Las colas...¿una cultura o una locura?

He escuchado muy a menudo, sobretodo a los compatriotas de la oposición quejarse, para variar, de la conformación de las colas para realizar cualquier actividad que derive de conseguir el sustento, calidad de vida o simplemente distracción.

Y es que el venezolano siempre ha hecho alguna cola para cualquier cosa. Se les observa tranquilamente meterse en una columna, sin preguntar nada, aunque al cabo de un rato, mientras ve el periódico, juega con el aipo, la computadora portátil o el celular, se da cuenta que al principio de la cola, solo había un preguntón o asomao buscando información pegada en una puerta o portón.

Las colas han cambiado mucho desde la época de la cuarta republica para acá. En aquellos tiempos, la esperanza de salir airoso de los sacrificios de mantenerse de pié horas, días y meses, eran realmente frustrantes.

El seguro social vivía atiborrado de personas buscando el elefante blanco llamado paro forzoso, que ni era pagado y si era forzoso. Los jubilados morían en la cola esperando la limosna que nunca llegaba.

Las colas de hospital o dispensario eran deprimentes y ni se diga del peloteo a los pacientes que pernoctaban hasta en el suelo en los infrahumanos pasillos.

Las megas colas en las oficinas gubernamentales para obtener una plancha de zinc o ladrillo eran interminables y el colero mas asiduo lograba ganar una pequeña casa que parecía una cajita de fósforos con todo y cerillo.

En los pocos bancos que existían, se observaban largas colas, solo para retirar el dinero al rumorarse una crisis bancaria o fusión, lo cual, era muy frecuente.

En los concesionarios de vehículos, te dabas el lujo de escoger el año, el color, la marca, la cilindrada, la maleta, la placa y el día para circular, porque no había cola, solo para brindar por la muy rebuscada compra.

Las filas de hoy día, siguen siendo tediosas, pero el resultado del esperado turno al bate es muy diferente al de ayer, por ejemplo: Las entidades bancarias fortalecidas, han incrementado al cien por ciento la cartera de clientes activos y jubilados que gozan de múltiples beneficios, de tarjetas de crédito, debito, cesta ticket, tarjetas de alimentación, cuyas colas son para renovar, solicitar y cancelar el servicio prestado a las instituciones.

Ahora, la singular conglomeración no es solo, en hospitales bien dotados, sino que puedes escoger en una gran variedad de centros de salud, clínicas privadas, por el incremento del poder adquisitivo del paciente actual , además que poseen gratuitamente clínicas populares, Cdi, módulos barrio adentro 1,2,3 y4 consultorios populares y otros.

Las colas para comprar vehículo son también parte del panorama presente, que matiza el ambiente de la buena salud de la economía y la prospera calidad de vida del venezolano actual, sea chavista o de oposición.

Igual pasa en supermercados y mercados privados, supermercados, mercales, mercalitos, Pdvales y otras proveedores de alimentos hijas de la revolución, donde el cliente escoge donde y cuando hacer las famosas colas que se han convertido en un sitio de encuentro curioso, donde este participante singular, sale complacido y dispuesto a continuar con la cultura o locura en que se han convertido las colas.


Patria, Socialismo o Muerte………Venceremos

eliasmar@cantv.net


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Elias Martinez


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