Madonna... Madonna mía... por favore

Cada día me convenzo más del profundo humanismo que caracterizó a Marx y a todos aquellos que se han planteado la emancipación del ser humano de todo vestigio de esclavitud social. Marx era preciso en sus conceptos. Siempre consideró que los artistas eran seres especiales sin detenerse en medir el valor artístico de la persona. Madonna es un ser especial aunque absolutamente en nada me agrada su música o su arte. Sin descalificarla y más bien reconociendo sus méritos artísticos -en mi caso- no gastaría ni un solo bolívar ni por asistir a un concierto suyo ni por uno de sus discos. Me quedo con Vicente Chente Fernández y con los grandes cantores del vallenato... Y punto y sin imponérselo a nadie.

            Muchos artistas y deportistas, sin análisis político alguno sobre la situación venezolana y hasta con desprecio por la verdad, se han confabulado para dar rienda suelta a toda frase de especulación y de acusaciones -por lo general- sin un destino cierto que le justifique. Los intereses o emolumentos económicos determinan las conductas y hacen que los verbos vuelen como gaviotas que pierden el rumbo sobre la inmensidad de los bosques o de los mares. A los artistas, a la mayoría de ellos por lo menos  y que me perdonen si peco de abuso, siempre les hará falta un Juan Salvador Gaviota que los enseñe a volar correctamente pensando en el bien de los demás por encima de los suyos propios.

            No tengo nada que criticar sobre las críticas de los artistas y de los deportistas. Por ser seres especiales gozan de la potestad -incluso- para decir las cosas más disparatadas y más lejanas de las verdades. ¿No sé cuánto de humanismo hay en cada crítica de los artistas y deportistas que le han caído en cayapa al Gobierno que preside el camarada Maduro y se han puesto de lado de los guarimberos? ¿No sé tampoco cuánto de sus fortunas han invertido en alimentos, medicinas, vestidos y útiles escolares para los niños y niñas más empobrecidos y necesitados del planeta? No me van a joder con ese cuento que por ser artistas sí sienten las necesidades de los demás. No se conoce en la historia humana una revolución que haya sido dirigida por los artistas aunque los himnos sean una expresión hermosa del arte musical o poético. Tampoco se conoce alguna que no haya tenido a su lado a notables artistas que la defiendan y la propaguen con entusiasmo y amor. Si algún artista en este mundo, de la mitad de siglo XX hasta hoy, se puede decir, que todo su arte lo puso al servicio de la causa de su pueblo fue el grande Alí Primera. Y si algo de economía recibía por el éxito inobjetable de sus canciones, inmediatamente lo destinaba a labores de solidaridad con otros pueblos que luchaban por su liberación mientras su esposa y sus hijos vivían las penurias con que premia el capitalismo a las familias de los revolucionarios. La hipocresía no congenia con la verdad.

            Respeto la crítica que hizo Rubén Blades aunque no la comparto en sus partes esenciales, porque en la carta que le hizo al camarada Maduro hay elementos valiosísimos que deben ser tenidos en alta consideración por quienes hablan de socialismo, luchan por el socialismo y actúan en nombre del socialismo, muchas veces, alejados de los verdaderos principios del socialismo. Si esto no gusta a los fanáticos y burócratas, mala leche pero nadie tiene la potestad de abrogarse el derecho de hablar y actuar y decidir o, mejor decir, hacer justicia por sus propias manos en nombre del pueblo y del socialismo si en verdad lo que comete son tropelías que dañan el avance de un proceso revolucionario. Por supuesto, no es el caso del camarada Maduro. El fanático que dispara su ira irracional para cualquier lado sin medir consecuencias termina siendo un profundo enemigo de la revolución. Lo dijeron Mar y Engels, lo dijeron Lenin y Trotsky, lo dijeron Rosa Luxemburgo y Carlos Liebknecht, lo dijeron Fidel y el Che, lo dijeron Argimiro y Fabricio, y lo dicen todos los camaradas que han sido fieles expositores de la lucha política por la emancipación de todos los explotados y oprimidos en esta Tierra.

            Bueno, me salí de la tangente. Entro nuevamente en ella. Admiro a doña Paloma San Basilio, pero me ha dejado loco con las declaraciones que dio lanzándolas al vacío, a la deriva, sin un norte específico y cualquiera que las asuma las especula, sea de la derecha, del centro o de la izquierda. La artista, y en verdad es una excelente artista, expresó que Venezuela es ''... un país que ha perdido la vida, la luz, es un país al que han engañado, muchas veces... No permitían que la población saliese a flote, que la población tuviese una buena calidad de vida. Había muchísima pobreza y eso fue el caldo de cultivo para conseguir llegar al punto donde estamos ahora''. No voy a decir absolutamente nada en relación con la crítica de doña Paloma San Basilio pero... pero ella es española y si algunos políticos engañaron, masacraron, se burlaron, humillaron al pueblo venezolano fueron, precisamente, españoles de pura cepa y, especialmente, esa rancia monarquía que como sanguijuela se chupa parte importante de la sangre del pueblo español. No me va a convencer doña Paloma San Basilio jurándome y diciendo que el pueblo español está viviendo feliz y que el Gobierno del señor Rajoy no le mete ni una sola mentirita a los españoles y españolas. Entonces, le pregunto: ¿Qué país ha perdido la luz: España o Venezuela? Pero por respeto al pueblo español  y, por supuesto, al venezolano debo decir que ningún pueblo completo pierde la luz, porque cuando despiertan hacen un Fiat lux que deja ciegos a todos esos políticos que viven y gozan  de lo robado en nombre del progreso social y del tal respeto a los derechos humanos.

             Y ahora sí entro por soleares. Madonna, no se lo critico, ha acostumbrado a su público a que le aplaudan hasta sus obscenidades y extravagancias de muy mal gusto y de de bajísima calidad artística. No estoy escribiendo con arrechera, pero si alguna artista no debió abrir la boca sobre Venezuela, para lo que dijo, debió ser -precisamente- Madonna. Ella, si no me equivoco aunque sea gringa de nacimiento, tiene en sus venas algo de sangre italiana y los italianos sí saben de fascismo, porque lo vivieron bajo el régimen de Mussolini. Cuando Madonna -dándole patadas a la ciencia política- acusa al Gobierno del camarada Maduro de fascismo hace lo mismo que los camaradas del Gobierno Bolivariano cuando tildan de fascismo a todo lo que les parece enemigo del chavismo o del proceso bolivariano. Desconocimiento total de la realidad o, mejor dicho, de la historia y sus verdades.

            Si buscásemos alguna justificación para las acusaciones de Madonna y, especialmente, lo relacionado con derechos humanos, habría que preguntarle: ¿qué ha dicho Madonna sobre la violación a los derechos humanos que han sufrido los presos en Guantánamo injustamente acusados de terrorismo por gobiernos de Estados Unidos, es decir, antes por Bush y ahora por Obama? ¿Qué ha dicho Madonna sobre los cubanos antiterroristas que purgan condenas en Estados Unidos absurdamente acusados de terroristas? ¿Cuándo ha sido  seria y responsable alguna crítica de Madonna sobre el racismo imperante en Estados Unidos, como verdadero rasgo de fascismo en una sociedad altamente desarrollada?

            No estoy arrecho, pero saca la piedra el género de crítica -especialmente- de Madonna. Ojalá no se le ocurra a un fanático del Gobierno del camarada Maduro solicitar que las canciones de Madonna sean sacadas todas de las emisoras y canales de televisión que funcionan en Venezuela.



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Freddy Yépez


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