Diminuta Victoria para el Gigante, su pueblo, su siembra y sus luchas

Hoy escribo desde mi trinchera, desde la trinchera mas profunda, la trinchera del alma, del corazón; hoy escribo porque la sangre que me corre por las venas me lo exige, escribo porque las necesidades de la patria, son las mías.

¿Pero que necesidades? si todas fueron abastecidas, es entonces cuando digo: las necesidades de la patria son las mías!

Mi patria exige lealtad, compromiso, lucha, constancia, perseverancia, tanto como lo exijo yo. La naturaleza nos muestra su lado vil, pero nos deja un terreno abonado para volver a sembrar. ¿Entonces por que nosotros debemos dar todo por perdido? La naturaleza humana rugió y se llevó a nuestro Comandante, pero nos dejó un terreno fértil para sembrar y aunque se ve afectado por una pequeña ventaja de votos, sigue siendo bueno el viento a pesar de la devastación, sopla a nuestro favor. Somos el suelo lleno de nutrientes, ese que se regenera y se sobrealimenta después de la catástrofe.

No nos podemos conformar con los decesos y menos si ocurren en tiempos donde se inscribe la eternidad, no podemos perder tantas conquistas para darle el beneficio a la duda, llegó la hora de las certezas, llego la hora de vencer los miedos intrusos, y esos miedos se vencen actuando, de otra forma sería declinar en la lucha de mi necesidad, que les recuerdo, es la misma necesidad de mi patria.

Mi madre, mi padre, mis hermanas, mis hermanos, mis abuelas, mis abuelos, tíos, tías, primos, primas, amigos, incluso esos que solo intervienen velozmente en mi vida, algún día se irán. Pero la enseñanza, los valores, los triunfos obtenidos al igual que las derrotas a su lado, jamás se olvidan, por que este pues, es el propósito verdadero que han venido a realizar en mi. Olvidaré tal vez sus caras, sus voces, su olor, olvidaré incluso quienes son, pero nunca olvidaré eso que me dieron y hoy me hace distinta. Tengo la plena seguridad entonces, que nuestro Comandante Chávez, prefiere que olvidemos su cara, su voz, su olor, a que olvidemos su aporte transformador en la patria, en ti o en mi, que es lo mismo.

Es justo y necesario que sepamos, que el fue la historia, esa que dormía y se despertó, como dice el cantor de los pueblos, Alí Primera; pero esa historia no habrá valido la pena si no tiene quien la difunda, si no tiene quien la haga suya y la recree. No basta con las luchas masivas, si no enfrentamos una lucha con nosotros mismos a diario. No basta con la fortuna de un ángel mensajero, si el receptor no digiere el mensaje.

Desde mi trinchera, me niego rotundamente a creer que mi país no es dirigido por convicciones, si no por oportunismos baratos, causantes por tantas décadas de su autodestrucción, no creo, que cuando lo maravilloso se volvió cotidiano queramos volver al adormecimiento en el que estábamos sucumbidos.

"Duele lo que se perdió cuando no se ha defendío" dijo Florentino, y el Diablo putrefacto respondió: "Lo que se perdió no importa si esta de pié el vencío", nosotros hoy perdimos votos y duele por que no hubo defensa, no seamos ese Diablo orgulloso que prefiere mantenerse de pié tambaleante a obtener un triunfo certero como el de Florentino al final de los versos de Alberto Arvelo.

Reflexión para mi país: los líderes se van y vienen, es el pueblo quien decide si padecer de los antivalores, de la falta de lealtad, del malagradecimiento, de la traición y del autoflagelo, o seguir avanzando bajo la misma línea que hoy nos muestra evidentes resultados.

Es mi turno de construir patria y hoy lo asumo, mi llamado es a que tú como patriota, no evadas tu responsabilidad, asume también tu posición. No permitamos que las bajas pasiones destrocen un sendero de victorias.


¡¡¡CHAVEZ VIVE !!! ¡¡¡LA LUCHA SIGUE !!!



chouhebar120892@hotmail.com


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