Semana no tan santa

La semana que acabamos de pasar no sólo no fue santa, sino que pudiéramos calificarla de verdaderamente endiablada. Fugas, persecuciones, autos de detención, acusaciones a granel e intercambios de insultos caracterizaron la jornada previa a la semana mayor.

Se dirá que es normal, que todas las Semanas Santas llegan precedidas por un desborde de pasiones que posteriormente da pie para que los devotos (y los de abstenciones también), incluidos golpistas y conspiradores, se dediquen a la reflexión y otros actos adecuados a la temporada pascual.

Existe la sospecha de que, en materia de golpe, la procesión va por dentro y la mismísima Conferencia Episcopal Venezolana eleva desesperadamente sus plegarias por la caída del gobierno; pero no todos los obispos participan en la misma cantanta y se escuchan voces discordantes que incluyen de manera especial a los curas del perraje, quienes predican para los menos afortunados.

No deja de ser paradójica la situación de un general de tres soles recluido a la sombra bajo la acusación de incurrir en presunto peculado con las pertenencias de la FAN. Lástima que después de brillar con tanta luz hoy le toque yacer apagado, a la espera de un destino incierto.

En materia de alcaldes, la situación es confusa. El de Maracaibo no aparece por ninguna parte mientras en la capital de la República los burgomaestres abundan como el arroz aromatizado y el Alcalde Metropolitano juega a la guarimba tradicional, pues cada semana despacha desde un municipio distinto y vaga de alcaldía en alcaldía como el alma de un penado.

Mientras tanto, la Asamblea Nacional debate una ley especial para crear un jefe de gobierno en la Región Capital, que ya no sabemos ni cómo se debe llamar, pues eliminaron el Distrito Federal y desde entonces cada día le cambian el nombre al ensamble de la Gran Caracas, incluida hasta la montaña, que para unos es el Ávila y para otros el Guaraira Repano.

Resulta aconsejable preparar los ánimos para los días sagrados. Están a punto de comenzar los bicentenarios de la Independencia, entre los cuales figura el Jueves Santo de 1812, fecha de un terremoto que de ningún modo convendría reeditar.

augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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