Desgraciadamente, o nos armamos hasta los dientes o quedaremos jodidos para siempre! Nunca nos respetarán! Ley de la vida!

  1. No crean que hoy somos diferentes a como nos encontró Colón en 1492. No se crea que hoy somos superiores a aquellos habitantes de las "Indias Occidentales" que andaban en guayucos, y tocaban guaruras encontrándose ya sometidos al poder del imperio español. Cierto que hablamos el español, y no el quechua o el caribano (el idioma de Guaicapuro) o el maquiritare. Que andamos en carros y cogemos en avión para echarnos un chapuzón en alguna playa de las Antillas o de los paraísos occidentales. Carros y aviones que por cierto, no construimos nosotros. ¡Indios! Que vestimos, no como los cumanagotos con sus penachos, sino como los europeos o los gringos (con los blue jeans tallados, zapatos deportivos de marca, franelas estampadas con figuritas de Mickey Mouse, Pato McDonald o Pluto). ¡Indígenas! Que nos movemos modernamente, y que al saludar nos damos la mano y nos abrazamos y nos damos un besito y hasta dos, y por eso algunos nos creemos "civilizados". ¡Pero todavía indios!

  2. Al fin, que hemos llegado en el siglo XXI, a ser ambivalentemente corteses, y nos hemos ido formando en la escuela del "buen trato", del urbanismo. Queremos aprender inglés pero para ser cada vez más esclavos. ¡Indios! Aunque los dueños de Occidente nos traten a las patadas, como siempre, nos creemos libres y aspiramos a ser democráticos como ellos para que nos sigan asesinando, robando y esquilmándonos, ¡como siempre! En este mundo nada ha cambiado. No nos admiremos de que sigamos siendo los sometidos y los pendejos que Colón dijo haberse encontrado en este continente, y que luego sus pares capitalistas explotaron al máximo. ¡Increíble que a 533 años de haber llegado a estas costas ese canalla y pirata de Cristóbal Colón, hoy nos encontremos más sometidos, asfixiados y controlados por su misma gente colonizadora! Y que algunos crean que son capaces de respetarnos…

  3. Nos pavoneamos, digo, con celulares y creemos estar en el PRIMER MUNDO. Creemos saber tanto de redes y de IA, que en nuestras vidas privados somos unos controlados. Mejor dicho, casi no tenemos vida privada, todo se sabe, todo se difunde y queremos que todos vean lo que hacemos, sentimos y pensamos. Cómo nos gustaría que el mundo nos viera tal cual somos, ¡en cueros! No como eran nuestros indígenas que para nada lo andaban pregonando. Sino todo contrario. En América Latina, llevamos en realidad, varias vidas a la vez. Indecentes y falsos. ¡Hipócritas! ¡Egoístas! ¡Tracaleros!

  4. Ahí vamos, queriendo ser o imitando otras culturas, y despreciando la nuestra. Con pocas tradiciones firmes, y con una historia desfigurada, escrita por los propios conquistadores. Falseada, Cuando quisimos huir de nuestro país, nos fuimos a Estados Unidos o a Europa, sin tener el coraje de llevarnos nuestros guayucos y nuestros penachos.

  5. ¿Será esa nuestra condición: solamente la de ser unos "descubiertos" y como tales vivir de la cultura y de la ciencia y la tecnología que nos proveen los "descubridores"?

  6. Querido hermanos "descubiertos", los invito a leer, para que conozcan un poco sobre su verdadera condición a "El monstruo y sus entrañas" de Vladimir Acosta, lean "Maldito descubrimiento" de Sant Roz, lean "La otra historia de los Estados Unidos" de Howard Zinn. No pierdan tanto tiempo metido en las redes que eso no les dará sabiduría ni los hará libres, no les inspirará ideas o pensamientos propios ni mucho menos una cultura original, auténtica.

  7. Esta nota me la motiva la lectura del libro de Howard Zinn, "La otra historia de los Estados Unidos", y voy leyendo que "cautiverio morían demasiados esclavos. Así que Colón, desesperado por la necesidad de devolver dividendos a los que habían invertido dinero en su viaje, tenía que mantener su promesa de llenar sus naves de oro. En la provincia de Cicao, en Haití, donde él y sus hombres imaginaban la existencia de enormes yacimientos de oro, ordenaron que todos los mayores de catorce años recogieran cierta cantidad de oro cada tres meses. Cuando se la traían, les daban un colgante de cobre para que lo llevaran al cuello. A los indígenas que encontraban sin colgante de cobre, les cortaban las manos y se desangraban hasta la muerte".

  8. Nos refiere Howard Zinn que los indígenas tenían una tarea imposible, tratar de oponerse con flechas a los arcabuces, a los hombres a caballo y con corazas. Hoy nosotros tenemos esos arcabuces, pero ellos tienen portaviones, bombas atómicas y nucleares. Nos sigue contando Zinn, que los indios lo que podían hacer era huir… "así que huyeron, siendo cazados por perros y asesinados. Los arawaks intentaron reunir un ejército de resistencia, pero se enfrentaban a españoles que tenían armadura, mosquetes, espadas y caballos. Cuando los españoles hacían prisioneros, los ahorcaban o los quemaban en la hoguera. Entre los arawaks empezaron los suicidios en masa con veneno de yuca. Mataban a los niños para que no cayeran en manos de los españoles. En dos años la mitad de los 250.000 indígenas de Haití habían muerto por asesinato, mutilación o suicidio".

  9. Agrega Zinn: "Cuando se hizo patente que no quedaba oro, a los indígenas se los llevaban como esclavos a las grandes haciendas que después se conocerían como "encomiendas". Se les hacía trabajar a un ritmo infernal, y morían a millares. En el año 1515, quizá quedaban cincuenta mil indígenas. En el año 1550, había quinientos. Un informe del año 1650 revela que en la isla no quedaba ni uno solo de los arawaks autóctonos, ni de sus descendientes".

  10. Terrible realidad la nuestra, y no es por supuesto para ponerse a llorar, sino todo lo contrario, conocerla, para mantenernos alerta y prepararnos en todos los terrenos, para así derrotarlos como se debe. Llevamos 533 años, y todavía no lo hemos conseguido. Apenas hemos dado tímidos pasos.



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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