La selección de Hugo Cabezas, por parte de la Directiva del PSUV, como candidato a la gobernación del estado Trujillo es una decisión muy acertada. Por cuanto en Trujillo existen políticamente dos bandos del PSUV; un bando representado, en las elecciones internas por Octaviano Mejías, militantes e inscritos que acompañan y apoyan al actual gobernador Wilmer Viloria, el otro bando representado por Orésteres Leal, grupo que pretendió fallidamente llevar a cabo un referedum revocatorio contra el actual gobernador del estado Trujillo. Por tanto, la selección de Hugo Cabezas, como candidato a la gobernación, debe borrar la pugna política entre estos dos bandos y conducir a una mayor unidad. Aun cuando la lealtad política al Presidente de la República en este estado ha sido consecuente, como lo demuestran los resultados del referedum del 2 de diciembre del año pasado.
Lograr mayor unidad política en el estado Trujillo no debe ser gran problema para el ex Ministro de Finanzas. No obstante, el mayor problema, del actual candidato a la gobernación, será en cómo lograr que el estado Trujillo sea una verdadera unidad geográfica erradicando la concepción decimonónica que impera en este estado. Concepción que preserva la oposición y contradicción entre tierra alta y zona baja; tal oposición ha contribuido a que no se haya consolidado una real integración geográfica entre ambas zonas dejando rezagado el desarrollo de la «zona baja», que ocupa lugar marginal dentro del estado Trujillo, lo que ha mantenido al estado Trujillo entre los estados más atrasados del país.
Una nueva concepción de la geometría del poder debe ser propuesta y desarrollada en este estado para erradicar la separación y exclusión geográfica y poblacional entre tierras altas y tierras bajas. Ya que un tercio del estado, esto es, la «zona baja» permanece política y económicamente abandonada perdiéndose, así, todas las oportunidades urbanísticas e industriales que esta zona potencialmente ofrece.
¿Cuáles las potencialidades y posibilidades de la «zona baja» ofrece para el desarrollo armónico de Trujillo? Primero, esta zona ofrece una cantidad de suelo fácil de urbanizar por ser prácticamente llano, por supuesto condición no suficiente para un desarrollo urbano endógeno, pero si fundamental por las condiciones geográficas de Trujillo. Segundo, la zona baja es atravesada longitudinalmente por la Carretera Panamericana, que es la arteria vial más importante del estado, ya que a través de ella se comunican los estados Lara, Zulia, Mérida y Táchira (por esta vía se trae el carbón de Colombia que es embarcado en el Puerto de La Ceiba) esto facilitaría el desarrollo de zonas industriales debido al potencial de transporte de esta vía.
Tercero, una parte de la zona baja es una la llanura deltaica, lo cual hace que ésta sea una zona de primera calidad para la producción agrícola y pecuaria. Cuarto, el Puerto de La Ceiba y el «Plan de Desarrollo Ferroviario Nacional» que contempla el eje ferroviario Barquisimeto-La Ceiba-El Vigía-La Fría, constituye un proyecto de desarrollo del occidente del país. Quinto, el establecimiento de PDVSA en el área de Tomoporo y la creación del «Distrito Social Tomoporo» debe impulsar el desarrollo endógeno de la zona.
El desarrollo pleno de la «zona baja» permitiría equilibrar la geometría política, social, económica y geográfica del estado Trujillo eliminando la condición residual de esta zona. Al lograrse este equilibrio, Trujillo estará en condiciones más prosperas y con capacidades semejantes a las del Zulia, Lara y Mérida conformando una nueva geometría del poder más armónica y solidad en el occidente del país.
Esta será la tarea más importante del candidato Hugo Cabezas.
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