Cejijunto y meditabundo

Los fiscales del Tío Sam, agentes de corrupción, porque irán inoculando en el cerebro de ciertos hombres la semilla del egoísmo, de ese egoísmo que lo lleva a pretender la unificación de la deuda con el ceño protector del Tío Sam. ¿Saben ustedes lo que sucedería con nuestros tribunales de Justicia? Como una consecuencia de la fiscalización extranjera en nuestra hacienda la habría también en la administración de justicia, la habría luego en nuestros Congresos… y esta sería la catástrofe final de nuestra soberanía… La estrangulación habría comenzado por el estómago y terminado por la Independencia… En cambio, habría una docena de afortunados capitalistas venezolanos o… de políticos, asegurados contra el incendio de nuestras guerras civiles, asegurados contra nuestros desórdenes fiscales, asegurados contra la volubilidad de las pasiones y encariñamiento populares… ¿No es esto? Y para librarnos de tantas injurias, calamidades y vergüenzas, ¡cuántos sacrificios habríamos de imponernos! ¡Qué pedazo de tierra, del territorio que fue joya arrancada a la corona de la realeza española, habríamos de dejar en las garras del yanqui!

Pero más poderoso que todos estos temores y zozobras e inconsciente, como se dice de los suicidas cuando se van, atraídos por no sabemos qué fuerza misteriosa, hacia la muerte. Entre tanto, la luna, como un medio círculo de plata, seguida del amable lucero que va besando sus huellas a semejanza de una pareja de amantes en viaje de novios, proseguía apaciblemente su curso; al recibir los rayos de la luna, bajo las arcadas de palmas y de sauces, prolongando sobre el campo su silueta colosal, despertaba, en el medroso caminante, el temor al silencio, a la soledad y a la hora…

Bien veréis pueblo, cuánta y abnegada es la juventud, si paráis mientes en los sombríos colores que ha puesto en su paleta oratoria, si se me permite la frase, un sí es noes decadente, para refutar las ideas, ellos, de seguro, inspirado por el numen verdaderamente santo de su inmaculado patriotismo. Apenas si ha habido una mala interpretación, que la doctrina socialista es mi doctrina. Con la energía, con la independencia. Defenderíamos los pequeños capitales contra la avaricia de los especuladores, contra esos agentes de empréstitos extranjeros que desdeñan el capital nacional, porque no les produce gangas, porque los pequeños capitales no dan para chanchullos.

La Naturaleza y de la creacióna entre ese sentimiento, condensanción de todas las sensaciones, acicate de la gloria, numen de la humanidad, aferrada a la entraña de los siglos, imperante en las costumbres, fortalecido por los errores de una educación desleal a la verdad de convencionalismos ridículos, a los que la sociedad, inconmovible, impía, intransigente, rinde culto, porque acata la mentira del prejuicio y sólo tiene para quien cae, las mortales ironías del desdén y el estigma de la reprobación, la sorna escocedora de las almas, hiriente y pérfida, como el zumo de esas malditas hierbas que encanijan, enloquecen y matan, con malvada lentitud, como regocijándose del trágico fin de los seres intoxicados.

"Desgraciado pueblo, ¿quién le liberará de esa historia de muerte?

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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