No es poca cosa lo que dijo el filosofo Rivero

A propósito de “los pecados sociales”

La intervención del profesor Francisco Rivero en el programa de Mario Silva, La Hojilla, el pasado miércoles y que fue repetido anoche, jueves 14 de marzo, ha causado revuelo en la opinión pública, y curiosamente hasta los medios digitales de oposición celebran la intervención del ilustre invitado. Fue lomito para Mario y un receso a su cotidiana lucha mediática. Bien lo dijo el mismo Rivero, cuando le reconoció la dura labor que asume el “Bachiller Marginal”, quien sin título de periodista ha desmontado muchos de los frentes de los más poderosos medios.

El domingo pasado el profesor Rivero intervino además en el programa del también profesor y respetable periodista Eleazar Díaz Rangel. Allí habló con la misma vehemencia que lo caracteriza y por igual en ese programa no logró atrapar una mala palabra que se le escapó, cuando dijo “mierda”, la que en su discurso calzó perfecta. Me hizo recordar a Gabriel García Márquez, cuando en una oportunidad justificaba el uso de una grosería en medio de un discurso, en su caso literario, porque ésta connota expresamente en tiempo y espacio, en sensibilidad y poder de exclamación lo que el autor quiere decir. Allí adquiere sentido perfecto la grosería.

Rivero, en esta Hojilla de antología, sin declararse chavista, ni socialista formal, ni nada que se le parezca, trascendió el discurso formal de un filosofo, para introducirnos en el ejercicio etéreo de elementos de esa compleja disciplina, una especialidad que muy pocos conocemos y menos practicamos, pero que con su aval pedagógico nos atrapó al entendimiento, al más simple, se trata de dar sentido vivo al humanismo, a la doctrina cristiana pura y sencilla. Por eso creo que Rivero, quien no es chavista, reconoce en Chávez, valores permeables, de justicia y entrega, de honestidad hacia el ideal, de valentía e inmenso amor al prójimo.

No es poca cosa la que dijo Rivero: “Chávez puede ser tan efectivo en el gobierno como en la oposición…él no va ser un engranaje…él es esa urgencia, esa necesidad de vinculación y de movilización en el sentido vital; político, social, pedagógico, en todo…sólo un individuo como él puede generar esto…el verdadero protagonista es él…”

Sin dejar a un lado la visión real, desgarradora del antagonismo social que impera en el mundo y de la cual Venezuela por supuesto no escapa, ¿qué lleva a un pensador, estudioso, catedrático, burgués, a entonar sus principios morales, éticos, religiosos, profesionales, con el presidente venezolano?. Creo que la respuesta radica cuando Rivero evalúa el proceder de ese hombre llamado Hugo Chávez Frías, quien no se ha rendido y sigue la lucha en cuerpo y espíritu por un ideal, el de justicia social, el del sueño de “la patria grande”, en donde trabaja incansable para que los antagonismos entre pobres y ricos no sea tan abismal. Pero además, Chávez es el hombre que remueve los cimientos del individualismo, para emprender un sendero de humanismo, solidaridad y renacimiento patrio, de valores morales.

Rivero emplaza a los rectores de la iglesia a tomar su lugar, a expresar ese, su discurso piadoso. Y es tan cierto, que muchos nos preguntamos, ¿por qué la iglesia no está con los pobres?, aunque afortunadamente hay sectores de esta instancia que se deslindan del conclave radical de derecha. Rivero instó a no seguir haciéndonos los locos y no importarnos lo que le pasa al otro, el del al lado, al que vemos pero no vemos. Es simple, su llamado es parte esencial de la doctrina religiosa, sea cual fuera y es cuando adquiere sentido una sentencia bíblica: “ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Dijo Rivero en la Hojilla: “tú liquidas a Chávez y todo esto carece de cabeza efectiva. Se refirió a lo que a dicho alguna vez el Presidente sobre si mismo (no textual): “mientras haya esta urgencia vital en mi yo estaré aquí…entonces este es un regalo de la providencia”, acotó el filosofo.

Considerar a Chávez “un regalo de la providencia” dice Rivero, le costará que le digan “loco” “tarado”, etc, ¿pero creen ustedes que este profesor perdió la chaveta?. No. Rivero es un maestro de la filosofía, pero más que ello, es un ser que a la par de sus estudios y evolución, sopesa la vida en otra dimensión, en donde el fin último de la misma no tendría sentido sino despierta en nosotros el sentimiento más noble, sublime y poderoso del planeta, EL AMOR, en todas sus manifestaciones. Porque el amor es una energía tan poderosa y benefactora, que es el combustible que nos mueve y nos permite hacer todo lo que no creemos somos capaces de hacer.

Francisco Rivero nació en Caracas. Tiene creo unos 67 años o más. Estudió Filosofía en Harvard. Hizo un Postgrado en la Universidad de Georgtown (Washington) y un doctorado en la Universidad Católica de Milán. También ha sido profesor de la Universidad Simón Bolívar, del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Metropolitana. De manera que no es por bruto que sus aproximaciones de análisis se compadezcan con el esfuerzo titánico que emprende Chávez por romper con las viejas estructuras de poder y doble moral, tan corroídas en nuestra sociedad.

“Dejar que los muertos entierren a sus muertos”, no resulta tan sencillo, pero a pesar, de ello “no es poca cosa” en lo que se ha avanzado y que no se supedita a la construcción de miles de obras públicas o de servicio, al aumento sustantivo del precio del barril petrolero o que el venezolano tiene ahora más dinero para comprar más. Se trata de lo que habló Rivero esa noche, de lo que hay en nuestro interior y en la conciencia. Ser mejores seres humanos es simple pero lo complica el egoísmo, la ambición, la intriga, y todos los pecados capitales.

Por cierto, hace poco el Vaticano anunció, a través del regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, el obispo Gianfranco Girotti, algunos de los que podrían ser los nuevos tipos de pecado, sobre todo en el área de la bioética, la droga, las extremas desigualdades sociales o la ecología. Girotti hizo referencia a las "nuevas actitudes pecaminosas" del hombre moderno. Se trata de los nuevos 'pecados sociales' el respeto a los valores de la naturaleza como un bien que nos ha sido otorgado por Dios (ecología), el rechazo a la acumulación de riqueza por mero enriquecimiento personal (egoísmo), la postura contraria a las diferencias que se exacerban entre ricos y pobres (justicia social) e incluye la manipulación genética (querer convertirnos en dioses). Para otros, estos “pecados sociales” se tratan además del materialismo extremo y la precaria educación que damos a nuestros hijos en el ámbito de la moral. Se trata también del abandono de la espiritualidad y la constante búsqueda de bienes materiales como fin en sí mismo.

No se equivoca el ilustre Rivero en sus análisis sobre el materialismo, el individualismo, la falta de solidaridad y demás mezquindades del que somos presos muchas veces los seres humanos. Una muestra de ello la tenemos a cada paso, en el vecindario, en el trabajo, en la universidad, en el mercado, al cruzar una calle. Por ello su mensaje sí fue bien aleccionador. Ojala sea entendido y en especial por los representantes de la iglesia, no de un grupo de todos los que nos representan ante Dios, para que auxilien a tantas almas que claman misericordia. Llegue a todos los venezolanos este oportuno llamado de Rivero, quien se puede considerar un valuarte intelectual y en conocimiento espiritual, a quien debemos calibrar como un sabio venezolano, que afortunada o desafortunadamente ha vivido en el silencio, sin la jauría mediática al acecho.

Leonjudi@gmail.com

(*)Periodista


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Judith M. León(*)

Periodista e internacionalista.

 Leonjudith@gmail.com

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