¡ladrones: Maldita sea su plata!


“Todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario

de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos

de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital”.

Decreto del Libertador contra la corrupción.

12 de enero de 1824





Cuando las lacras, que están robando en las instituciones del Estado, sienten el resoplar de la Justicia Revolucionaria, ellos comienzan a reaccionar. La conocida afirmación que reza “toda acción genera una reacción”, funciona aquí a la perfección. Recordemos que son estructuras cuyo andamiaje está calibrado para proteger al mafioso mayor y dejar caer a los pendejos come sobras... Cuando la cosa se les pone fea, los primeros zarpazos son para los infelices que creían, que estaban convencidos de vivir toda la vida a costa de lo robado. Claro, unos ladronzuelos caen primero y, luego los otros. Pero lo que ellos hagan con sus miserables existencias, nos importa bastante poco. Ellos trazaron su destino y todos los sólidos se desvanecen en el aire. Lo que sí nos preocupa realmente son las acciones que esta camarilla de ratas comienza a hacer cuando se sienten descubiertos, sobre todo cuando todavía tienen control de la institución que están desvalijando. Sus acciones, que no pueden ser vista con superficialidad, bien pueden revertiese de cierta legitimidad jurídica y es por ello que el Estado debe estar pendiente de cada detalle. Los Servicios de Inteligencia deben afinar la búsqueda precisa de las pruebas que los llevará a pagar por sus delitos. De no ser así hay una gran posibilidad de que estas basuras andantes logren retirarse antes de ser capturados. Además, mucha de la plata que han robado les permite sobornar a policías, abogados, jueces y pare usted de contar. No se termina -uno- de sorprender cuando los casos de corrupción que se exponen en público muestran una interminable forma de burlar la Ley. Recientemente ha dejado boca abierta a más de uno, pues estos especialistas en atracos administrativos afinan la puntería y sus desfalcos son tremendamente significativos no solamente por la plata que han robado sino por la desazón que dejan dentro de nuestras gentes. Cuando los trabajadores (as) ven a estas alimañas pavoneándose por lo conseguido, suelen preguntarse: ¿Y esto es el socialismo?

A lo que debemos replicar de una vez y con fuerza: ¡NO! ¡No es socialismo!.



No es socialismo crear compañías de maletín para obtener y conseguir las facturas que más tarde serán legitimadas.
No es socialismo cuadrarse con un grupo de ratas y fundar empresas falsas con las que se trazan las marramuncias administrativas.
No es socialismo inventar actos públicos para justificar gastos que, por lo general, llevan la impronta de consumos excesivamente caros y que son perfectamente verificables.
No es socialismo hablar con un pana y darle los datos para que se presente en una supuesta “licitación” previamente amañada y que le reportará beneficios al clan de las lacras.
No es socialismo falsificar documentos para crear empresas de uso interno que, a la vez, son mostradas como legales; es decir, uno del clan monta la empresa y el mafioso mayor la contrata. ¡TODO BELLAMENTE LEGAL!
No es socialismo crear sicoterror contra los trabajadores y utilizar el sueldo de cada uno, como arma de control y chantaje.
No es socialismo ninguna de las bajezas que estos pusilánimes institucionalizan para legitimar la inmundicia que los habita.
No es socialismo bajar la cabeza, esconderse en el escritorio o mirar para otro lado, mientras estas ratas se burlan de la Justicia Revolucionaria.
No es socialismo hacerse el loco o el desentendido cuando el fascismo se usa como mecanismo de terror.
No es socialismo quedarse de brazos cruzados, cuando el Presidente nos ha llamado a una cruzada nacional contra este terrible mal.
No es socialismo banalizar esa lucha y hacerle el juego a la derecha; pero, además, quedarse sin mover un dedo por miedo a perder el cuchitril que, bondadosamente, el mafioso me dio para que mirara para otro lado... ¡Eso no es socialismo!


Por éstas y miles de razones más, maldigo la plata que llena los bolsillos de estos traidores a la Patria, a Bolívar, a la Revolución y a nuestro Comandante Supremo. ¡Maldigo el lujo que no merecen! ¡Maldigo el poder que usan para humillar e imponer su voluntad! ¡Maldigo la cobardía que circunda a quienes saben que todo lo escrito aquí, no es ninguna exageración! ¡Maldigo cada una de las carcajadas que utilizan los mafiosos para sembrar el estupor entre quienes, desde donde sea, seguiremos luchando para ponerlos evidencia, para no callar frente a sus insolentes actos de corrupción y, sobre todo, para caminar firmes hacia la Patria Grande que comenzamos a construir junto al Comandante Chávez y que hoy no dejaremos que ustedes nos arrebaten.

¡Presidente Nicolás, MANO ZURDA DE HIERRO CONTRA ESTAS LACRAS!



¡CHÁVEZ VIVE,

LA LUCHA SIGUE!

*Miembro activo del Movimiento Anticorrupción Hugo Chávez. Poeta y comunicador de calle, registrado con el número 14880, del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (SIBCI). Premio Nacional de Poesía Fernando Paz Castillo (2010). Premio Municipal de Poesía (Trujillo 2003). También es autor de Ceremonia de lo adverso, Las buenas Razones, Cuaderno Palestino, La Tierra & El Fuego y de Otoño en Pekín: Crónicas de otro viaje. Es Magíster en Estudios Culturales de la U-ARCIS de Santiago de Chile.


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Isaías Cañizalez Angel

Poeta y comunicador de calle, registrado con el número 14880, del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (SIBCI). Premio Nacional de Poesía Fernando Paz Castillo (2010). Premio Municipal de Poesía (Trujillo 2003). También es autor de Ceremonia de lo adverso, Las buenas Razones, Cuaderno Palestino, La Tierra & El Fuego y de Otoño en Pekín: Crónicas de otro viaje. Es Magíster en Estudios Culturales de la U-ARCIS de Santiago de Chile.

 i.canizalez@hotmail.com

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