Capriles, se perdieron esos reales

Después de analizar la mayoría de las encuestas que dan por triunfador indiscutible a mi comandante Hugo y, mientras observo el torbellino de amor de pueblo del 11 de junio que lo acompañó a la presentación de la candidatura ganadora, me vino a la memoria una frase de mi época de zagaletón. Veamos, los padres de un niño, algo lechuguino, siempre tienen la esperanza de conducirlo hacia el desempeño de un adulto exitoso. En algunos casos la fortuna no los acompaña. Podría ser que el “niño bien” se condujera por caminos aviesos y como siempre, nunca faltaba un bromista que, en aquella época, sentenciara: “con fulano se perdieron esas caraotas”. Con el Chocobobo, alias Capriles no sólo se perdieron las criollas leguminosas, se perdieron y se están perdiendo millones dólares, que parecieran recién salidos de una lavadora, sin pasar por el órgano supervisor de divisas, es decir, CADIVI. Tales billetes verdes provienen de la recaudación de los banqueros prófugos residenciados en Mayami, Panamá y Bogotá para financiar la campaña del candidato de la derecha. Además, la merma de unos cientos de millones provenientes del gobierno de EEUU, empeñado en destruir lo imposible, como es el triunfo de la revolución el 7-0. Pero no sólo están derrochando la apreciada divisa de los burgueses, millones de bolívares fuertes se están dilapidando en la infausta candidatura auspiciada por empresarios. Estos codiciosos chulos de la política están empeñados en resurgir la época de cuando no pagaban impuestos y sacaban dólares de los bancos para llevárselos hacia los paraísos fiscales. Como añoran esos tiempos los sinvergüenzas apátridas malversadores del patrimonio de Venezuela. Esos tiempos se eclipsaron.

Capriles, se perdieron esos reales porque estás haciendo una campaña electoral basada en puras mentiras, piensas que los venezolanos son unos estúpidos y mediocres. Tú no entiendes, los tiempos de la Cuarta República se acabaron, ahora los pobres no los vas a conquistar con una botella de ron y una plancha de zinc. Nuestros pobres no son analfabetos, algunos de ellos estudian en la Misión Ribas, otros en la Universidad y otros se instruyen en la Misión Saber y Trabajo. Estos antiguos excluidos ahora se reúnen en un Centro Comunal a planificar su futuro, a discutir un presupuesto, a conversar sobre la Constitución, a defender su Revolución y a enfrentar al enemigo de siempre: la burguesía parásita explotadora. Por fortuna esos tiempos aciagos son parte de la historia, con la revolución está renaciendo la patria.

Capriles, se perdieron esos reales porque estás acostumbrado a inhalar las fragancias de perfumes caros como Chanel Nº 5, Dior, el último aroma de Shakira, entre tantos, pero desconoces el aroma del sudor de una mujer que labora en una arepera; la transpiración de un afrodescendiente trabajador de una plantación de cacao y la de un cortador de caña; el hedor a penuria de un rancho donde viven más de diez personas; la exhalación de un obrero que lucha con un martillo rompiendo una pared de concreto para que el constructor le pague una miseria. Por fortuna, con la revolución esos tiempos son parte de la historia y el socialismo de mi comandante Hugo está acabando con esos tiempos de desdichas.

Capriles, se perdieron esos reales porque quizás tú sólo degustas el exquisito bálsamo de un buen vino francés, o eres capaz de catar la delicia de un roso italiano o de un buen escocés y cenas con una burbujeante champaña francés. Pero nunca te sentaste tomar un trago de ron al lado de un pescador al regreso de la faena, después de abandonar su familia para ir a la mar a la 1 am. El ron de la miseria entregado por el dueño del barco y una vez que el pescador está borracho le compran, a precio de lástima, el trabajo de más de 7 horas. Seguro que jamás has tomado el miche andino que le saca el frío de las entrañas a los agricultores del páramo, quienes tienen que salir a las 4 de la madrugada a su jornada diaria. Después que estos campesinos regresan de la ardua faena, los dueños de los camiones pretenden comprarles las hortalizas al precio que a ellos le conviene, a riegos que el producto de su siembra se les pudra. Qué vas saber tú del cocuy, la bebida de los larenses, con la cual los obreros ahogan sus penas al ver que su salario de hambre no les alcanza para menguar sus desgracias. A mundo Chocobobo, esos tiempos se acabaron.

Capriles, se perdieron esos reales porque en tu nefasta campaña te acompañan lo más execrable de la política internacional y nacional. Recibes el apoyo financiero del gobierno de los EEUU, responsable de crímenes de lesa humanidad: la guerra de Vietnam, la invasión a diversos países latinoamericanos, el genocidio contra Irak, Afganistán, Libia y en la actualidad, la matanzas en Siria…. Bailas pegado con el gobierno de Israel, el genocida del pueblo palestino. Tienes el mismo proyecto político de los gobiernos de la derecha internacional como España, Reino Unido, Grecia, Chile… Eres fraterno de la joyita Alvaro Uribe, creador de los Falsos Positivos, miembro activo con la parapolítica y con expediente en la DEA por narcotráfico. De manera similar, tus aliados nacionales dan mucho que pensar. Te asociaste con AD y COPEY protagonistas de todas las miserias que sufrió el país durante cuarenta años. Eres miembro del partido PJ (puro joder), organización fascistas y golpista, activo participante en el golpe de estado y el paro petrolero. Estás apadrinado por un grupo de sicofantes como Teodoro Petkof, Pompeyo Márquez, Luis Miquelena, Ismael García, entre tantos de los traidores al pueblo venezolano. Además de todo esos “pequeños detalles” eres miembro de la oligarquía parásita, la cual vivió a expensa de las riquezas del país, en fructíferas alianzas con las trasnacionales de las miserias y con todos los gobiernos de la cuarta república. Por ventura ya no podrán seguir disfrutando de esas veleidades. Desde hace trece años mi comandante Hugo les enseñó a los venezolanos que nuestros recursos son soberanos y se aprovechan para resolver los problemas de los excluidos, de todos lo venezolanos y no para enriquecer a una crápula de aristócratas dueños de las finanzas y de un aparato productivo explotador. Por fortuna, se acabaron las privatizaciones neoliberales.

Capriles, se perdieron esos reales porque aún persiste el recuerdo del hambre que abrazaba las entrañas de muchas familias venezolanas, quienes se acostaban sin comer dado al abandono al que fueron sometidos millones de olvidados. Los hombres y mujeres de la tercera edad todavía memorizan el vil trato que le daban los gobiernos de la Cuarta Republica, por el sólo hecho de reclamar sus derechos. Chocobobo tú no sientes el sufrimiento de los pobres, careces de sensibilidad, no los comprendes. Los oligarcas no enseñan a sus hijos esta asignatura. Piensas que con “frasecitas rebuscadas” o con discursos elaborados con eslogan estúpidos vas a conquistar un pueblo que despertó hace trece años.

Capriles, se perdieron esos reales porque te escogieron un mal contendor. Responsabiliza de tu segura derrota a tus asesores de campaña y no a mi comandante Hugo. Él estaba tranquilo haciendo un buen gobierno, fueron tus consejeros quienes te metieron en la cabeza que tendrías capacidad y posibilidad de ganarle a un Apolo de la política de la estatura de mi comandante Hugo. Quizás algún día asimilarás que la libertad no es el derecho que le permite a los oligarcas la ociosidad a consta del trabajo de los pobres.

Te voy a dar gratis un consejo Chocobobo. Todavía quedan algunos seminarios cartujos, una especie de cenobios de reclusión o algún templo budista del Tíbet. Intérnate en alguno de estos por lo menos durante cinco años, allí podrás meditar y llorar después de tu seguro y amargo fracaso Eso sí, llévate centenares de libros para que aprendas algo de política, geografía, filosofía, historia de Venezuela, economía, en fin, debes instruirte sobre los aconteceres del mundo y de la vida. Seguramente mi comandante Hugo te podrá recomendar alguna buena bibliografía que te podrá servir, por si después de la flagrante y apabullante fracaso te animas a continuar en la política. Aprenderás que en un una campaña electoral lo esencial no es caminar 10 km, ni tampoco chillar en un espectáculo farandulero, la política es mucho más que esas bolserías y es por eso que la oligarquía que te acompaña en tu improbable quimera más nunca volverán.


enocsa_@hotmail.com



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Enoc Sánchez


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