La dialéctica del pesimismo: Ni Maduro, ni Guaidó, entonces ¿Quién?

Maduro quedó aturdido con los logros de Chávez y acabó aterrado por la inmensidad de los fines de la revolución (le quedó muy grande la camisa de Chávez). En ese talle caminaron un buen trecho, hasta que maduro y su gobierno se dieron cuenta que habían creado una situación que no les permitió ya, volver atrás. No pudieron asimilar los resultados del período impetuoso y agresivo de Chávez.

Terminaron en una posición acabada, el pueblo mismo se burla concienzuda y cruelmente de sus indecisiones; creen derribar al enemigo con solo descartarlo; en lugar de derrumbar a Guaidó hacen que éste saque nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más fuerte, frente a ellos. (es mentira que sus adversarios están derrotados).

Maduro se reúne con representantes de la mediana y pequeña empresa y quiere hacer ver que el gobierno fue sorprendido por lo que pasa en PDVSA, cuando todo el mundo sabe que "al gobierno ni a la mujer se les perdona la hora de descuido en que cualquier aventurero ha podido abusar de ella por la fuerza".

Con ese ultimátum de 48 horas, no se aclara nada, Maduro, pretende presentar el problema que ellos han creado, de otra manera. Quedaría por explicar cómo las transnacionales que comercian con gas, petróleo y sus derivados: Exxon oil, Chevron, Repsol, ENI, Rosnet y los socios de Maduro, Petroboscan y petrozamora, ¿han reducido a la miseria a una nación de 33 millones de habitantes? Mientras, se llevan estos recursos a bajo precio, dejando a cambio, una destrucción técnica de la industria petrolera venezolana. (Hay una profunda explicación de la situación desastrosa de la industria y los obreros del petróleo en Venezuela, expuesta en el artículo de Rafael Ramírez: "Maduro te explico lo que pasa en PDVSA", (aporrea, domingo, 9 de febrero de 2020).

Como dijimos, la burla concienzuda y cruel es extensiva a Guaidó. Ahora bien, si Maduro y Guaidó, no son capaces de asimilar los resultados económicos, políticos y sociales del período de Chávez; más por el contrario, son ambos los abanderados de la privatización. La pregunta que queda flotando es: ¿Seguirá el pueblo inmóvil ante la privatización madurista de los activos del Estado? ¿Esperará el pueblo que la otra derecha, la de guaidó y los aliados a Maduro, vuelvan al control del Estado? Si las reivindicaciones de los obreros han sido arrebatadas por el gobierno de Maduro, ¿Se levantarán los obreros? O si todo esto ha claudicado y ahora predomina un pensamiento de derecha en el país y las esperanzas populares han caído bajo la influencia del pesimismo político: ¿Quién gobernará Venezuela?



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Memo Fernández


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