variado, el pueblo tiene distintas corrientes de pensamiento, en los sectores populares revolucionarios hay distintas percepciones, distintas evaluaciones, hay distintas maneras de concebir como se deben hacer las cosas, que deben ser conocidas, que deben ser contrastadas, que deben ser evaluadas, que deben ser tomadas en cuenta.
No puede ser que se le pase la aplanadora a todo lo que no sea de aprobación oficial, eso es una distorsión de las concepciones revolucionarias.
Es la gente la que marca la línea editorial, por decirlo así o la orientación de Aporrea, no somos nosotros, nosotros ni siquiera publicamos editoriales.
Aporrea sigue siendo un espacio para la denuncia, el planteamiento y la defensa del país, de la soberanía nacional y de lo que ha sido pues, las conquistas de la Revolución Bolivariana frente al golpismo y frente a los apetitos imperiales.
Eso se ve por todos lados, por todos los costados, en Aporrea no hay materiales pro-imperialistas, no hay materiales pro-golpistas, no hay materiales, este digamos, que estén a favor de que se someta y se domine el país.
Un espacio claramente de izquierda, popular, pero que tiene, digamos, una diversidad de expresiones, bueno y uno puede valorar cada una de ellas como le parezca.
Nosotros no somos antisubversivos si la subversión es del pueblo, genuina, verdadera, si es el pueblo que lucha por su soberanía, por su protagonismo, por su verdadero poder popular.
Seguimos, batallando, con dificultades, con problemas, con incomprensiones.
El 70% de Aporrea refleja el país, pero el 30% de las visitas o el 35% son internacionales y se reflejan las luchas que están dando los movimientos, las organizaciones revolucionarias, los sindicatos, los campesinos, los indígenas, los ambientalistas, las mujeres, en otros países del mundo, fundamentalmente en América Latina pero también en otros países, en España y entre los hispanos de Estados Unidos, los latinoamericanos de Estados Unidos.
Aporrea, después de Venezuela, el lugar donde es más vista es Colombia, a veces, otras veces Estados Unidos y después vienen otros países de América Latina, pero es muy vista en España.
También hemos sido víctimas de bloqueos y de interferencias que no afectan en las visitas en el exterior porque Aporrea no está alojada aquí en Venezuela, pero que si afecta en Venezuela.
Porque hay quienes, pues, desde la óptica burocrática, en vez de fomentar el debate, la democracia popular, bueno, como ya no están en esa, lo que buscan es cerrarnos el paso, entonces, a veces, aprietan más, otras veces, aprietan menos.
Ahí estamos pues, subsistimos.
Bueno, así vamos, así vamos, a trompicones, con dificultades, con problemas, con escasos recursos, sin infraestructura.
Lo que hacemos y donde estamos, lo hemos logrado no por tener bojotes de cámaras, locales, edificios.
Nosotros funcionamos cuando quieras, como quieras, donde sea y como sea.
No necesitamos de un lugar específico… Aporrea no tiene una sede oficial, ni la necesitamos, utilizamos espacios.
Tratamos de que Aporrea sea el respiradero del movimiento popular, de la clase trabajadora, de las corrientes críticas de izquierda, de la gente libre pensadora, un respiradero.
Noticia relacionada: Cómo nació, creció y se fue desarrollando Aporrea