Porque sorprenderse si hace poco mandamos a Chávez al carajo

Vaya usted al carajo…el pasaje es gratis
(Formula respetuosa para mandar alguien a la mierda)

(Mandar al carajo y/o carajo al mando)


No es la misma cosa, mandar al carajo tiene varias acepciones, dos de las más conocidas tienen que ver con restarle importancia a algo y apartarlo del camino de aquel que persigue un objetivo que por ende es más importante que el otro. Mandar al carajo no es lo mismo que carajo al mando. Queda planteado en esta una distancia física e ideológica, un discenso, una discrepancia entre persovisiones o cosmovisiones sobre algo o alguien de lo que resulta más fácil mandarlo a un lugar indeseado, otros, los más radicales optarán por mandarlo a la mierda, como una especie de quítate de mi vista que las cosas se hacen así y no como tú lo estás haciendo. Aquí la acepción se explica por estorbo.

La otra acepción pasa por entender un asunto de dirección y de personalidad en la acción de mandar. Es el campo de la ética donde se enfrentan incluso la conciencia, la ética con la moral ante una actuación, una práctica discursiva ya común en la gente: Yo que creo en el socialismo pero veo que el camino es otro… pero me callo, obediente de la línea del partido o de la circunstancia de que cada año es electoral. (Y cuanto bicho no ha tenido esto como excusa…desde arriba quizá por su adicción con el socialismo “bancario”, más que con el nuestroamericano). Todo esto lo traigo a colación a partir de la publicación en estas páginas de un artículo de Rolan Denis, al que sólo ha faltado que algunos lo llamen paraco político o contrarevolucionario, sólo por disentir CON RAZÓN.

Si uno se detiene en el análisis sobre el articulo de Rolan Denis, ¿Quién está dispuesto?, http://www.aporrea.org/actualidad/a186428.html puede notarse que este no manda al carajo a Maduro, ni a su entorno, sino que más bien que invita a dejar de pensar en eso y lo concreten – y dentro del partido esto tiene tiempo en procesión, sólo que hay buenas especies de quienes saben manejar la OPORTUNIDAD. Se trata de hacer una lectura, crítica y no criticona sobre la época, más bien sobre las circunstancias y el hombre, sobre el tiempo y sobre la marcha o el andar. En efecto, y bienvenida sea la crítica, hay uno de los nuestros al frente del mando, forzado a ello por otro de los nuestros – pero que también tuvo su San Pedro Alejandrino, generado por nosotros mismos, así entendí la arrechera de Copelia. Bien, lo cierto es que un carajo nuestro como Maduro, sus actos por sí sólo no lo harán un carajo grande, ni siquiera un gran carajo, serán los actos colectivos, esos que Miguel Henríquez con mirada profética anunciaba en el Chile que pudo ser “llamamos a impulsar el Poder Popular, única forma de expresar la fortaleza de los trabajadores y enfrentar las embestidas que desde las trincheras del orden burgués desatan las clases patronales”. La burguesía si está clara en esta sentencia, no es casual que uno de sus primeras acciones y denotaciones fuese contra los colectivos.

Lo cierto es que hay que leer con estricto sentido de militancia cada acto precisamente porque ellos no son aislados sino que se explican en sus dimensiones de tejido junto que engloban. De verdad que no es el momento de mandar al carajo a nadie (por lo menos en nuestra filas, mosca, pero sin perderlos de vista) aunque debe reconocerse que se ha perdido tiempo, más en burocracias y muchos de los que debían mandarse al carajo en su tiempo y no se mandaron, hoy han ganado espacios en un hermoso caballo de troya que corre brioso dentro de nuestras filas con muchas complacencias de quienes no han sabido diferenciar lo representativo de lo participativo – PROTAGONICO.

Y es que puede resultar doloroso decir que Hugo Chávez, a quien le debemos, sin dudas, este despertar de pueblo unido, tuvo también responsabilidades importantes que fueron inoculadas de ese prurito pequeño burgués que nos impide acertar en el tiro y en algún momento pudo reproducir un esquema de obediencia – sumisión que no era cónsono con el fortalecimiento del poder popular, sino más bien que lo debilitaba, como puede ser una fatalidad en prospectiva el que no se haya articulado el ejercicio de la democracia popular en el planteamiento de la conferencia de paz (y es que para conferencia, conferencistas) con las bases del partido, pero sobre todo con el ímpetu militante de quienes desde abajo están dispuestos a darlo todo (pero aquí nos encontramos que se la hemos puesto facilito a quienes sin darlo todo quieren todo).

No nos caigamos a Cova, nosotros fuimos los primero en mandar al carajo a Chávez, de pensamiento, palabra y omisión, pero el creo ese germen dentro de la misma dirección del partido – y puede resultar odioso (aquí puedo resultar más realista que patriota) al decir que estamos llenos de miserables dentro del partido –el municipio Simón Rodríguez en Anzoátegui es un claro ejemplo de ello- y nuestros dirigentes no lo mandaron al carajo y no por medir el tiempo, sino por los intereses que se han creado a espaldas de los poderes creadores del pueblo, justo cuando debíamos ya estar fortalecidos en esa conexión de poderes. En este sentido, y Maduro en este caso debe entenderlo que en la medida que avance la conciencia y la organización revolucionaria dejara de ser comandante y comandante pasara a ser el pueblo, pero a 15 años de aquel despegue, las cuentas no nos dan, y no es por aislar el análisis, esta sería la excusa tragicómica para no querer ver que llevamos tiempo perfumando la mierda y que aquí debe verse también una responsabilidad colectiva que define nuestros silencios en tiempos que no les corresponden, frenando la marcha y haciendo penoso el andar hacia el socialismo.



Nelson España
 



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Nelson España

Miembro del Frente Antiimperialista de la Zona Sur - Anzoátegui

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