De acuerdo a lo planteado por Engels en: “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, superado el salvajismo, entra en escena el estadio de la barbarie, que se inicia con el trabajo del hierro y termina con la invención de un alfabeto fonético y el uso de la escritura en la composición literaria.
A finales de la fase superior de la barbarie e inicio de la civilización se da la tercera gran división del trabajo con la aparición de los mercaderes, “ahora aparece por primera vez una clase que, sin tomar la menor parte en la producción, sabe conquistar su dirección general y avasallar económicamente a los productores; una clase que se convierte en el intermediario indispensable entre cada dos productores y los explota a ambos”
A partir del surgimiento de esa clase, jamás se había evidenciado el poder del dinero con tal brutalidad y con semejante violencia primitiva. Con el inicio de la compra de mercancías por dinero, vinieron los préstamos y con ellos el interés y la usura.
He aquí las raíces históricas del endiosamiento del dinero y la práctica de la usura, enfrentada hoy con inigualable valentía por el Presidente Maduro, en su cerrado combate contra la especulación y la usura, factores vitales en la guerra económica que pretende arrodillar sin consideración alguna a los hijos de la patria de Bolívar y del Comandante Chávez.
El caso DAKA, las páginas especulativas de la red y lo que se ha encontrado posteriormente es solo buna leve señal del imperio de una usura generalizada; ya que, por otra parte, qué pasa con los repuestos para vehículos, el cemento, el resto de los materiales de construcción, vestido y calzados, equipos e insumos para los laboratorios que cumplen funciones académicas y de investigación entre otras.
La guerra económica en fin, representa la agudización de las contradicciones de las relaciones de producción; y más allá del enfrentamiento entre burgueses y proletarios, está la conducta apátrida de una oposición preñada de ambiciones y carente de ideas, servil ante sus dueños imperiales y negadores de las raíces históricas de nuestros libertadores.
