LUCHAS llama a voto crítico por la Alianza Popular Revolucionaria APR este 6D

La Liga Unitaria Chavista Socialista (LUCHAS) somos un grupo de revolucionarias y revolucionarios que desde el inicio del proceso bolivariano hemos estado militando dentro de este proceso. Buscamos contribuir en su consolidación y demos el salto cualitativo de que los gobiernos bolivarianos, sucedidos desde 1999 hasta ahora, transciendan el capitalismo de estado prevaleciente, y avancemos hacía la transición al Socialismo del Siglo XXI. Desde LUCHAS en eso estamos.

LUCHAS es una organización revolucionaria e internacionalista. No concebimos el socialismo en un solo país. Estamos a favor y nos solidarizamos con las luchas en todos los países del mundo que llevan adelante los trabajadores y trabajadoras; los campesinos; las mujeres y juventudes; lxs lgbti+; lxs ambientalistas; indígenas, e inmigrantes y de todos los otros sectores oprimidos. Nos consideramos parte de la IV Internacional y estamos vinculados con otras organizaciones y coordinaciones políticas existentes en otros países.

Nuestrxs militantes y dirigentes acompañamos las transformaciones radicales que se emprendieron durante el gobierno del Presidente Hugo Chávez. Sostenemos un apoyo crítico durante el periodo de gobierno de Nicolás Maduro, dejando en claro nuestra oposición militante al criminal bloqueo norteamericano contra nuestra nación, y permanentemente llamamos a enfrentarlas –al igual que las numerosas acciones del fascismo criollo- basados en la movilización y organización autónoma del pueblo trabajador.

Desde el año 2013 vivimos un deterioro sensible de las condiciones materiales de vida de la población en general y de los y las trabajadoras en especial, que si bien tiene como una causa importante las acciones coercitivas impuestas por los Imperialismos yanqui y europeos, también cuenta con la responsabilidad del Gobierno y de la dirección política del PSUV, por falta de respuestas y políticas claras y progresivas y también por la tolerancia hacia la burocracia y la corrupción.

La canasta básica alimentaria supera los 70 dólares mensuales, según un estimado de la FTUV-Docentes, siendo que el salario mínimo integral de un trabajador, después del ajuste más reciente, no llega ni a 4 dólares mensuales (y bajando!). A esto debemos sumarle la suspensión de las convenciones colectivas y sus beneficios, así como de ley (LOTT y CRBV), lo que configura un cuadro de deterioro insoportable del salario. Mientras sobrevivimos con esos sueldos miserables, las federaciones y central de trabajadores CSBT vinculadas al gobierno no reclaman ni aumento salarial y mucho menos llaman a elecciones para legitimar sus direcciones, que ya llevan 9, 10 y hasta 20 años sin realizarse.

La suspensión de las convenciones existentes y nuevas negociaciones colectivas, limitan la libertad sindical. Mientras tanto decenas de dirigentes sindicales, campesinos y populares, tan sólo por reclamar sus derechos y las de sus representados, están presos. Igualmente, en el campo muchas de las tierras expropiadas por Chávez a los terratenientes y adjudicadas a los campesinos, son ahora devueltas a los viejos latifundistas, mientras los campesinos son perseguidos por los tribunales, la GNB y los cuerpos policiales en complicidad con los terratenientes.

En el alto gobierno se ha impuesto la tesis de que es necesaria una alianza con una supuesta burguesía revolucionaria. Esto no es otra cosa que el intento de una capitulación nefasta a la burguesía parasitaria y explotadora, y al mismo tiempo una legitimación del pillaje y el robo por parte de sectores que han amasado millonarias fortunas mediante la corrupción. Está en peligro las mínimas condiciones de soberanía que pauta la CRBV. Crece las posibilidades de generarse nuevos lazos de dependencia, hipotecando nuestra independencia. Esto va de la mano con las políticas de asociaciones sumisas con capitales chino, ruso, turco, poniendo en riesgo la soberanía de la patria de Bolívar.

Rusia, China, Irán y Turquía son aliados tácticos en la lucha contra el imperialismo decadente de los EEUU y su proyecto de hegemonía mundial. Alinearse con ese bloque de países, en la disputa geoestratégica, es potestad del gobierno y hacer acuerdos comerciales con ellos también. Lo que no está bien es hacer malos negocios, particularmente de entregas que comprometan los intereses de la nación en la explotación de sus recursos y ponga en dudas nuestro derecho de autodeterminación.

El pueblo trabajador no quiere que esta situación continúe, pero desprecia –con sobradas y demostradas razones- a una derecha que promueve y avala los ataques imperialistas contra Venezuela. En ese contexto afloran profundas contradicciones de clase entre las organizaciones políticas defensores del proceso bolivariano en la convocatoria a elecciones para elegir la nueva Asamblea Nacional este 6D. Partidos como Tupamaros (MRT), Lina Ron, Patria para Todos (PPT) antes de ser judicialmente intervenidas sus directivas habían anunciado la creación de una Alianza Popular Revolucionaria (APR) junto al Partido Comunista de Venezuela.

Con esa judicialización de la política dejaron a la APR solo con la tarjeta del PCV. Peor todavía, el gobierno está silenciando las vocerías de la campaña de la APR: se les excluyen de los debates que se vienen realizando por los canales del Estado, mientras le dan cancha a los representantes de la derecha. Quieren silenciar cualquier crítica que venga desde la izquierda, de los sectores obreros, populares y campesinos que reclaman sus derechos.

La APR ha levantado las consignas de recuperación del camino revolucionario del proceso venezolano. Ello pasa por un Golpe de Timón que devuelva la tierra a quienes la trabajan, los campesinos; que se cobre impuesto a las grandes fortunas para orientarlo a la recuperación del salario de la clase trabajadora; y el retorno de la agenda social plena.

La APR, circunstancialmente recoge el sentimiento popular de exigirle al gobierno que muestra una clara deriva socialdemócrata, la rectificación revolucionaria. Así la APR se ha convertido en la alternativa de voto para aquellos revolucionarios que se niegan a seguir perpetuando a los candidatos del PSUV en el poder. Tampoco creemos que los candidatos de la APR tengan el propósito de traicionar al proceso bolivariano pasándose a la derecha o obstruir proyectos de leyes favorables para el pueblo.

Sabemos que como en todo proceso, en la APR, además de respetados y consecuentes luchadores sociales, se han colocado oportunistas de oficio. No obstante, ello no desmerece en absoluto la orientación progresiva de su propuesta. Entre esos merecidos candidatos a diputados por la APR, está la figura del Compañero Angel Navas, presidente de la Federación de Trabajadores Eléctricos, FETRAELEC. Lo conocemos desde hace más de tres décadas. Sabemos de su honestidad y su comportamiento revolucionario y clasista. En este momento no hay otra alternativa y abstenerse o votar nulo es un despropósito.

Respaldaremos toda iniciativa desde el Parlamento para la movilización y organización popular indispensable e imprescindible que sirvan a la profundización de la revolución, como único camino viable para salir de esta crisis capitalista. Al mismo tiempo, seremos críticos de la mayoría parlamentaria que obtendrá el PCV-APR, para garantizar que se cumplan las promesas de trabajar por una rectificación revolucionaria.

Por lo antes expuesto, llamamos a votar crítica y masivamente por la tarjeta del PCV. Votemos el 6 de diciembre y luego activemos la contraloría social para los diputados electos.

La Dirección Política Nacional de la Liga Unitaria Chavista Socialista LUCHAS



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