Ellos van por el remate, nosotros por la Victoria

Cuando se tiene familia a quien uno quiere que se identifica con la oposición, se deben cuidar las palabras. Cuando quien te permitió venir a este planeta a poder avanzar y reconocer que esta humanidad ha dicho basta y ha echado andar, lee todas las mañanas uno de los periódicos de la oposición, no sólo se deben cuidar las palabras, sino hablar aquellas que son ciertas. Cuando se ha luchado toda una vida por descubrir verdades y se ha aprendido a amar todo lo que huela a pueblo, las palabras se convierten instrumentos para despertar consciencias y alentar compromisos. Esas palabras que nos guían solas para ver con asombro que lo que aprendiste en los libros de marxismo hoy cobran mayor vigencia.

Luego que los poderes mundiales, que pretenden mantener los privilegios de una minoría en el planeta, se hicieron de las suyas para que la figura física de nuestro presidente dejara su aliento al inocularle aquellas células más rabiosas de esa enfermedad que inventamos los seres humanos que se llama cáncer y vemos cómo los dirigentes de la oposición van raudos y veloces al abismo de la conspiración, no podemos dejar de pensar que ellos van al remate pero nosotros a la Victoria.

Estudiosos de la psicología humana, del desarrollo de la sociedad, estarían gozosos todos de estar en estos momentos en Venezuela para ser testigos de cómo estamos llevando a la práctica todo lo que los clásicos estudiaron y predijeron. Henrique Capriles R. es un perfecto ejemplo de la crisis que está viviendo el sistema de explotación capitalista que desarrolla líderes sin escrúpulos, de doble moral, con cara de yo no fui para no asustar. También estarían aún más asombrados de sumergirse en una revolución que hizo el milagro de unir a militares y exguerrileros, cristianos y ateos, musulmanes y anarquistas, conservadores y gays, campesinos y comerciantes, rockeros y salseros, quienes todos encuentran en el Comandante Eterno algo que les dice, él nos pertenece.

Este proceso bolivariano que tendrá su climax el 14 de abril del 2013, es un proceso de decantación histórica que da inicio al fin de una época en la cual nos enajenamos de nuestra verdadera identidad, de nuestros semejantes, creando superioridades falsas, y al mismo tiempo surgen individuos y colectivos que empiezan a aceptar que tienen poder y lo ejercen para expresar y transformar sus realidades. Época maravillosa que aun cuando la vivas todos los días tienes ojos para admirarla en lo cotidiano, en lo grande y en lo pequeño. Por ello es que toda Nuestra América espera por nosotros, la humanidad misma, está allí, en vilo, esperando por este domingo insurrecto, de resurrección, cuando nuestro Presidente Comandante Eterno, terminará de quedarse con nosotros para siempre con el triunfo rotundo de Nicolás Maduro, su hijo. Millones de pajaritos, de esos que cantan cuando el alba se levanta, cantaran el gozo de la Patria Grande que parió el Libertador a través de nuestro Gigante Hugo Chávez Frías. Al fin la patria encontró quien la pariera. Gracias Comandante.

sathya954@yahoo.com


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Carmen Cecilia Lara

Profesora de comunicación social de la UBV

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