Por ello, me
permito recordar el concepto de Política con el que nos hemos manejado
desde un principio, por lo menos para debatir mi humilde perspectiva,
de lo que significa o lo que encierra la aplicación de la
“Ética y política….en Revolución”.
La política,
vista desde su concepto más amplio, decíamos en esa oportunidad,
es “la ciencia que trata del fundamento y desarrollo de
la organización y la conducción de sociedades humanas, particularmente
de la organización del estado”.
Otros conceptos
ubican la política como una actividad humana: “…que tiene como
objetivo gobernar o dirigir la acción
del Estado en beneficio de la sociedad”.
Otros la definen como un proceso, “…orientado ideológicamente
hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de
un grupo”; y otros, un poco más abarcadores, se refieren
a la política como “relaciones de poder y como praxis (cultural)
sobre la cual se estructura la sociedad”.
Todos estos
conceptos de Política pueden considerarse válidos y pertinentes,
dependiendo incluso, de la posición ideológica que se asuma. Ahora,
cuando se hace referencia, específicamente a la Política Culta,
como la denominan autores y actores revolucionarios, nunca jamás debemos
interpretarlo como una política aplicada por unos pocos, todo lo contrario,
es esa ciencia, que encierra, pienso, actividades, procesos y relaciones
de poder, que debe ser ejercida por todos y todas, a través del avance
en la formación del hombre nuevo y la mujer nueva que necesitamos
para construir la Patria Socialista.
También podemos
decir, que es el modo de un pueblo culto y consciente de su propio
destino, de hacer política; considerando la máxima martiana de “ser
cultos para ser libres”. Pero también que:
“… la política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso
de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse
al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o
la merma del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer
sobre el enemigo, antes de que tenga sus
ejércitos en fila, y su batalla preparada”.
Por lo tanto,
al considerar que debemos aplicar una política culta, me refiero a
la capacidad de ejecutar una política que asegure la articulación
del verdadero lenguaje revolucionario, con la ética socialista y la
conformación de un estado de justicia social, en igualdad de oportunidades
y condiciones… “a cada cual según sus necesidades y de cada
quien según sus posibilidades”. Sin renunciar a los principios
revolucionarios, nos adecuamos a las circunstancias del momento histórico,
sin sectarismos, realizando las alianzas necesarias, para asegurarnos
que estamos ejerciendo política para la transformación, para la organización
del poder popular, para la educación de las masas. Colocamos para siempre
en la mente y el corazón, el hermoso postulado de “Unir para vencer”,
para derrotar definitivamente el viejo y reaccionario “divide y
vencerás”; nos nutrimos, en la teoría y en la practica, de la
riqueza moral y espiritual de nuestros ancestros, para seguir construyendo
el poder popular, los partidos revolucionarios y el estado socialista
de la Patria Nueva, entre todos y todas.
Ello nos remite
a la necesidad de profundizar en la educación integral de nuestro pueblo,
como una de las vías primordiales para estimular en nuestra sociedad,
la potenciación de los valores maravillosos del humanismo, del
socialismo. Asumir el estudio, el análisis y la práctica revolucionaria,
como la vía fundamental hacia la adquisición de los conocimientos
necesarios, para transformarnos definitivamente, en seres humanos con
un modo culto de hacer política.
Durante la
dominación de la oligarquía, en la IV república, sometieron a todo
el pueblo a la ignorancia generalizada; por ello, uno de los más importantes
deberes de nosotros revolucionarios y revolucionarías, es seguir
formándonos ideológica, cultural y profesionalmente e ir venciendo,
progresivamente, esa ignorancia que, sin duda, es una de las expresiones
que caracteriza a la burguesía criolla. Así pues, la ignorancia debe
considerarse, como ha sido siempre, uno de los símbolos que identifica
a la contrarrevolución; con el que intentan arrastrar a los pueblos
al egoísmo y a la maldad.
También lo
ha dicho Fidel Castro: "El futuro de nuestra patria tiene necesariamente
que ser un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres
de pensamiento… para lo que... tendrá
que estudiar no solamente el que no sabe leer y escribir. El que sabe
leer y escribir tiene que estudiar, porque hay que estar toda la vida
estudiando...".
Entonces, se
trata pues de seguir estimulando nuestras potencialidades positivas
que, como seres humanos poseemos, y aplicarlas en todo momento. Es indudable
que la solidaridad, la honestidad, la bondad, la sinceridad, la modestia,
el ejemplo, el compromiso, la valentía, la fortaleza, la organización,
la disciplina, la critica constructiva y el amor son sentimientos y
valores que nos harán cada vez más libres y además, felices.
Apliquemos esa política culta, la cual encierra todos esos valores éticos y morales; y que no busca otra cosa, sino hacer más y mejor revolución, desde todos los pilares fundamentales: La educación, el deporte, la salud, pero sobre todo, desde la cultura…Revolución cultural para verdaderamente transformar nuestra patria…para consolidar el Socialismo Bolivariano.
sentirbolivarianobarinas@gmail.com
Independencia y Patria Socialista
Viviremos
y venceremos!!!
05 de Septiembre de 2011