Profesión: Quejologo. O, el crecimiento de los partidos políticos durante las crisis sociales

Lo único más reprochable que una persona que se sienta a criticar todo lo que le rodea, porque en su cabeza él/ella tiene la solución mágica para todos los problemas que aquejan el mundo mundial, es una persona que se sienta a criticar todo lo que le rodea y ni siquiera posee ideas para solventar lo que según él/ella, está mal. 
 
Tras el fracaso de la llamada Toma de Caracas, mas la debacle moral-política en la cual ha caído el chavismo debido a la incapacidad de muchos dirigentes –altos y bajos- de afrontar la realidad de la guerra económica, entendiendo que la bolsa del CLAP es la forma de opiar al pueblo, la política nacional ha caído en un letargo que como revolucionarios, solamente puede hacernos más, preguntarnos ¿qué está pasando? aportar –cada quien desde su trinchera-, pensamientos y manos a cada problema que aborda la vida común venezolana.
 
En este punto ya es aburrido escuchar a los opositores –los cuales se han graduado de un día a otro como opinologos- quejarse y quejarse de lo terrible que está el país a la vez que por alguna absurda razón, juzgan a Nicolás Maduro como martillo del desabastecimiento –quizás porque vieron aquel programa español donde una periodistas afirmaba que Maduro generaba la escasez cada vez que el pueblo intentaba derrocarlo en una heroica cruzada-.
 
A la vez, es terriblemente agobiante escuchar a camaradas, que quizás tan preñados de buenas intenciones como los militares golpistas del 11-A, manifestan un profundo rechazo a los que están detrás del CLAP.
 
La verdad ya no sé que es peor, el que se queja porque no puede comprar fácilmente una harina precocida y se queja porque la compra bachaqueada a 2500 bs aunque se queja para manifestar que no le importaría verla en el mercado a 2500 Bs. O aquel que con un par de ojos alargados en el pecho señala que la bolsa –la cual para mi es humillante en la forma que se presenta actualmente- es miserable, trajo poco y bla bla bla, pero es el primero en decirle al jefe/a de calle: <>.
 
Hoy, en cada esquina, abundan los quejologos, opinadores sin alma, sin la capacidad para razonar políticamente, y sin el coraje para afrontar una acción que no sea señalarse a si mismos como los poseedores absolutos de la razón. Yo estoy en lo correcto, el resto del mundo está mal. 
 
Por otra parte, ese mismo letargo, más las dificultades económicas a provocado algo que debe ser atacado de inmediato, por los ideólogos y agitadores del PSUV y la MUD -¿si tienen de eso verdad?-, la despolitización del grueso de la población. 
 
Ciertamente, uno de los aportes más grandes legados por Hugo Chávez, fue la repolitizacion de la población venezolana, la cual, hasta el 2013, tenía como prioridad discursiva y social, la política. 
 
Sin embargo, en un momento como este, donde la mayor parte de la población está agotada de ambos sectores –aunque todos tienen una postura bien definida-, y donde se vive día a día, ha provocado que dicho sector, caiga en una especie de apatía política fundamentada en la desesperanza. 
 
Esta es una extraña sopa primitiva instantánea muy similar a esa que llevó al Partido Nacional Socialista Alemán de ser un grupúsculo de bebedores de cerveza y habladores de gamelote, a la corriente política más importante del siglo XX.      
 
Crisis económica, crisis de gobernabilidad, crisis de producción, crisis moral –políticamente hablando- crisis de desabastecimiento, crisis medicinal, y crisis generacional, las similitudes entre la Alemania de Weimar y la Venezuela del Arco Minero son palpables, es allí cuando recuerdo a Sataella recordándonos que si no recordamos el pasado, nos condenamos a repetir los mismos errores una y otra vez ¿Lo recuerdan? Porque yo no lo recuerdo muy bien. 
 
Si no hubieran ganado el apoyo popular, los Nacionalsocialistas jamás hubieran salido de la cervecería en que se hacinaban para insertarse en los campos de batalla del mundo. Los nazis no daban grandes manifiestos, ni grandes discursos –pese a lo que Hitler hizo siendo canciller-, no había grandes pensadores, ni mucho menos, había promesas, lo que hizo poderosos a los fascistas alemanes, fue que ejecutaban acciones, que eran un grupo político profundamente activo y altamente efectivo. 
 
Si bien, la política moderna –toda su gama- no puede ser encarada sin estudiar el nacionalsocialismo, quisiera no pecar de estructuralista por si hay alguien que en descuerdo con el pensamiento estructural, diga que esta Venezuela de la hiperinflación y el desasosiego no se parece igualito a la Alemania de la posguerra de la primera guerra mundial, y por consiguiente no puedo hacer comparaciones políticas, me gustaría referirme a la segunda fecha más importante de la historia reciente venezolana; el 4-F.
 
Luego del 27-F –por razones apenas obvias-, los movimientos políticos disidentes y el mismo pueblo común, se disgregó de la política, cayó en apatía. Sin embargo, tras la intentona golpista, todo el rechazo a las viejas castas, a las viejas formas, a la misma política, se convirtieron en un apoyo tan indisoluble al Cervantes de dicha quijotada, que aun después de muerto sigue ganando elecciones democráticas –burguesas-.
 
La Toma de Charcas  -de la cual pretendo no escribir más- más allá de los 90 millones de personas que marcharon, de las claras diferencias entre los sectores del contragobierno, o del –mediocre- manifiesto leído cual plegaria por Churro Torrejita, dejó claro debido a sus mismos asistentes, que la única formula que le queda a la oposición venezolana es el realizar, como en tiempos nazis, acciones de choques seguidas de acciones políticas, seguidas de acciones parapoliticas y parapoliciales. Ola en la cual estaba montado Freddy Guevara y VP, de los cuales, se dejaron bajar quien sabe tras cual acuerdo previo.   
 
Las crisis son oportunidades para todo, en lo económico, en lo tecnológico, y claro, en lo político. El PSUV, en conjunto con el GPP –grosso error cometerían aquellos ultracomunistas que creen que oponerse contra el gobierno chavista, hablar de Stalin, y manifestar junto a la MUD, los acercará más a esa utopía socialista tan similar a la utopía de los que gritan Polar somos todos-, deben caminar esa colina, implementar las jornadas de trabajo voluntario, ampliar el espectro del CLAP, eliminar definitivamente la democracia burguesa, exterminar la burocracia y si hay voluntad de sobra como manifestó Hugo Chávez en una manifestación que me dejó ronco,  socializar los medios de producción y acabar con la propiedad privada.
 
fexeduardolopezalvarez@gmail.com


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Fex López Álvarez


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