Hemos sido testigo de la crisis del planeta, según lo dicho por los líderes mundiales en la Asamblea general de la ONU, en su 76’ sesión anual. Un nuevo mundo es necesario y hay que construirlo, con la participación de todos. Hay que sacar del seno de la ONU, el sectarismo y el dogmatismo, está planteada la necesidad de impulsar mecanismos que permitan desacelerar el deterioro del planeta Tierra, ante el cambio climático y la pandemia del coronavirus, de manera inmediata. La ONU, es sin lugar a dudas, la vía para construir un mundo multilateral. Es el derecho internacional, son estos espacios que hay que fortalecer, es la soberanía de los pueblos del mundo, ejercida con valentía en bases al derecho internacional. El mundo no soporta más la dictadura de los imperios, que solo ha servido para proteger sus intereses mezquinos y egoístas.

Es urgente una respuesta práctica, verificable de la actuación contra los gases de efecto invernadero, contra el calentamiento global de mares, de ambientes contra todos los fenómenos de distorsión y desastre del cambio climático. Hacen falta medidas de acción que detengan la aceleración de los procesos de deterioro del equilibrio ecológico del planeta Tierra, por parte de los Países desarrollados que le ocasionan daños al planeta tierra.
Una nueva ONU, para que todos podamos compartir la vida, la solidaridad y el camino justo y necesario de una comunidad nueva. Es un nuevo mundo que renace para acabar con las viejas hegemonías, con la pretensión de algunos de convertirse, en policías y jueces de todos los pueblos del mundo, es el tiempo de la libertad de la soberanía, y se termine de una vez, la agresión de los Países desarrollados, en contra de los pueblos independientes, libres y soberanos.

Continúa la agresión, Élites de Estados Unidos, en complicidad con grupos de poder de la Unión Europea y Canadá, pretenden instrumentalizar los organismos de derecho internacional para justificar la campaña feroz y los ataques criminales contra el pueblo de Venezuela. Debemos rechazar la imposición de mecanismos ilegales sobre Venezuela, destinados a atentar contra su libertad económica, financiera y comercial. El pueblo venezolano es víctima de una persecución sistemática, cruel y criminal en una violación flagrante de los principios del derecho internacional, establecidos en la Carta de la ONU. Todos los pueblos del mundo están obligados a rechazar la agresión permanente en contra de Venezuela, a través de sanciones económicas, financieras y petroleras; de persecución contra el derecho a la libertad y las garantías económicas que deben gozar todos los pueblos del mundo.

Continúa la agresión, en contra del pueblo venezolano, a través de la intervención, cuando les digo que el Chavismo está sentado en la mesa de diálogo y negociación en México, con el Gobierno de los EE.UU, Y sus aliados de la Unión Europea y Canadá. Les presento una acción que demuestra tal afirmación: Este 23 de septiembre pasado en su programa de televisión Aló Embajador, que transmite por su cuenta en Twitter, el autoproclamado embajador estadounidense, James Story no reconocido por el Gobierno bolivariano, señaló que “un acuerdo negociado e integral es la única oportunidad que tiene el Presidente Nicolás Maduro, para que se le flexibilicen las sanciones”.

Story “recomendó” a la oposición a salir a votar el 21 de noviembre, y agregó que “solo levantaremos sanciones con avances irreversibles en Venezuela, hacia la democracia, con la liberación de presos políticos, liberación de partidos políticos, elecciones libres y: verificables”. James Story, ordena: hay que votar el 21 de noviembre, las sanciones no se va a eliminar, solo se flexibilizan algunas. La oposición terrorista venezolana, obedece: participa en las megaselecciones acordadas para el 21 de noviembre y apoya las sanciones en contra del pueblo venezolano.