El Santo Diablo de la frontera

Venezuela, cuna de Simón Bolívar, Padre Libertador y genio gigante de la América, hombre que en su utopía escrita de Jamaica soñó con la patria grande y que por intereses mezquinos de la traición de un movimiento separatista impulsado por Santander y Páez, vio su sueño como un arado en el mar. Aquella utopía, fue retomada por el máximo bolivariano Hugo Chávez quien con visión moderna, la reimpulsó para unir la América en sus propias realidades alejadas del monstruo del norte. La historia se hace cíclica y ahora reaparecen los hijos herederos de la cosiata Santander-Páez, en este caso, un Uribe por Colombia y unos "yuppies" por la oligarquía venezolana, lo que ha traído "el santo diablo de la frontera" apostando a la guerra.

Los venezolanos somos bonachones, xenófilos y con un alto nivel de solidaridad único en el mundo, respecto a los colombianos siempre los hemos considerado nuestros hermanos a pesar de las históricas traiciones de Colombia hacia Venezuela. En algún momento, nos arrebataron 200.000 kms de territorio en un acto irrito convenido con España a finales del siglo XIX, también viene ocurriendo por años y, hasta el presente, con el diferendo del Golfo de Venezuela el cual, ellos mismos denominan en sus mapas como Coquibacoa en un acto de provocación recurrente. Ahora, con el tema fronterizo presente se volvió el colmo del descaro conspirativo, atropellante, violatorio de las leyes, desangrante y con la exportación de prácticas violentas como el paramilitarismo, la trata de blancas y el denominado "bachaqueo" (extracción de alimentos, medicinas, productos y materias primas que desaparecen de Venezuela y aparecen Colombia).

El sol no se puede ocultar con un dedo y no podemos seguir siendo cómplices del atropello y agresión de la cual Venezuela ha recibido de Colombia a través de sus representantes que políticamente han descuidado a su propia población, la misma que emigra en masas a Venezuela para llegar al presente a un cifra oficial que supera los 5 millones y medios de colombianos, quienes reciben los mismos derechos y tratos que los venezolanos en las políticas del gobierno pero que desde Colombia despotrican al calificarnos de xenófobos y violadores de sus derechos humanos.

Así como en esa hermandad que dicen que el joropo y liqui-liqui es también de ellos, pues así culturalmente quisiéramos ver a un Juanes cantando por sus hermanos de Cúcuta, la misma que adolece de un proyecto que la proteja y que ve a Venezuela como cobijo pero, en los últimos años, convertida en exceso de abusos en nuestro territorio con la complicidad de las autoridades de Colombia. La prensa colombiana distorsiona a nivel internacional con su máxima expresión de guerra de cuarta generación con la cual, pretenden dividir con mentiras y en acciones criminales hacia país declarándonos violatorios de derechos humanos. Dijo el Padre Libertador Simón Bolívar: "cuando el clarín de la patria llama, hasta el llanto de la madre calla".



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Larry Márquez Peralta


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