La clase política y el país

A veces uno se pregunta si en algún momnto la clase política actual, la que decide, bien desde el gobierno o desde la oposición, va a detener un poco la diatriba y el tejemaneje por el codiciado sillón de Miraflores para mirar un poco al país, a la gente, que hoy se resume a las colas. Confieso que le saco el cuerpo a las alocuciones del camarada Maduro, quizás no entiendo que sea tema de la alta política perder un precioso tiempo insultando a Ramos Allup (sin negar que el dirignte adeco trabaja bien para ganarse tales insultos) y luego llamarle al dialogo. Me imagino que también sera asunto de la alta política amenazar a la Asamblea Nacional, sin asumir que la misma la ganaron los otros ante un mal trabajo nuestro, que la gente del pueblo se arrechó con el gobierno y le metió cacho con la burguesía.

Tampoco entiendo por qué la dirigencia de l MUD si las tiene a su favor para desplazar a Maduro, no son capaces de irse a las colas o los barrios a agitar a la gente a fin de provocar un vainero que desemboque en una insurrección popular o algo parecido. Agitan y discuersean desde las cámaras de televisión. La Polar y otros integrantes de la más rancia y conservadora oligarquía les hacen el trabajo de crear las condiciones objetivas para la esperada insurrección. La dirigencia de la MUD en lugar de meterse en el mollejón del país, en los barrios, se la pasan en el exterior rogando a los demás gobiernos, expresidentes y movimientos internacionales de derecha que hagan lo ue ellos no pueden hacer: sacar a Maduro de la Presidencia.

El Presidente Maduro no cesa de denunciar las conspiraciones, pero sus políticas económicas en nada ayudan a cambiar las condiciones para que los golpistas no las tengan tan de papaya. Se repite en los anuncios, no reseulve. Las colas son más grandes cada día. Insoportables. Claro, tampoco estamos en la "moridera de hambre" que muchos describen, pero los empresarios hacen de las suyas y el gobierno no actúa. Se juega con fuego al pensar que el pueblo no se alza porque tiene a Chávez en el corazón. Es cierto. El peligro es que al pueblo se le están dando razones para pensar que tan culpable es la oligarquía como el gobierno del desabastecimiento, y puede salir por ambos. Por su parte, la dirigencia de la MUD dominada por su manía de hacer trampas, y enferma de antichavismo, aleja cada día más la posibilidad del referéndum revocatorio para este año. La fecha que se vislumbra, producto de sus mañas de tracaleros, les coloca en la disyuntiva de sacar a Maduro y reemplazarlo por el Vicepresidente. Situación que podría provocar una alta abstención en los sectores más enfermos del antichavismo. De ser así, hasta el alicaído, golpeado, malquerido y confuso camarada Nicolás Maduro les ganaría el revocatorio. Si esto llegase a pasar, al día siguiente, los derrotados deberían renunciar a sus cargos.

Eso es lo que se ve en el mundo de la clase política, pero el pueblo sigue en las colas, dándose carajazoss, para llegar primero al producto deseado. El poderoso monopolio, inhumano, curel, de la Polar, haciendo de las suyas para hacer sufrir al común de la gente. El gobierno, con toda razón, los acusa de tal calamidad. Pero de la acusación no pasa. A lo mejor es que estuvimos tantos años en la oposición que sólo denunciamos, no gobernamos.

Lo absurdo de nuestra clase política, la de este lado, donde yo milito con mi camarada Maduro, a quien a pesar de las diferencias, le tengo afecto y le apoyo, es que cuando abren las bolsas del Clap (por cierto, no me ha llegado ninguna, pese a que vivo en un barrio. Soy parte de ese más de 70% de venezolanos que no las ha visto) se consiguen con productos de la Polar. El gobierno las paga a buen precio al conspirador. ¡Válgame Dios, es como si Lornzo Mendoza fuese el jefe de la Misión Alimentación!



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Pedro Salima


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