* Reiniciado, pero le hago esa concesión a Capriles que ni por error debe decir reiniciar.
Debí habérmela imaginado. Si una parte de la dirigencia de izquierda se reinició y ya no quiso saber nada de su pasado, por qué no iba a pasarle a un candidato de derecha como Capriles Radonski. Que conste que no me refiero a Teodoro, Puerta Aponte, Pompeyo o Agustín Blanco Muñoz, éstos no se reiniciaron, simplemente se les quemó el disco duro, la tarjeta madre, algo irreparable.
Habían dado pistas, muchas, de que la tecnocracia capitalista y salvaje terminaría imponiendo su candidato. Fíjense que los medios sustituyeron a los partidos de oposición aquí en Venezuela y ahora el twitter sustituye a la prensa para ellos y los chat a los mitines y probablemente en la campaña presidencial un holograma sustituya a Capriles; total ambos son etéreos, sin consistencia, pero tecnología de punta, sin duda.
Pero donde debí tener la certeza de que el candidato se había convertido en un computador fue cuando lanzó aquello de “un país con más futuro que pasado”, reiniciado, reformateado, pues. Entonces, después no quiere que le digan que se autoescamotea la realidad, es decir el presente, y la vida misma, porque, como sabemos todos, menos él, claro, ni el pasado ni el futuro existen. ¡Ah!, pero hay un detallito, contrario a lo que hacemos cuando vamos por un camino, en política, para mirar lo que viene, la gran mayoría de las veces, hay que mirar hacia atrás, lo que transitamos; porque no es verdad que cada año el 31 de diciembre nos morimos para nacer el primero de enero.
Pocas cosas son tan gringas como ésta de empezar de nuevo. Los puritanos que vinieron en el Mayflower a comienzos del siglo XVII lo sabían muy bien; por eso los gringos se desviven por mudarse y cambiar de trabajo, es decir, empezar de nuevo. Nada extraño que su candidato aquí tenga también esa maña. Tampoco yo estaría muy seguro que tengamos más futuro que pasado. Si tal como vamos por culpa del capitalismo salvaje (nada abstracto, por el contrario, muy concreto en corporaciones, transnacionales y unos pocos mil millonarios) y si siguen en su empeño de acabar con la vida en el planeta con el mismo entusiasmo que han demostrado hasta ahora, nadie puede apostar que falta más de lo que hemos vivido.
Pero dejemos eso por ahora y volvamos al autobús del progreso que definitivamente va de retroceso. Hay pasados de pasados y el 11 de abril Carmona y sus secuaces, más bien al revés porque él estaba allí de marioneta, si no lo cree así, recuerde su sonrisa, querían volver a un pasado que no llegaba al lustro, pero ya estamos cerca de los tres.
Entonces, el candidato patina en el tiempo presente y cae estrepitosamente en sus contradicciones profundas: “pasado o cuál pasado, he allí el dilema”. Porque si el olvidó que asaltó una embajada, están los videos las fotos y sus declaraciones enfáticas de malcriado apoyado, si olvidó que perteneció a Tradición, Familia y Propiedad siempre habrá quien se lo recuerde, si fue apoyado por los partidos de la conchupancia adeco-copeyana-masista y llegó al congreso están por allí en algún libro anotadas sus asistencias. Él tiene derecho a un alzheimer selectivo y borrar lo que quiera. Nada original, recuerden como empieza El Quijote: “En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme” (y que me perdone Cervantes por usarlo para comparar genialidad con imbecilidad). Pero, quienes lo apoyan, empresarios, la cúpula de la iglesia, los Marcel Granier, Globovisión, Ravell y más de la jauría ¿no querrán volver a sus andadas pasadas? Por eso se muestra inseguro cuando le hablan de las misiones que son historia, reciente, pero historia, de la participación del pueblo en su destino y todo cuanto de bueno ha pasado desde que llegó Chávez al poder.
No sé quién inventó eso del borrón y cuenta nueva, pero da cierto temor que un político crea en ello. Hay un pasado que lo ata fuertemente, todos lo sabemos, pero él no tiene problemas con ése, su problema con el pretérito arranca de 1998 para acá. Si un candidato reseteado gana unas primarias es porque también hay electores reseteados que votan por él; aquellos que olvidaron el alto índice de pobreza, analfabetismo, el petróleo a 7 dólares el barril, los escasos canales de participación popular, las actas matavotos, los presos y los desaparecidos políticos, la vida económica atada al Banco Mundial y al FMI y la vida política dirigida desde Washington, los que no votaban porque no tenían cédulas y un largo etc.
Que
olviden ellos. Hay mucha historia gloriosa en esta Patria, mucho trecho
recorrido hasta ahora que dejó miles de miles de muertos por la
independencia, la justicia y la libertad como para meterla en una cajita
feliz de MacDonald, empacada al vacío, como el candidato opositor.