Idea para darle vida a las patrullas

La idea, en caso de existir la opción de darle larga vida a las patrullas, es de crearle un mecanismo que le permita mantenerla en actividad. La reunión no debería ser lo fundamental o la manera de percibirla como un organismo vivo. La reunión para que no se convierta en una especie de asambleísmo, debe ser entendida y asumida como un medio y no un fin, que puede llevar a esta nueva experiencia organizativa a terminar girando siempre sobre los mismos asuntos.

En función de esa opción, me permito sugerir una idea para la consideración de los camaradas que tienen la esperanza puestas en hacer de las patrullas un medio para construir el partido que necesitamos y queremos.

Un aspecto en el cual deberían centrarse los patrulleros en los primeros encuentros, estaría focalizado en la formulación de un plan de trabajo capaz de responder a diversas situaciones. Es un plan y como tal, es necesario darle la suficiente flexibilidad para que el HACER y la coyuntura que es muy dinámica sirva de mecanismo de “alimentación” del propio plan y de esa manera, los horizontes de trabajo encuentren vías para su ampliación. En ese plan deben coexistir temáticas o situaciones que forman parte de grandes temas o necesidades, pero sería interesante adecuarlas a las circunstancias y necesidades del momento.

Hay un insistente reclamo en la necesidad de darle vida y sustancia al proceso de formación ideológica y se está igualmente claro, que esa necesidad es parte de las prioridades que debe afrontar el PSUV. En consecuencia, las patrullas pueden en este proceso de fortalecimiento ideológico trabajar por momentos, aspectos aplicando para ello un esquema que haga un recorrido de lo particular a lo general. Por ejemplo, la coyuntura actual estimula un debate sobre la Ley de Propiedad y la Ley Orgánica de Educación y como los dos temas son parte esencial de la construcción del Socialismo del Siglo XXI y son utilizados a la vez, por la oposición para imponer su matriz de mentira y manipulación, es necesario utilizar parte del tiempo de formación en las patrullas para tratar estos temas, pero conectándolos con puntos temáticos incluidos en los programas aprobados o sugeridos por la escuela de cuadros.

Así como el plan tiene la opción de incluir el asunto o tema de la formación manejándolo desde la perspectiva sugerida, cabe igualmente la alternativa de incluir (a manera de otro ejemplo) el tema de la contraloría social, que sirve a varios propósitos. En primer lugar, este asunto facilita hacerle seguimiento a los programas que se desarrollan en el sector y alcanza también el tema, para plantearse un censo de las ciudadanas y ciudadanos con alguna situación que reclame asistencia y hacer efectivo así, el principio de solidaridad. Este censo, ofrece argumentos para emprender algunas iniciativas antes organismos públicos y canalizar la solución de estos casos.

También cabe en el plan, incorporar el asunto de crecimiento y fortalecimiento de la organización (PSUV). Ello supone, tener una línea de contacto y conversa con vecinos y amigos para ganarlos. Lo esencial es disponer de ese plan de trabajo que le incorpore a las patrullas todo el dinamismo que se requiere para darle viabilidad (desde esa instancia) al principio de participación protagónica.

Las reuniones para que no cansen y se conviertan en una rutina, deben tener una agenda que se alimentan del plan y de los asuntos coyunturales. En ese sentido, en las reuniones tiene que haber espacio para rendir un informe sobre asuntos acordados en jornadas pasadas vinculadas con el plan y que estén en proceso de ejecución. Si la sugerencia tiene pertinencia, las reuniones van paulatinamente convirtiéndose en una especie de contraloría, que facilita un monitoreo y evaluación del plan de trabajo de la patrulla.

No sería un hecho fuera de la lógica, que ese plan mantuviera una línea de trabajo dirigida a el desarrollo de actividades en el sector que permitan estimular el trabajo voluntario. Esta línea no es simplemente una circunstancia de tipo práctica, porque si ella es pensada debidamente, cabe manejarlo igualmente como componente que mira el objetivo 1 del Proyecto Nacional Simón Bolívar, porque el trabajo voluntario bien organizado agregaría valor a la construcción de una sociedad con una nueva ética. 

Finalmente, debe producirse en cada reunión una minuta que vaya dándole consistencia a la organización y echándola las bases de la historia de esa patrulla. No sería una locura, si el partido a nivel local (municipal) tenga la opción de evaluar el funcionamiento de las patrullas y premiar los mejores desempeños. Los premios son reconocimientos que muy seguramente ayudaría a “templar los aceros”

evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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