Los agujeros negros de la Economía i los basureros éticos del capitalismo

II

“La frontera del agujero negro

recibe el nombre de frontera

de sucesos”

Stephen Hawking

Esta cita de Hawking con la que comienzo, sacada de su libro Agujeros Negros y Pequeños Universos, no la usaré con el rigor que hacemos en Filosofía de la Ciencia, la Teoría Cuántica o la Teoría de la Relatividad, sino como un símil de lo que sucede con el dinero, en los grandes centros financieros del capitalismo, las entidades bancarias que trabajan con los recursos económicos de todos, i los poderosos del capital exclusivo, como son los accionistas voraces de todas las grandes transnacionales, desde las petroleras, hasta las que convierten a los alimentos i a las medicinas, en mercancías para la explotación, el dominio i el crimen. Así imaginamos que, desde el Renacimiento, cuando apareció el papel moneda i los intermediarios de las riquezas, en bancas en las calles, i estas de femeninas se masculinizaron i se convirtieron en Bancos en manos de los pioneros truhanes, ladrones legales i cortesanos de los reyes, emperadores o sápratas i dictadores como los señores feudales, forjando las primeras grandes riquezas hereditarias, i al lado de su grandes castillos i tierras fértiles, las empobrecidas poblaciones de lacayos, siervos o esclavos. Origen de muchísimos pueblos i ciudades. Entonces fue como el Big Bang, del dinero, primero en minerales o piedras preciosas, como el oro, la plata, el cobre, los diamantes, rubíes i esmeraldas, posteriormente cambiadas a papeles, documentos, trácalas, bonos, etc., hasta aparecer nuevos recursos de valor como el petróleo i todos los nuevos minerales, el más conocido el Hierro, el Acero, Uranio, Vanadio, etc. Con ello progresó vertiginosamente la ciencia pura i la ciencia aplicada, por lo que las tecnologías i las guerra, cambiaron la faz del planeta, hasta enfermarlo de un cáncer planetario, que lo está llevando a su paulatina desaparición i sumarse a sus vecinos Venus i Marte, el uno ardiendo (de allí su brillo como si fuese una estrella) i el otro apagado i muerto, casi rojo todavía. I si, mientras aquella primera explosión a partir de una singularidad, puso vertiginosamente en expansión el universo, de lo cual algunos autores en su libro Arrugas en el Tiempo han dado una prueba de ese acontecimiento ocurrido hace más de 10 ó 20 mil millones de años, resulta que los disparates bíblicos son de una ignorancia monumental. En el siglo XVII el Obispo Ussher, fijó el año 4004 a.C. la creación, fecha a la que llegó sumando edades de personajes del Antiguo Testamento, i otros cálculos menos disparatados han llevado hasta lo 9.000 años, con lo cual piensa Hawking que según el primer cálculo, la fecha de la Creación, “no dista mucho de la del final de la última glaciación, que es cuando aparecieron los primeros seres humanos modernos”, todavía mui distintos a nosotros i olvidados de Dios. Quizá el Obispo Ussler, debió equivocarse en la suma, en el caso de Matusalén, pregonado como el hombre más viejo del mundo (unos 600 años antiguos) en la “supuesta historia” de los Evangelios, pues otros prueban que, cuando Matusalén murió, lo sobrevivió su padre Enoc.

Pues bien, volviendo al terreno científico de la bella Física Contemporánea, una de las materias más atrayentes o fascinadoras de las que existen. La expansión del Universo (1929), demostrada por un abogado que dejó su carrera tan maltratada i vilipendiada por el común de sus profesionales, cuando se hacen políticos, llamado Edwin Hubble, alteró el combate sobre el origen. En su honor, se llamó así, el primer telescopio espacial, el célebre ya, Telescopio Hubble, que ha demostrado lo infinito del Cosmos, con millones de millones de galaxias que se alejan, i demostrándose que en un tenue polvito sideral del brazo de Orión, se encuentra todo nuestro universo de unos once planetas irregulares de tamaño i de consistencia, entre los cuales el único habitado es la Tierra, apenas Un Punto Azul Pálido como lo denominó Carl Sagan, ese brillante talento que se nos fue. Entonces, a partir de la Relatividad, el físico i astrónomo Schwarschild (1873-1916), llegó a pensar, midiendo las fuerzas de gravedad i calculando lo que se llama el Radio Schwarzschild, que podrían existir una variedad de estrellas tan sólidas o compactas que, su gravedad impidiera incluso la salida de la luz. I desde allí se llegó a la conclusión el conocimiento de los agujeros negros, donde todo lo que pase cerca será absorbido sin saberse que destino misterioso o desconocido tendrá. Ha sido la pasión mental de ese genio del pensamiento que se llama Stephen Hawking, cuya lectura apasiona.

Por eso, trayendo a comparación metafórica, estas realidades del mundo cósmico –tan desconocido para los que todavía comparten religiones, santerías i otras cosas prehistóricas en futuro próximo- tal lo creía así Bertrand Russel a quien su fino i contundente sarcasmo científico i filosófico, dijo que la pre-historia de la humanidad termina, cuando se acaben las religiones. Las transnacionales, sus accionistas, los poderosos del dinero, ignoran el mundo en el cual viven. Sus presidentes del país i sus gobiernos son títeres que deben llegar al robo i al asesinato, aun de su propio pueblo, cuando ellos lo decreten o deseen; son monstruos con apariencia de humanos que solamente conocen sus mansiones o viajan a otras similares por los cielos en aviones especiales, i nunca han visto un campo sembrado, ni un hombre común u hombres trabajando (porque desconocen lo que es trabajar), ni unos niños hambrientos o un pueblo arrasado por las guerras i la naturaleza enfurecida, pues ni en fotos ni películas se atreven a mirar; ellos sin salir de su hedonismo, el licor, el sexo i las perversiones, ni saben de mora ni mucho menos de ética, Nacen, viven i mueren destruyendo al mundo, sin conocerlo ni sentirlo. Todo lo absorbieron. Son los agujeros negros de la economía mundial. Por ello, aquí se cayó Russell. La prehistoria continuará, la moral ni la ética sabremos para que sirven; seguirán las religiones i santerías emborrachando a muchos i embruteciéndolos; pasarán por el mundo como los agujeros negros, pero sin absorben nada i en la pobreza eterna. Mientras esa disparidad fundamental no la cambiemos de alguna manera más que con revoluciones pacíficas de unos pocos, tendremos agujeros negros, traidores i héroes inmolados. Son, como dice Hawking, la frontera de sucesos.

Continuará

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Roberto Jiménez Maggiolo


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