La explosión delictual

Cinco motores impulsan el cohete espacial del proyecto de Hugo Chávez,
desprendiéndose de la nave madre a medida que queman sus etapas. Primero la
Ley Habilitante, de inmediato la Reforma Constitucional, luego la Nueva
Geometría del Poder. Finalmente, rumbo al nuevo modelo socialista, avanzarán
la cruzada de Moral y Luces y la Explosión del Poder Comunal.

Desde luego admiro la capacidad del Presidente para idear, planificar y
poner en ejecución proyectos que otros gobernantes no se atrevían ni a
mencionar. En este caso la característica singular es que Chávez plantea sus
ideas ante el pueblo, estimulando a los vecinos de la comunidad para que
asuman el gobierno directamente en sus localidades.

Venezuela ha cambiado. Los venezolanos conocen, como nunca antes, la
Constitución y otras leyes; en los sectores populares la gente asume roles
protagónicos y existen miles de comités que se ocupan de la salud, el agua,
la energía eléctrica, el aseo urbano y tantos otros servicios públicos.

Desde diversos puntos de vista en nuestro país se vive una experiencia que
entusiasma a millones de hombres y mujeres progresistas en el mundo entero.
También, desde luego, tiene enemigos externos, que intentan sabotear cada
proyecto viable.

Sin embargo, y para ser franco, no es el imperialismo, la CIA o sus aliados
criollos, quienes pueden hundir este experimento socialista. Es en el propio
gobierno, o en su periferia, donde asecha el enemigo más peligroso del
proceso. Me refiero a la delincuencia.

Por una parte la tradicional corrupción administrativa sigue intacta, como
niña mimada de la conchupancia, ahora haciendo estragos en nuevos
organismos.

Por la otra existe un hamponato desatado que azota a los más pobres y
condena a millones de ciudadanos a vivir como prisioneros en sus propias
casas.

¿Acaso es incompatible la revolución bolivariana con una policía eficiente?
¿Hasta cuándo seguirán los policías corruptos dirigiendo bandas hamponiles
desde sus comandos?

Por desgracia si Chávez no frena la delincuencia galopante en pueblos,
barrios y urbanizaciones, el Poder Comunal terminará desbandado, sometido o
controlado por la explosión delictual.

augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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